Trabajos domésticos realizados por los niños

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

Al describir la asistencia escolar se ha señalado cómo en el mundo rural a menudo ésta venía condicionada por las exigencias del trabajo en el campo. La colaboración infantil en las labores agrícolas, ganaderas o propiamente domésticas tenía lugar ordinariamente antes y sobre todo después de que hubieran finalizado las clases en la escuela y durante las vacaciones. Ahora bien, en algunas localidades se ha recogido que esta ayuda también se realizaba dentro del horario escolar, lo que provocaba absentismo, preferentemente en época de buen tiempo y cuando había que ocuparse de labores necesitadas de mucha mano de obra. A algunos niños, según denotan las encuestas, les gustaba ayudar en determinadas tareas domésticas y lo preferían a acudir a la escuela, cosa que les resultaba molesta, siendo esta actitud tolerada por los padres.

Hay que hacer notar también que en la edad infantil trabajo y juego se complementan y son interdependientes. Los niños se divierten y entretienen mientras realizan algunas labores y viceversa, casi a modo de juego van iniciándose en las tareas que ejecutan los adultos.

Carranza (B), 1959. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.

La ayuda que los niños prestaban a los mayores en las labores domésticas tenía un marcado carácter iniciático. Tal y como se señala en algunas localidades encuestadas los niños empezaban a trabajar según iban adquiriendo suficiente fortaleza física. Ayudaban siempre que podían en labores aptas a su fuerza y constitución. Realizaban actividades que no les supusiesen un esfuerzo importante pero que para los adultos implicaban una importante pérdida de tiempo que necesariamente debían emplear en otros menesteres.

La dedicación infantil al trabajo familiar difería en parte según se tratara de localidades de población concentrada o de áreas rurales. Algunas ocupaciones eran fijas y otras estacionales. A los niños, en general, les eran encomendados trabajos que requerían un mayor esfuerzo físico en tanto que las niñas ayudaban a la madre a hacer los trabajos de la casa, lo que no les eximía de que les encargaran realizar otros cometidos. En Zeanuri (B) se decía que si eran niñas auxiliarían a la madre y si niños, al padre, neskatxie bada amantzat, mutile bada aitentzat.

La división de sexos apuntada tenía su reflejo en el trabajo desempeñado en las zonas rurales. Así los niños cuidaban del ganado en el campo, ayudaban a uncir los bueyes, los conducían durante el arado (ittaurren ibili), ayudaban en las faenas de la cuadra, llevaban la comida a los familiares que se encontraran trabajando en heredades o en el monte... Las niñas por su parte estaban preferentemente encargadas de hacer las camas, fregar, cuidar de los hermanos más pequeños (por eso era frecuente verles en todas partes cargadas con ellos), enseñarles a vestirse, etc.

La exigencia de colaborar tanto en las labores de dentro de la casa como fuera de ella venía impuesta por la necesidad de mano de obra antes de la mecanización del campo. Una informante mayor de Zeanuri (B) lo dijo expresivamente señalando que los padres estaban aguardando a que crecieran los hijos para que se incorporaran a los trabajos domésticos noz aziko umeak, bear egiteko. El dicho baserrietan beti dago zeregina (nunca falta trabajo en los caseríos) recogido en Busturia (B), aplicable a todo el mundo rural del país, es expresión de esta realidad.

Un factor que tenía su importancia era el número de miembros de la unidad familiar, pues si eran pocos hermanos los niños tenían que trabajar más. Algunos encuestados también han constatado que el que convivieran en la misma casa los abuelos o tíos solteros reducía la aportación de colaboración infantil.

Fue frecuente antiguamente que para aliviar las cargas familiares e iniciarse en el mundo laboral, a los niños les colocaran como criados, morroiak, y a las muchachitas de niñeras, sentzainak. Esta situación y otras de las citadas variaban de zona rústica a urbana y según se tratara de familias ricas o pobres.

Si en casa tenían un negocio familiar (panadería, ultramarinos, herrería, taller, etc.) a los hijos o a algunos de ellos se les iniciaba en él para que llegado el momento pudieran relevar a los mayores.

La mayor parte de los trabajos infantiles que hemos recogido ya no se realizan porque se ha modificado el modo de vida y la capacidad económica familiar ha aumentado considerablemente. Las casas tienen agua corriente y electrodomésticos, el ganado no se saca a pastar como antaño y el tractor ha sustituido a los bueyes. El gran cambio lo ha introducido la tecnificación del trabajo. También se han concienciado las familias, sobre todo del mundo rural, de la importancia de la enseñanza escolar de sus hijos y se ha elevado la edad de la escolaridad obligatoria.

A continuación vamos a detallar algunas labores desempeñadas por los niños en las distintas localidades. Aunque mayoritariamente son comunes, presentan a veces la peculiaridad de las denominaciones y los contenidos. Además nos proporcionan datos de la dedicación de sus habitantes a la actividad agrícola, ganadera, y pesquera, es decir nos muestran el paisaje humanizado subyacente.