La visita a la puérpera y la celebración de la salida del puerperio: martopilak, ermakeriak
Las celebraciones vinculadas al nacimiento giraban en torno a la parturienta, ume egin berria. Esta era cumplimentada con visitas y obsequios que le llevaban sus parientes, hermanas, cuñadas y tías así como sus vecinas y amigas. Cuando la puérpera se restablecía correspondía a estos agasajos con una merienda o una comida que en otros tiempos reunía a las mujeres que habían intervenido en el parto y que habían aportado obsequios. Varias encuestas hacen notar que esta celebración era más importante que la correspondiente al bautismo y que sus participantes eran mayoritariamente mujeres. Tenía lugar a la salida del puerperio y recibía los nombres de ermakariak, martopilak y atsolorra.
Ha sido constatada mayoritariamente en Gipuzkoa y también se ha celebrado en Bizkaia y en el norte de Navarra. Por el contrario en ninguna de las localidades alavesas encuestadas recuerdan que se hiciese ningún banquete tras el restablecimiento de la madre.
En Arrasate (G), con motivo de la entrada de la madre en la iglesia se acostumbraba dar una comida, bataio bazkaria, a parientes y amigas que habían colaborado en el parto y en las atenciones a la parturienta.
En Berastegi (G) la merienda, atsolorra, tenía lugar a los siete días del parto en la alcoba de la recién parida, con la presencia de hermanas, vecinas y parientes.
En Bidegoian (G) asistían las vecinas, hermanas y cuñadas de la nueva madre y tenía lugar a los quince días de haber dado a luz. Se servía tortilla, tostadas, bolados, membrillo y mermelada. En Beasain (G) generalmente acudían a esta merienda, martopille o atsopille, las vecinas del barrio.
En Elgoibar (G) la merienda, emarkeixa, sólo la hacían los que tenían dinero; era más normal invitar a café a las amigas. Cuando se celebraba una comida acudían a ella hermanos, cuñados, parientes y vecinos. Se mataban un par de pollos y un conejo y de entrada se preparaba sopa de gallina. De postre arroz con leche.
En Elosua (G) las primeras vecinas y familiares eran las invitadas a la comida, martoixa o martopilla, que antaño tenía lugar veinte días después del parto. Se servía sopa de carne, garbanzos, después gallina, cordero o conejo en salsa, de postre arroz con leche o cuajada, además de vino, café y copa. Hacia 1960 esta comida seguía vigente, martoie. Acudían las familias de la mujer y del marido, las vecinas y las mujeres del barrio.
En Ezkio (G) los familiares, vecinos y padrinos eran invitados a una comida, más importante que la del bautismo en asistentes y en platos, a base de sopa de gallina, garbanzos, gisaue (carne guisada) y cuajada si era la época. En Bidania (G) se ofrecía una merienda que consistía en huevos fritos o tortilla con chorizo y de postre chocolate.
En Gaztelu (G) a los ocho días de bautizada una criatura, las madres del pueblo se reunían para una merienda, atsolorreta, en casa del bautizado. Esta era abundante, con café y chocolate al finalizar la misma[1]. En Oiartzun (G) a esta comida se le denominaba atsolorra.
En Gorozika (B) la comida que ofrecía la nueva madre consistía en conejo, tajadas, tostadas, arroz con leche o agua con azúcar, ura azukariloagaz. En Urduliz (B) hacían una merienda en la que participaban familiares cercanos, vecinas y amigas y en la que tomaban primero galletas con vino dulce y luego chocolate.
En Goizueta (N) a los ochos días del nacimiento de un niño se juntaban las familias de ambos cónyuges y celebraban una comida más especial que la de diario denominada atsolorra.
En Sumbilla (N) había costumbre de dar una merienda, atsoen berendua, el domingo siguiente al bautizo. Consistía en un par de principios, postre y chocolate. Al final se sacaba al niño bien vestido y pasaba de mano en mano y cada uno decía: "Jaungoikoak bere zerbiziorako izan dezala"[2] (Que sea para servicio de Dios). También en Zugarramurdi (N) era costumbre celebrar un banquete cuando la madre ya se había repuesto[3].
Como ya se ha indicado anteriormente esta celebración estaba ligada a la visita que familiares, vecinas y amigas cursaban a la recién parida. En un buen número de localidades ambas tenían lugar el mismo día.
En Zerain (G) hasta los años 40-50 se celebraba un domingo cualquiera después de la bendición post partem una merienda-cena, martopille bazkarie, para la familia y para aquéllos con quienes se tenía obligación. Las asistentes siempre eran mujeres: vecinas, parientes y familiares, y entregaban la bisita (obsequio) a la madre antes de sentarse a la mesa. El menú solía consistir, sin grandes variaciones, en una sopa, guisado de carne y arroz con leche.
En Zarauz (G) a los veinte o más días después del nacimiento de una criatura la familia de ésta invitaba a los parientes y vecinos a una gran comida que llamaban martopilla y que generalmente se celebraba un día festivo. Cada familia convidada llevaba un presente que consistía en una o dos gallinas, chocolate, bolados, bizcochos, etc.[4].
En Gatzaga (G) a los ocho o quince días del bautismo celebraban el día del batiu-eguna, martopil o andra ikuste eguna, de manera especial cuando el recién nacido era el futuro mayorazgo de la casa. Se reunían todos los familiares próximos, el auzo-errekua, la partera y otros vecinos que mantenían relaciones de amistad especial con la familia. Los invitados eran mayores, apenas acudían jóvenes, y nadie dejaba de llevar su regalo: gallinas, vino dulce, azúcar, galletas, chocolate. La madre por su parte obsequiaba a los invitados con una comida propia de grandes ocasiones que incluía garbanzos con berza, carne cocida con tomate, arroz con leche o cuajada y sopas de vino en invierno[5].
En Telleriarte (G) cuando la madre se restablecía tenía lugar un ágape, martopille, al que acudían los familiares del matrimonio, los primeros vecinos y los amigos del barrio. Esta comida solía estar compuesta por caldo de gallina, cocido de garbanzos con chorizo, berza con morcilla y carne cocida con tomate, de postre arroz con leche, natillas o cuajada según la época, vino, café, copa y puro para los fumadores. Algunas mujeres echaban al café un poco de coñac, ttantana. Los que asistían a esta comida llevaban regalos: una gallina, alguna botella de licor, melocotón en conserva, chocolate, galletas y bolados.
En las aldeas próximas a Bermeo (B) era costumbre hacer una visita colectiva a la parturienta a los quince días del parto, andra-ikustie. Solamente acudían las mujeres allegadas a la madre y cada una llevaba un regalo que consistía en dinero (a principios de siglo una moneda de dos pesetas, peseta bikue) que se depositaba en una caja colocada para ello. La nueva madre invitaba a las asistentes a una merienda consistente en chocolate y una sopa elaborada con vino y pan, ardau sope. Esta costumbre de servir ardau-sopie se perdió en la segunda década de este siglo por lo que la merienda se redujo al chocolate.
En Nabarniz (B) a los quince días del parto, en un día convenido y a veces también el domingo siguiente a la presentación de la madre en la iglesia, las amigas y parientes de la nueva madre la visitaban llevándole presentes como azúcar, chocolate, café y licores, o un duro. Esta visita se denominaba andra-ikustie, si bien una informante también utiliza la expresión andra-batzie, literalmente la reunión de las mujeres. La puérpera correspondía con una merienda, sartenekue o fritada, a base de tortilla, chorizo, lomo de cerdo y similares, para terminar con chocolate a la taza. En Ajuria (Muxika-B) la visita también se denominaba andra-ikustie y transcurría de forma similar a la descrita.
En Zeberio (B) el día de la presentación en la iglesia se hacía la celebración conocida como ermakariak o enbrakariak a la que asistían las hermanas y cuñadas. Le llevaban en cestas, otzarak, gallinas, un tipo de pan llamado fota, botellas de anís, chocolate, galletas, etc. Después celebraban un ágape a base de sopa, garbanzos, berza, gallina, arroz con leche y agua dulce con bolados y a veces hasta un anís.
En Markina (B) una vez que la madre había hecho la entrada en la iglesia las vecinas acudían con regalos para la misma, bisitiaz, consistentes en una gallina, chocolate, etc. y si no llevaban algo de comer regalaban un duro de plata, ziderrezko ogerlekuu. La madre les ofrecía chocolate hecho.
En Portugalete (B) la parturienta, una vez restablecida, invitaba a las visitas a merendar chocolate hecho, elaborado con el que había recibido de regalo.
En Lekunberri (N) cuando las amigas y vecinas realizaban la visita a la parturienta, andre bisite, les obsequiaba por la tarde con una merienda llamada bendu a base de oveja guisada, gallina guisada, arroz con leche, leche frita y café con leche.
A veces la visita y los regalos asociados eran previos a la merienda con que la puérpera obsequiaba .a las personas de su entorno.
En Zeanuri (B) una vez que la puérpera se hubiera repuesto, ondo parate gero, y después de haber hecho la entrada en la iglesia, elexan sartu ta gero, tenía lugar en casa una merienda que reunía a las hermanas, cuñadas y vecinas de la que había dado a luz. Se invitaba a las que habían intervenido en el parto, entre ellas a la partera y a aquéllas que habían acudido con obsequios a hacer la bisitia a la parturienta. A este ágape se convidaba además a la madrina del niño pero no al padrino. El ágape recibía el nombre de ermakariek o erremakariek y consistía en alguna tortilla, con azúcar por los años veinte, y chocolate con bizcochos.
En Uharte-Hiri (BN) hacia los veinte días del nacimiento del niño las vecinas llevaban presentes a la madre. Si se trataba del primogénito, los testigos de boda de los padres eran los primeros en considerarse obligados a llevar regalos. En este caso quienes habían sido los testigos por parte del marido solían estar representados por sus respectivas mujeres, madres o hermanas. Los regalos consistían en una gallina o un kilo de azúcar, medio kilo de chocolate, un kilo de ciruelas u otra cosa semejante. Esta visita que hacían las vecinas (y parientes) se llamaba haur-ikustea, la visita al niño, y el nombre del regalo era ikusgarria. Era costumbre que algunos días después se invitase a un banquete a las personas que habían llevado los regalos[6].
En Hazparne (L) a la madre se le ofrecía después del parto un regalo consistente en café, chocolate, etc., ikusgarria. Ella correspondía ofreciendo una merienda, kolazionia.
La costumbre de realizar una visita a la mujer que hubiere dado a luz ha estado extendida incluso en localidades en las que los informantes no tienen constancia de que la puérpera agradeciere la deferencia invitándoles a un refrigerio.
En Carranza (B) vecinas y familiares, siempre mujeres, visitaban a la madre durante el puerperio y le llevaban algún regalo: una botella de mosto, una lata de melocotón, etc. Las vecinas más allegadas le regalaban galletas, chocolate de hacer y vino rancio. Los familiares además de lo citado incluían una gallina de casa para que le hiciesen caldo. Este regalo era conocido por algunos como vianda de la parida. Esta visita creaba cierta obligación entre vecinas por lo que la puérpera visitaría a su vez a las mujeres que iban a verla cuando ésta se hallasen en su misma situación; como se solía decir "era un pan prestad".
En algunas poblaciones sólo se ha recogido la costumbre de hacer la visita a la puérpera. En Lagrán (A) a las recién paridas las amistades les llevaban a modo de obsequio chocolate, manzanas, bizcochos, y si el visitante era de familia rica, una gallina para tomar buen caldo[7].
En Améscoa (N) llevaban la visita a la madre las parientes más allegadas y consistía en unos bizcochos, unas manzanas, una libra de chocolate y tal vez una gallina[8].
En Liginaga (Z) los padrinos, las parientes más próximas, askazi hullanek, y los vecinos, acostumbraban llevar algunos regalos, ikuskarriak, que generalmente consistían en azúcar, chocolate, una gallina, una docena de huevos, etc.[9].
En Arberatze-Zilhekoa, Donibane-Garazi, Donoztiri, Ibarla e Iholdi[10] (BN) era costumbre que las vecinas y.parientes de la parturienta le hiciesen regalos, ikusgarriak, tales como gallinas, azúcar, chocolate y café. Regalos similares se ofrecían en Izpura (BN).
Azkue recogió esta costumbre a principios de siglo: Los días de fiesta que hubiese en la quincena siguiente a un natalicio, iban amigas de la nueva madre a visitarla y le llevaban algún regalito como chocolate, azucarillos o alguna gallina. Estos regalos tenían nombres especiales: ermakaria (Arratia, Orozko-B), ikuskeia (Barkoxe-Z), ikus-sari (Haltsu-L), karapaioa (Arrasate-G), martopila (Arrona-G). También la visita tenía su nombre: atsolor o acarreo de viejas (Itziar-G), atsolorreta o fiesta de viejas, (Markina-B; Amezketa-G), atsobesta (Bera-N), bateoa (Mendexa, Murelaga-B), andraikustea o visita de señoras (Dima-B) y andreikustea (Donibane-Garazi-BN)[11].
Según este mismo autor las mujeres que iban a visitar a la nueva madre no debían vestir de negro, pues madre e hijo se pondrían en peligro de muerte (Donibane-Garazi-BN)[12].
El Fuero de Bizkaia prohibió esta costumbre y de ello se hizo eco el historiador vizcaino Iturriza quien a finales del siglo XVIII escribía: "Las paridas guardan cama unos ocho dias (...). Combalecidas que sean concurren las parientas y amigas a visitarlas en un dia destinado con regalos de capones, gallinas, huebos, Chocolate y otras cosas, no obstante de estar proivido por la ley septima del titulo 35 del fuero de este Señorio"[13].
La citada Ley del Fuero dice: "Otrosi dixeron, que en Vizcaya acostumbra las mujeres yr á visitar á otras mugeres (guando estan paridas) acompañadas, con presentes, llevando las mozas cargadas de presentes, y de esto tal resulta daño en la tierra. Y por lo evitar ordenaron, mandaron y establecieron por ley, que de aqui adelante ninguna muger, ni moza sea osada de ir, ni vaya publica, ni secretamente a visitar ninguna otra muger, que esté parida, con presentes publicos llevando mozas cargadas con cestas, ni en otra manera, sopena de seiscientos maravedis a cada muger, o moza, por cada vez, repartida la dicha pena, segun y en la manera que en las leyes antes de esta se contiene"[14].
Una de las Ordenanzas de la Villa de Bilbao vigentes en 1567 tiene por título: "Mugeres no hayan a bisitar las paridas mas de seis" (Fol. 59, 68, 107, 128, 171). Otro de los títulos dice: "Colaciones de confituras ni cosas de acucar no se den en bodas bateos (bautismos) ni en partos de mugeres ni en otras cosas" (Fol. 153)[15].
En la actualidad estas invitaciones, ermakariak o martopilak, ya no tienen lugar; han sido sustituidas por un banquete en casa o más frecuentemente fuera de ella en el que se celebra unitariamente el nacimiento y el bautizo, sin observar las costumbres tradicionales que hemos descrito.
- ↑ APD. Cuad. 7, ficha 708.
- ↑ APD. Cuad. 3, ficha 275.
- ↑ José Miguel de BARANDIARAN. "Bosquejo etnográfico de Sara (VI)" in AEF, XXIII (1969-1970) p.104.
- ↑ Juan de IRURETAGOYENA. "Costumbres de Zarauz" in AEF, I (1921) p. 114.
- ↑ Pedro M.ª ARANEGUI. Gatzaga: una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX. San Sebastián, 1986, p. 60.
- ↑ José Miguel de BARANDIARAN. "Matériaux pour une étude du peuple Basque: A Uhart-Mixe" in Ikuska. N° 8-9 (1948) p. 3.
- ↑ Salustiano VIANA. "Estudio etnográfico de Lagrán" in Ohitura, I (1982) p. 57.
- ↑ Luciano LAPUENTE. "Estudio etnográfico de Améscoa" in CEEN, VIII (1971) p. 142.
- ↑ José Miguel de BARANDIARAN. "Materiales para el estudio del pueblo vasco: En Liginaga (Laguinge)" in Ikuska. № 10-13 (1948) p. 81.
- ↑ José Miguel de BARANDIARAN. "Para un estudio de Iholdy" in Cuadernos de Sección de Antropología Etnografía, V (1987) p. 100.
- ↑ Resurrección M.ª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, p. 342.
- ↑ Resurrección M.ª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, p. 342.
- ↑ Juan Ramón de ITURRIZA. Historia general de Vizcaya y Epítome de las Encartaciones. Bilbao, 1938, pp. 65-66.
- ↑ El Fuero. Privilegios Franquezas y Libertades de los caballeros hijos dalgo del Señorio de Vizcaya. Bilbao, Pedro de Huydobro Impresor, 1643, p. 106.
- ↑ Estanislao J. de LABAYRU. Historia General del Señorío de Bizcaya. Tomo IV. Bilbao, 1968, pp. 471 y 479.