Portadora del niño. Haurraren eramailea

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Con carácter general, se puede afirmar que, hasta la década de los años cuarenta, la persona encargada de vestir al niño para el bautizo y de llevarlo hasta el baptisterio de la iglesia era la partera o comadrona. Dicen en Carranza (B) que esta función correspondía a aquélla que "lo había cogido", esto es, a la partera. El protagonismo de la partera en los bautizos lo basan en Gatzaga (G) en una razón de analogía: la que actuó en el nacimiento carnal tiene que participar activamente en el nacimiento espiritual de la criatura[1]. Antaño era frecuente en muchas localidades que coincidiera en la misma persona el papel de comadrona y de amortajadora.

La mujer experta en partos era llamada también "profesora" (Pamplona-N) y en euskera emagina (Sara-L; Goizueta, Otxagabia-N). En tanto no se caía el ombligo era ella la encargada de lavar y vestir al niño y a la madre; lo arreglaba también para el bautizo con las ropas que le había preparado la familia. Las parteras perdieron protagonismo en su cometido de llevar al niño a bautizar cuando la mujer empezó a dar a luz fuera del domicilio. Esta tarea recayó entonces sobre la abuela y otras mujeres de la familia o sobre la madrina.

Haur-eramailea. Beasain (G), 1960. Fuente: José Zufiaurre, Grupos Etniker Euskalerria.

En otras localidades la encargada de llevar el niño a bautizar era la nodriza que le daba pecho durante los primeros días. Esta recibía en euskera los nombres de iñudea (Beasain, Bidegoian, Ezkio, Zerain-G; Ezkurra-N), bularduna (Elosua-G) y aña (Abadiano, Markina, Nabarniz-B; Elgoibar-G). También en Aiherra, Donaixti-Ibarre, Donoztiri e Iholdi (BN), era la nodriza, amaño, la encargada de llevar al niño a recibir el agua de la vida espiritual.

Pero también podía recaer esta tarea de portar el niño sobre una vecina o una mujer de la familia (Bermeo, Durango, Gernika, Lezama, Urduliz-B; Beasain-G; Aiherra-BN; Liginaga-Z). En Berastegi (G) anotan que ésta solía ser mujer de edad y se le conocía como laguntzaillea. En Liginaga (Z), a esta vecina le denominaban haurraen eamailia. En Abadiano (B), si no era nodriza, la diferenciaban de aquélla con el apelativo de aiña sikue (ama seca). En Getaria (G) la persona que llevaba al niño raramente era de la familia. En Arberatze-Zilhekoa, Izpura (BN); Hazparne (L) y Viana (N) lo hacía la madrina. En Aoiz (N) al desaparecer las parteras a mediados de siglo, el niño era llevado a la iglesia por la madrina; en Lekunberri (N) por amine (abuela).


 
  1. Pedro M.ª ARANEGUI. Gatzaga: una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX. San Sebastián, 1986, p. 55.