Iniciativa en las relaciones
Se observa con carácter general que el chico es quien propone a la chica el inicio de relaciones aunque con anterioridad hayan existido unos pasos previos como son los encuentros en los paseos y bailes, amén de un sinfín de miradas, juegos de amor y signos que evidencian el interés mutuo. Así se ha constatado en Amézaga de Zuya, Berganzo, Bernedo, Gamboa, Pipaón, Ribera Alta, Salvatierra, Treviño, Valdegovía (A); Abadiano, Amorebieta-Etxano, Bermeo, Markina, Muskiz, Nabarniz, Orozko, Urduliz (B); Arrasate, Berastegi, Bidegoian, Elgoibar, Ezkio, Hondarribia, Oñati, Telleriarte (G); Garde, Goizueta, Izal, Izurdiaga, Monreal, Viana (N); Arberatze-Zilhekoa (BN); Hazparne y Sara (L).
En Obanos (N) fue usual que los muchachos fueran detrás de las chicas en una actividad conocida como cortejar, mientras ellas "se hacían de rogar", pues no estaba bien visto que mostraran demasiado interés. Tampoco estaba bien considerado que las chicas saliesen de noche. A las que lo hacían con frecuencia se les llamaba farolas.
En Artajona (N) quien tomaba "la delantera" era el chico. El mostraba mayor interés mientras que ella tenía un comportamiento pasivo esperando a que se decidiera y le pidiese salir juntos. Las chicas no iban aparentemente "detrás de ellos".
En Lezama (B) hasta mediados de este siglo era el chico quien iniciaba la relación hablando con la chica o pidiéndole baile. Después le preguntaba si quería que la acompañase a casa. Tras la aceptación por parte de ella se iniciaba la relación, Orrek orreri laguntan dotso (ése acompaña a ésa).
En Markina (B) el chico pretende a la mujer, mutile neskiana jun. En Lezaun (N) se dice de la persona que inicia relaciones que festeja o que "se ha combalachado".
En Beasain y en Elosua (G) aunque el hombre fuera el indicado para comenzar una relación la mujer buscaba atraerlo con su mirada y con sonrisas, haciendo todo lo posible por conseguirlo.
En Busturia (B) señalan que las relaciones se establecen por un acuerdo entre ambos, siendo del hombre la iniciativa primera.
En esta época estaba mal visto que la mujer fuese quien iniciara las relaciones. En Allo (N) consideran que hubiera sido deshonroso para los hombres que las mujeres llevaran la iniciativa. Si excepcionalmente una mujer "pasaba recau" al hombre, el asombro de las gentes se expresaba mediante la frase: "¿Qué, la morcilla detrás del gato?". En Artajona (N) decían que "la morcilla nunca vaya tras el gato", queriendo significar que las chicas no debían buscar descaradamente la relación afectiva. En Amézaga de Zuya (A) señalan que aún cuando la chica quisiera iniciar relaciones con un chico no estaba bien visto que se dirigiera a él directamente tal como lo recoge el refrán "La mujer tras el gato, mal aparato" y a las que lo hacían se les consideraba "unas tías frescas".
En San Martín de Unx (N) antiguamente las relaciones las iniciaba el chico, aunque siempre hayan existido casos en que la chica insinuara su amor al mozo. "Esa va detrás de ése como un diablo", decían. Pero el que la mujer se declarase estaba mal visto.
En Getaria (G) el que iniciaba las relaciones y al que le tocaba hacer el mandato era al chico. Si ella lo aceptaba se consideraba que ya eran novios. Antes no estaba bien visto y se consideraba una bajeza que la chica fuese detrás del chico e hiciese el mandato.
En Beasain (G) el hombre era quien mostraba a la mujer su deseo de iniciar una relación continuada. Generalmente lo hacía permaneciendo a solas con ella y acompañándola a su casa después del baile, neska-laguntze. No se veía bien que la mujer tomara la iniciativa.
En Moreda (A) siempre ha sido el hombre quien ha iniciado las relaciones con una mujer. Se decía que "el buen paño en el arca se vende" en clara referencia a que la mujer esperaba que el hombre propusiera la relación formal. No estaba bien considerada la mujer que se declaraba ante un hombre. En Markina (B) con este mismo sentido se decía "Gari ona kutxatik saltzen da" (El buen trigo se vende del arca).
Hoy en día el inicio de las relaciones depende de la personalidad de cada uno. Aunque en muchos casos es el chico quien da el primer paso, cada vez es más común que sea la muchacha la que se declare (Urduliz-B).
En Bidegoian (G) se admite que el primer paso lo puede dar cualquiera de los dos, dependiendo del carácter de ambos. En Lezama (B) opinan que en los tiempos presentes cualquiera de los dos puede dar el primer paso y de hecho es normal que las chicas se declaren.
Los informantes de más edad son conscientes de la transformación que se ha operado en las últimas décadas. En Aoiz (N) el hombre ha sido y sigue siendo quien inicia las relaciones o al menos quien se declaraba y declara. Antes la mujer se limitaba a aceptar o rechazar esta relación, sin embargo ahora pone más de su parte y puede ser tan activa como el hombre en el inicio de la relación.
En Mendiola (A) el hombre era quien iniciaba las relaciones aunque hoy en día esta función la cumple también la mujer con bastante frecuencia.
En Elosua (G) dicen que a mediados de siglo los chicos eran los que se aproximaban a la chica y no como ahora que sucede lo contrario, mutillek juun biar zuen neskan ondoren; ez oingo moda, neskak mutillen ondora.