Labores encomendadas a las niñas
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Se ha recogido como común el que las niñas ayudaran a la madre en las tareas más propias del hogar.
En Beasain (G) se recuerda que las mujeres, además de ocuparse de la comida y de la limpieza de la casa, tenían a su cargo el gobierno de los animales menores, corno los conejos, las gallinas, etc. Ellas se ocupaban también de la plantación y cuidado de la huerta. Las niñas, mientras aprendían, ayudaban a su madre a hacer estos trabajos.
En Amézaga de Zuya (A), en labores de campo, las niñas "cogían vetas" (espigaban), sacaban remolachas y guardaban las patatas. En casa se encargaban de la limpieza, hacían las camas, ayudaban a recoger el fregado... En Apellániz (A) además de colaborar en lo posible en las faenas domésticas, cuidaban de sus hermanos pequeños haciendo de niñeras, orzayas. Otra labor desempeñada por ellas consistía en visitar, provistas de un capazo pequeño, capaceta, los yerbines para recoger la manzanilla o subir a los riscos a por té de peñas (té de rocas). También en Gamboa (A) las niñas aprendían a cuidar a sus hermanos pequeños para hacerlo cuando no pudieran las madres.
En Moreda (A) las niñas colaboraban en la escarda, trabajaban en la hortaliza, ayudaban a cocer calderas para el ganado, especialmente los cerdos, y les echaban de comer a los animales. También cogían olivos del suelo, traían sacos de paja, y llevaban el almuerzo a quienes estuvieran trabajando en la finca.
En Viana (N) traían paja, iban al campo en busca de ciertos animales domésticos, como las cabras, para conducirlos a casa; acarreaban sarmientos y leña del pajar. Acompañaban a los hermanos pequeños a la escuela y los recogían cuando finalizaban las clases.
En Zeanuri (B) los trabajos domésticos de las niñas eran los propios de la mujeres: bogadea, limpieza de ropa; garbikuzia, arreglo de la casa; labasue, hornada de pan; suetea, el hogar; arreglo y confección de prendas, ornamentación, etc. También algunas labores productivas como el gallinero, ollategia, la huerta, ortue, etc. y aquellas otras en las que la mujer era auxiliar del hombre como las siembras, eraiteak, la escarda de maíz, artajorra, etc. Pero antes que estas tareas sobre la chica de la casa recaía el cuidado del recién nacido.
En Amorebieta Etxano (B), en los años cuarenta, las madres iniciaban a sus hijas en las labores domésticas, la costura, les enseñaban a cocinar, a hacer la limpieza de la casa, a fabricar queso y mantequilla, a preparar la mesa para cocer el pan...
Ayudar en las labores domésticas de cocinar, fregar, ezkatza eta tresnak garbittu, hacer las camas, barrer, limpiar los zapatos; hacer los recados o encargos de la madre, cuidar de los hermanos pequeños, traer agua, ayudar a lavar, recoger y doblar la ropa, planchar y coser las prendas, acarrear leña... han sido trabajos usuales de las niñas. Así se ha recogido, además de en las localidades citadas, en Berganzo, Moreda, Salvatierra (A); Durango, Nabarniz (B); Berastegi, Zerain (G); Allo, Artajona, Cintruénigo[1], Garde, Orbaitzeta[2], y San Martín de Unx (N).
En Mendigorria (N) las niñas ayudaban por la mañana en todo lo que estuviera en su mano en las labores domésticas, quedando después encargadas del estremado (limpieza) de la casa mientras la madre se ocupaba de la comida[3]. En Lanz (N) también extremaban la casa. Para ello se valían de una escoba de mimbre que todos los domingos reponían fabricando una nueva. Aprendían asimismo a hacer calcetines, vainica y a remendar[4]. En Olite (N) ayudaban a la madre a extremar la casa y antiguamente en el propio domicilio además cosían y bordaban[5].
En Aoiz (N) las niñas ayudaban a la madre en el lavadero del pueblo. Se ocupaban también de llevar la comida al padre si estaba en el campo o en el aserradero, situado a 2 km. de la localidad.
Urzayas. Seintzainak
Además de ocuparse de los hermanos pequeños, en muchas localidades para subvenir a la economía familiar y aprender labores las niñas se colocaban de niñeras o de sirvientas. A veces dentro del mismo pueblo había muchachitas que cuidaban a otros niños pequeños del vecindario a cambio de la merienda y una pequeña cantidad de dinero.
En el Valle de Orozko (B) el principal cometido de las niñas era hacer de niñeras, sentzainak, y, lo mismo que los niños iban de criados, había veces en que ellas también ejercían como tal en otras familias. En Markina (B) se ha recogido que salían de criadas desde muy muchachitas. En Allo (N) entraban a servir como criadas, colanderas (lavanderas que hacen la colada), y urzayas (niñeras jóvenes).
En Zeberio (B) se ha recogido que muchas niñas no finalizaban su período de escolarización porque les ponían a cuidar niños bien a sueldo o bien a cambio de la manutención, mantenitaldea. También atendían a sus hermanos más pequeños como cuidadoras, sentzainak.
En Zeanuri (B) muchas niñas a los doce años entraban a servir como cuidadoras de los niños de mantas. Se les conocía como seintzainak y eran tratadas por la familia como un miembro más. Tras permanecer allí dos o tres años, frecuentemente hasta que el niño que cuidaban hubiera aprendido a andar, regresaban a sus casas o salían a servir fuera del pueblo. Solían recibir alguna gratificación anual en metálico o en ropa, según lo convenido.
En Gamboa (A) las madres buscaban la ayuda de alguna jovencita de la localidad para cuidar a los niños y para que les auxiliaran también en otras labores domésticas. También en Laguardia (A) se recogió, a principios de siglo, que las hijas se ponían a servir.
En Bernedo (A) la niñera, orzaya, hacía recados y cuidaba niños a cambio de la merienda y algún dinero. En Obanos (N) las niñericas por la mañana iban a la escuela y por la tarde cuidaban a los niños por poco más que la merienda. También en Lekunberri (N) se conoció la costumbre de las niñeritas. En Urduliz (B) hacían este trabajo a cambio de la manutención. En Olite (N) se ha recogido que eran muchas las familias que tenían niñera debido a su ínfimo coste.
En Sangüesa (N) las casas pudientes buscaban una niñera joven, muchas veces en edad escolar, que la obtenían a bajo precio. Similar costumbre se ha recogido en Aoiz, Viana y Monreal (N). En Cintruénigo (N) las familias que se lo podían permitir contaban con niñeras que abundaron hasta la década de los sesenta.
En Izpura (BN) la joven casadera a un caserío importante debía aprender a coser, cosa que a menudo hacía acudiendo donde una costurera profesional durante uno o más inviernos. Tenía que saber también cocinar, para lo cual se quedaba durante una o dos temporadas en un hotel. Aprender a cocinar y a coser eran los pilares de la educación de una buena ama de casa. Para realizar este clase de aprendizajes fue común que las muchachas desde jovencitas se colocasen de criadas en una casa burguesa o en un centro urbano.
- ↑ M.ª Paz LARRAONDO. "Estudio Etnográfico de Cintruénigo" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, p. 214.
- ↑ M.ª Carmen MUNARRIZ. "Estudio etnográfico de Orbaiceta (Navarra)" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, p. 618.
- ↑ Rosa Esther FERNANDEZ. "Estudio etnográfico de Mendigorria (Navarra)" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, pp. 374-375.
- ↑ Ana Rosa CASIMIRO. "Estudio etnográfico de Lanz (Navarra) in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, p. 333.
- ↑ Carmen JUSUE y F. Javier CORCIN. "Encuesta etnográfica de Olite (Navarra)" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, pp. 543-544.