Ofrenda del ramo de la novia
En tiempos pasados finalizada la ceremonia, la novia depositaba su ramo de flores al pie del altar de la Virgen. Esta ofrenda, muy común hasta la década de los años sesenta, tenía lugar generalmente en la misma iglesia donde se había celebrado el matrimonio. En algunas localidades la novia se desplazaba para ello a una ermita o capilla de su devoción.
En Pipaón (A), a mediados de siglo, tras la ceremonia la novia se quedaba en la iglesia junto con las jóvenes Hijas de María que le acompañaban hasta el altar de la Virgen. Allí cantaban su despedida como Hija de María y ella depositaba sobre el altar el ramo de flores. También en Mendiola (A) por los mismos años la ceremonia del matrimonio terminaba cantando la Salve a la Virgen.
En Allo (N), los desposados, terminada la misa de boda, acudían a la Basílica del Santo Cristo de las Aguas donde la novia depositaba el ramo de flores; en Artajona (N) lo hacía a los pies de la imagen de la Virgen de Jerusalén, en la ermita de su nombre; en San Martín de Unx (N) lo ofrendaba a la Virgen del Pópulo, en la iglesia de Santa María.
En Lezaun (N), la novia, acompañada de una amiga, volvía a la iglesia antes del banquete de boda para ofrendar el ramo a la Inmaculada. En Moreda (A) algunas novias tienen costumbre de volver a la iglesia al día siguiente de su boda con el ramo de flores con el que se casaron para depositarlo en el altar o delante de la imagen de Santa María de Moreda.
En Durango (B) las novias dejaban su ramo sobre el altar mayor, ofreciéndoselo a la Virgen de Uribarri o a Santa Ana titulares de las parroquias de la villa, o sobre el altar de la Inmaculada. Las jóvenes que habían estudiado en régimen de internado depositaban su ŕamo de flores en las capillas de sus respectivos colegios. En Orozko (B) lo hacían en la capilla del Convento de la Merced.
En Hazparne (L) la andere serora que decoraba la iglesia se encargaba de apartar el ramo de flores que la novia ofrecía a la Virgen después de la ceremonia.
Esta ofrenda a la Virgen del ramo de novia fue muy común y nuestras encuestas la han registrado también en Ribera Alta (A), Lezama, Urduliz (B), Telleriarte (G) e Izal (N).
En la última década se ha introducido en algunas localidades la costumbre de depositar el ramo de flores de la novia sobre la tumba familiar. Este hecho así como su significación se describe en el capítulo dedicado a la ofrenda postnupcial.
Más recientemente en algunos sitios la novia, lanza el ramo entre sus amigas casaderas en el pórtico cuando sale del templo; se dice que aquélla que lo recoja será la primera en casarse. Hay novias que lanzan el ramo al aire hacia atrás en la creencia de que la joven que se haga con él encontrará pronto novio (Amézaga de Zuya, Mendiola-A, Durango, Lezama-B; Beasain, Hondarribia-G). En Mendiola indican que algunas novias guardan el ramo como recuerdo; en Lezama y Urduliz que, en ocasiones, el ramo lo regalan a una persona de la familia en prueba de afecto; en Apodaca (A) que se regala una flor del ramo de la novia a las mozas solteras.