Procedimientos tradicionales para llevar al niño
Como ya se ha visto en el anterior apartado cuando las madres acudían a su trabajo al campo llevaban a sus hijos sujetos a la espalda o en el interior de una cesta o de los recipientes para medir grano, tan habituales en los caseríos en tiempos pasados.
En Carranza (B) cuando la madre salía a trabajar a la pieza o al prado llevaba el niño a la espalda, a col, con la ayuda de un chal o echarpe. Para sujetarlo ataba dos picos de la prenda a la cintura y los otros dos los pasaba por los hombros y los anudaba al pecho.
En Ezkio (G) sujetaba el niño a su espalda con una manta o sábana mientras hacía las labores del caserío. En Trapagarán (B) una informante recuerda que su madre solía ir a la huerta con el hijo en la espalda, metido en un saquito[1]. También Satrústegui recoge la costumbre de llevar a la criatura en un saquito a la espalda[2].
En Urduliz (B) la madre envolvía al crío en unas mantas, lo colocaba en un cesto, zestotxu o astotzara, y lo llevaba con ella a la huerta, al monte o adonde fuere a trabajar.
En Nabarniz (B) cuando el grupo familiar iba a trabajar al huerto, llevaban al niño consigo y lo colocaban en un lugar próximo dentro de un balde ancho; si todavía no era capaz de mantenerse sentado se le trasladaba en la cuna.
En Orozko (B) lo transportaban hasta la huerta en la cesta de la colada, bogada-otzarean, haciéndolo otras veces en la media fanega, anega erdian. En Zeanuri (B) se le llevaba al trabajo introducido en un cesto grande, zarana.
En Beasain (G) se acudía al campo o a la huerta con la criatura en el interior de un recipiente de los utilizados para medir el grano, gaitzerue o imie. Se ponían en su fondo unas brácteas secas de mazorcas de maíz para que resultara más blando. En Zerain (G) cuando estaban en la heredad también dejaban al niño en un celemín. En Bidegoian (G) le llevaban en cuna.
Este tipo de recipientes en los que se trasladaba al niño hasta el lugar de trabajo servían además para mantenerlo en ellos mientras se realizaban las labores, pero cuando se le sacaba de casa con la única finalidad de pasear, se le llevaba en brazos. Prácticamente en la totalidad de las localidades encuestadas los informantes coinciden en que mientras el niño era pequeño normalmente se le llevaba así durante los paseos, ya que no había cochecitos ni sillas (Moreda, Pipaón, Salvatierra, Valdegovía-A; Abadiano, Amorebieta-Etxano, Bermeo, Gorozika, Lemoiz, Markina, Orozko, Urduliz-B; Arrasate, Beasain, Bidegoian, Elosua, Ezkio, Getaria, Hondarribia, Telleriarte, Zerain-G; Allo, Aoiz, Artajona, Ezkurra, Garde, Izal, Izurdiaga, Lekunberri, Monreal, Obanos, San Martín de Unx, Viana-N; Sara-L; Donibane-Garazi, Iholdi, Uharte-Hiri-BN; Liginaga-Z).
En Urduliz (B) cuando la madre o alguien de la familia tenía algún momento libre salía con el niño en brazos, pero generalmente sin abandonar las cercanías de la casa, lepoon artute, etxaurreen. Cuando los padres iban a otro caserío a visitar a un pariente o a un enfermo, también llevaban al niño con ellos del mismo modo.
En Goizueta (N) los domingos cuando iban a visitar a algún conocido o pariente llevaban a la criatura con ellos y siempre en brazos ya que no había carros ni cochecitos.
En Sara (L), aunque los primeros meses permanecía en la cuna, más tarde se le paseaba diariamente llevándolo en brazos.
En ocasiones la madre llevaba al niño sujeto a su cuerpo de un modo similar al descrito anteriormente en los casos de Carranza (B) y Ezkio (G).
En Valdegovía (A) en caso de tener que realizar un camino largo, por ejemplo ir de un pueblo a otro, ataban al niño a la espalda con una toquilla. En Pipaón (A) también se llevaba sujeto a la espalda con un mantón.
En Allo (N) la madre cogía a su pequeño en el regazo con el brazo izquierdo, arropándolo con un largo mantón de algodón o lana. Envuelta la criatura, echaban aquél por encima del hombro izquierdo y la espalda, y lo pasaban por debajo del brazo derecho, atando los dos extremos del mantón, de esta manera la mano derecha de las mujeres quedaba libre para atender a otros menesteres. De igual modo eran paseados los niños cuando salían a la calle.
En Garde (N) para pasear al niño la madre se ayudaba de un gran chal que se echaba sobre la espalda y agarrando las puntas con las manos arropaba al niño entre sus brazos.