El paseo
Otra forma de encuentro ha sido el paseo por la carretera la tarde del domingo. Esta actividad cobraba especial importancia durante el tiempo de cuaresma en que quedaba prohibido el baile.
En Moreda (A) las cuadrillas de chicos y chicas deambulaban por distintos lados del camino hasta que entraban en conversación. En Berganzo (A) los mozos seguían a las mozas cuando iban de paseo los días de fiesta. En Mendiola (A) y Sangüesa (N) también salían al encuentro en el paseo.
En Bermeo (B) el parque servía de lugar de reunión y paseo a casi toda la población y los recorridos eran diferentes en función de la edad, el sexo o el estado civil de los paseantes. En Markina (B) también era costumbre pasear por el parque central, denominado en euskera zelaie y en castellano el prao.
En Durango (B) las chicas paseaban cogidas del brazo, aguardando a que los chicos se les acercaran. En esta localidad la plaza tenía tres zonas de paseo: una destinada a las muchachas de servicio, otra a las personas mayores y la tercera a los jóvenes. Durante la cuaresma, en que no había baile, cuadrillas de chicos y chicas paseaban hasta un txakolí de la vecina Abadiano o en dirección contraria hacia el del barrio de Larrinagatxu o el del pueblo de Izurza.
Otra costumbre en las últimas décadas, más propia de villas y zonas urbanas, era la de 'Ir al monte". En Durango (B) se mantiene vigente; chicos y chicas en ocasiones siguiendo itinerarios trazados por un club de montaña local y otras por cuenta propia, ascienden a las peñas próximas y también a montes más alejados. Las relaciones que se establecen en estas ocasiones han dado pie a numerosos noviazgos.