Preparación de los locales

Cuando una casa era elegida para organizar el banquete, se habilitaban los distintos recintos de la misma en función del número de invitados. En primer lugar se utilizaban las más amplias: la sala o comedor (Sangüesa, Viana-N). Aparte de esto se iban ocupando estancias contiguas, como el pasillo central del primer piso, portal de la casa, desván, etc. (Lemoiz, Zeanuri-B; Bidegoian, Elosua, Zerain-G). En muchos lugares también se habilitaban edificaciones anejas a la casa utilizadas como heniles, graneros o incluso establos (Iholdi-BN; Barkoxe-Z).

En épocas de frío podía utilizarse la cocina para los convidados (Bernedo, Moreda-A). En días soleados, en cambio, cuando los invitados eran numerosos, en algunos lugares se habilitaban las mesas en un prado o en una era cercana a la casa (Carranza, Trapagaran-B). Esta costumbre fue desapareciendo hacia los años cuarenta según indican algunas encuestas.

Cuando los ágapes se celebraban en una casa, para el acondicionamiento de los recintos además de todas las mesas disponibles, se hacía uso generalmente de caballetes y tableros y bancos corridos para sentar a los invitados. Podía indicarse el lugar de los recién casados colocando en alguna de las cabeceras unas flores.

Como en otras ocasiones rituales, sobre todo en el País Vasco continental, el carpintero del pueblo tenía una función reconocida para estos casos. Era ayudado por jóvenes que se dedicaban a montar decorados con sábanas y motivos vegetales para adornar el recinto y la entrada principal de la casa (Arberatze-Zilhekoa, Iholdi-BN; Sara-L).

En cuanto a la vajilla y los cubiertos, se usaban todos los de la casa y se completaban los servicios con los cedidos por vecinos y personas allegadas. En Zuberoa se recoge el dato de que era la misma cocinera contratada la que se encargaba de aportar la batería de cocina.

↵ Volver al apartado principal