La petición de mano
Es el acto simbólico por el que los padres del novio se personan en la casa de los padres de la novia para transmitirles el propósito firme de su hijo de casarse con la joven y solicitar la autorización para llevar a cabo dicha unión.
Fue común en tiempos pasados que en esta visita ambas familias trataran los aspectos económicos concernientes al contrato matrimonial de los nuevos cónyuges. El acto se celebraba en una fecha próxima a la boda y a partir de establecido el acuerdo entre ambas familias comenzaban las amonestaciones en la parroquia. En algunos lugares se decía que los novios a partir de entonces estaban prometidos. Se ha recogido también en varias localidades que ese día los novios sellaban la petición de mano con regalos que se hacían el uno al otro.
En nuestras encuestas la realización del acto de la pedida formal se ha constatado con mayor vigencia en Álava. En los demás territorios se trata más de un encuentro protocolario en torno a una comida en casa de la novia para que las dos familias que van a emparentar se conozcan y establezcan las condiciones de la nueva sociedad conyugal. A veces tenía su correspondencia con una comida en la casa del otro consorte.
En Moreda (A) la petición de mano consistía en un encuentro que celebraban los padres de los novios uno o dos meses antes del casamiento para determinar lo concerniente a la futura boda. En esta conversación se concretaba hasta el menor detalle: las propiedades que se habían de transmitir, el mobiliario, y otras mandas; el regalo a entregar a la novia; la fecha de la publicación de las proclamas, publicatas; el día de celebración de la boda; la composición y lugar del banquete; el vestuario, etc. El capítulo más importante era el de las mandas de terrenos, fincas, casas, etc., es decir, todo lo que tuviera que ver con la hacienda de ambas familias.
Finalizada la reunión tomaban pastas y galletas acompañadas de vino o licor. La muchacha casadera no participaba en el acto.
En el caso de que las familias no dispusieran de bienes, se casaban solamente "con la alforja puesta al hombro", sin otra cosa que su fuerza física y las ganas de trabajar.
En Salvatierra (A) la petición de mano se llevaba a cabo en una reunión que celebraban los padres de la pareja que en ocasiones contaba también con la presencia del muchacho. En ella se acordaban las aportaciones que debería hacer cada familia para preparar el mobiliario y ajuar de los novios.
En Berganzo (A) la pedida de mano consistía en una comida en casa de la novia a la que acudían los novios y sus padres. En ella ambas partes trataban de la dote y si llegaban a un acuerdo quedaba convenido el matrimonio. En caso contrario se deshacía el noviazgo.
En Apodaca (A) la petición de mano solía ser unas semanas antes de las proclamas. Ambas familias se citaban en la capital (Vitoria) un jueves que era el día de mercado. El encuentro se producía en unos bares determinados que tenían unos reservados destinados para esta finalidad.
En Amézaga de Zuya (A) el novio acudía a casa de la novia a hacer la pedida. Si los padres de ésta no ponían ningún impedimento, algún domingo después eran los padres del novio quienes iban a casa de la novia para que ambas familias se conocieran y con tal motivo celebraban una comida.
En Bernedo (A) el novio acompañado de la novia acudía a casa de esta última a hacer la petición de mano. La joven previamente había preparado esta cita con sus padres. A partir de ese momento el novio entraba en casa de la novia.
En Valdegovía (A) la pedida tenía lugar en casa de la novia donde los padres de la pareja concertaban el acuerdo económico de la boda.
En Lezama (B) los padres de los contrayentes iniciaban las relaciones oficialmente con la petición de mano consistente en la celebración de dos comidas, la primera en casa de la muchacha y la segunda en la del joven. En estos encuentros se estipulaba la dote y lo que iba a aportar cada familia al futuro matrimonio. Si no se llegaba a ningún acuerdo sobre la dote y las aportaciones mutuas, el ágape servía al menos para que se conocieran las dos familias. (Neskato eta mutillen aite ta amak bazkari bet ospatuten deure. Bazkari orretan tratue eiten da; nik au... zuk beste ori. Traturik ez badau, famelie ezetuten da).
En Bermeo (B), cuando los novios habían tomado la decisión de contraer matrimonio, el joven en compañía de sus padres visitaba la casa de la novia para pedir su mano. Era una ceremonia informal que normalmente tenía lugar por la tarde y difería de unas familias a otras. Consistía principalmente en la entrega de los anillos de boda. La novia a su vez también regalaba algo al novio, por ejemplo un reloj.
En Durango (B) la costumbre recogida es similar, sólo que aquí la pedida de mano se estilaba entre familias acomodadas, generalmente en la segunda proclama. Los padres del novio, acompañados de él, acudían a la casa de la novia donde celebraban una comida y concretaban todo lo relacionado con la boda, la ceremonia y el banquete. A veces eran los padres del novio quienes en esta ocasión hacían el regalo a la novia, consistente generalmente en una sortija, y ésta obsequiaba al novio con unos gemelos o un reloj.
En Izpura (BN) el novio hacía la petición de matrimonio el día, generalmente domingo, en que era invitado a comer a la casa de la novia. Normalmente la pedida se dirigía a los padres que simulaban no saber nada. Una vez que se producía el acuerdo, el muchacho realizaba un regalo a la chica, consistente generalmente en una sortija, un broche o unos pendientes, más o menos valiosos dependiendo de su fortuna personal o familiar.
En Arberatze-Zilhekoa (BN) los esponsales se caracterizaban porque el novio compraba el anillo a la novia y por la celebración en casa de ésta, de una comida con asistencia de las dos familias con carácter restringido. Después se devolvía la visita haciendo otro ágape en casa del muchacho. Era una conmemoración discreta, "oficial", en la que se tomaba un menú corriente. No tenía lugar ninguna celebración especial hasta el banquete de boda.
En Hazparne (L), confirmada la intención de casarse de la pareja en las dos familias, se celebraba una comida en casa del novio o de la novia según los casos. La pedida tenía lugar después.
En Hondarribia (G) una vez que los novios hubieran acordado casarse, se celebraba una comida con los padres de ambos, generalmente en casa de la chica. En tan recordada ocasión se acostumbraba que el novio regalara a su prometida una sortija y ésta a él un reloj.
En Arrasate (G) el novio, acompañado de sus padres, acudía a la casa de la novia donde se celebraba una comida llamada de "pedida de mano" y se concertaban los detalles de la boda.
En Ezkio (G) un domingo cualquiera los padres del novio se desplazaban a casa de los padres de la novia, circunstancia que aprovechaban para comer y conocerse.
En Orozko (B) los padres de los novios se reunían con éstos para acordar los bienes que cada parte aportaría y la sociedad que iban a establecer en el gobierno de la casa los matrimonios mayor y joven. En ocasiones era sólo el novio quien acudía a la casa de la novia a tratar con los padres de ésta las condiciones matrimoniales.
En Urduliz (B) no se hacía una petición de mano formal (eskurik orduun a zan eskatuten). Sólo en caso de que la pareja fuera de distinto pueblo y las respectivas familias no se conocieran, cuando el noviazgo se había formalizado los padres del novio acudían a comer a casa de la novia.
En Zunharreta (Z) no había petición de mano como tal y un domingo celebraban una comida los novios con los padres y las dos futuras familias se invitaban a visitar sus casas para conocerse.
En Obanos (N) antaño eran los padres del novio quienes iban a pedir la mano de la chica. A este acto se le denominaba "tener petición". Normalmente ese día la novia enseñaba a sus amigas las cosas que se había hecho o comprado. Según algunos testimonios la petición se daba entre familias acomodadas, no en las más sencillas. Actualmente (años noventa) sólo tiene lugar cuando alguno de los novios no es de la localidad y consiste en una merienda o cena en la casa de la novia para que se conozcan ambas familias. En algunos casos aunque los dos sean del pueblo también hacen petición de mano. Con este motivo se intercambian regalos tales como unos gemelos para la camisa, un reloj, una sortija...
En Garde (N) dos o tres meses antes del casamiento los padres del novio iban a pedir la mano de la muchacha a su casa y allí celebraban una buena comida. Se aprovechaba la ocasión para concretar los preparativos de la boda: lugar de la ceremonia, banquete, futura vivienda del matrimonio... Antiguamente eran los padres quienes preparaban y decidían los detalles de la boda. Hoy en día dentro del mes anterior al casamiento se siguen haciendo pedidas de mano con carácter simbólico, contando con la presencia de los propios novios.
En Izurdiaga (N), el tercer domingo en el que finalizaban las proclamas, la madre del novio acudía a la casa de la novia a hacer la petición de mano.
En Aoiz (N) lo común era que no se realizara la petición de mano, aunque hubiera familias que acostumbraban hacerla. En estos casos, una o dos semanas antes de la boda, el novio acompañado de sus padres acudía a la casa de la novia para celebrar allí una comida, reuniéndose los futuros esposos con los padres de ambos. Se solían y se suelen tratar entonces asuntos principalmente referidos a la preparación de la ceremonia.
En Artajona (N), en sustitución de la pedida de mano, poco antes de la fecha señalada para la boda, el novio iba con sus padres a casa de su prometida con el fin de concretar diversos aspectos de la misma como el número de invitados de cada parte, el menú del banquete, la dote que aportaría cada cónyuge y otros detalles menores. Ese día los novios se hacían un regalo mutuo: una pulsera, un anillo, un reloj...
En Allo (N) no se ha practicado la petición de mano como tal. Como fórmula de cortesía, unas semanas antes de la boda, los padres del novio visitaban la casa de la novia. Esta reunión era aprovechada para tratar de la dote que los nuevos esposos aportarían al matrimonio. En esta ocasión el novio no regalaba nada a su prometida.
En Izal (N) se ha recogido la práctica de una costumbre consistente en que los padres del novio iban a la casa de la novia para tratar de la boda y de la dote que se le daba. No era una petición de mano y con tal motivo no se celebraba ningún banquete.
En el valle de Carranza (B) la mayoría de los informantes desconocen la existencia de la petición de mano de forma ritualizada. No obstante existe una copla popular que recoge el hecho: "A lo que vengo vengo / si usted me da su hija / yo soy su yerno".