Disposición de los invitados en la mesa
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La disposición de los convidados en los banquetes de boda sigue con bastante exactitud el esquema de todos los banquetes rituales tradicionales celebrados en el ámbito familiar. En este caso la pareja de los recién casados, junto con los padres, el sacerdote y los testigos, en la Vasconia continental, adquieren un lugar preferente en la mesa.
Este esquema de los ágapes tradicionales se transportó a mediados de siglo a los banquetes organizados en restaurantes y se ha perpetuado con muy pocas variaciones.
Bodas domésticas
En los banquetes organizados en la casa de alguno de los contrayentes éstos presidían la mesa junto con el padrino, la madrina, los padres y los abuelos. Los familiares de más edad pasaban también a un primer plano a la hora de situarlos en el lugar de la celebración. A continuación se colocaban en la mesa los hermanos de los contrayentes, tíos, primos y, en último lugar, amigos y amigas de ambos, ezkonlagunak (Zeanuri-B).
En los años treinta, en algunas localidades el recién casado se sentaba frente a su mujer (Ezkurra N). Junto con ellos se situaban los padres, el sacerdote, los abuelos y los allegados. Los restantes comensales se distribuían en el resto de las mesas.
También en estos años, en zonas del País Vasco continental, los recién casados se situaban junto a los padres y los testigos de la ceremonia, lekukoak (Donoztiri-L). El resto de los comensales se disponía indistintamente en los asientos.
En muchas localidades (Orozko-B; Baztan[1], Salazar-N[2]) la presidencia de la mesa correspondía al sacerdote, disponiéndose a su derecha el novio y a su izquierda la recién casada.
Se puede afirmar que, por regla general, el resto de los comensales solía disponerse o bien en dos grupos separados, manteniéndose divididas las familias de los contrayentes, o bien según grupos de edad (Amézaga de Zuya, Apodaca, Artziniega, Gamboa, Moreda-A; Durango, Zeanuri-B). Es también general que el grupo de los jóvenes, antes el conjunto de los solteros y actualmente los amigos de ambos contrayentes, constituyeran también una mesa o mesas diferenciadas de las de los convidados por vinculaciones familiares.
Con el paso del tiempo no se observaron cambios importantes en cuanto a la colocación de la mesa principal en las bodas celebradas en el hogar. Unicamente en algunas localidades hasta los años sesenta el sacerdote oficiante se sentaba en medio de los novios (y así se recoge en Amorebieta-Etxano, Bermeo, Durango, Gorozika, Lezama, Orozko, Zeanuri-B; Berastegi, Bidegoian, Telleriarte, Zerain-G; Baztan[3], Lekunberri y Valle de Salazar[4]-N), pero esta costumbre desapareció con posterioridad.
En Mendiola (A) los recién casados se sentaban en el centro de la mesa, y en sus extremos los padres y padrinos. Junto a la novia se situaban los familiares del novio, y junto a éste los de la novia. En Gamboa (A) en ocasiones en la mesa presidencial podían dar un lugar preferente a alguna persona destacada de la localidad (alcalde, maestro, etc.).
En Bernedo (A); Abadiano, Nabarniz, Urduliz (B); Goizueta e Izal (N) los novios presidían la mesa principal y a ambos lados se situaban los padrinos de boda. Los demás invitados se sentaban sin un orden establecido.
En Apodaca (A) ocupaban el centro de la mesa las personas más próximas a los novios (padres, abuelos...) y el sacerdote, y en los extremos el resto de la familia. En esta localidad se colocaba a los pies de la mesa principal el cuadro de la Ultima Cena.
En Obanos (N) en la mesa presidencial se situaba el nuevo matrimonio con los padres y padrinos de bautizo a los lados y si había cura o curas, éstos también eran colocados en la mesa principal.
En Sangüesa y Viana (N) presidían el novio con su madrina y la novia con su padrino, el cura si asistía, los abuelos y algún tío de edad avanzada. En la última localidad los solteros se colocaban todos juntos.
Bodas fuera de casa
En las bodas organizadas en restaurantes, antes y hoy día también, se marca con adornos florales el lugar a ocupar por los recién casados. Toman asiento en la parte más próxima a los contrayentes los padrinos, padres, abuelos y hermanos de los novios, junto con el sacerdote que ha oficiado en la ceremonia (en caso de que asista).
Si el número de invitados es importante, se marca de una forma especial una mesa presidencial en la que se disponen los recién casados y la familia más próxima. Cuando las mesas quedan dispuestas en forma de "U" esta presidencia se sitúa en el tramo central. Si hay un número superior de mesas a lo largo o de forma redonda, la mesa principal suele resaltarse tanto en su situación como, incluso, en altura.
Fuera de esta mesa la forma de organizar a los invitados ha variado a lo largo de los años. Anteriormente éstos se sentaban conforme iban llegando, según preferencias, o perpetuando los modos de organización tradicionales en los banquetes celebrados en casa.
Actualmente, en los ochenta y noventa, en muchos lugares los novios y sus familias se encargan de marcar con tarjetones o por medio de croquis la disposición de los comensales en las mesas. Intentan que todos se sitúen junto a gente conocida por razones de familia, amistad o cualquier otro tipo de afinidad (Durango, Urduliz-B; Aoiz-N).
- ↑ José Mª SATRUSTEGUI. Euskaldunen seksu bideak. Oñati, 1975, p. 116 y Francisco ARRARAS. “Bodas de antaño” in CEEN, VI (1974) p. 32.
- ↑ Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, p. 276.
- ↑ José Mª SATRUSTEGUI. Euskaldunen seksu bideak. Oñati, 1975, p. 116.
- ↑ Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, p. 276.