Bautizo

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Los bautizos de los hijos naturales se realizaban a horas intempestivas para evitar los comentarios de la gente.

En Getaria (G) los niños nacidos fuera del matrimonio se bautizaban a escondidas, muy de mañana o de noche.

En Olaeta (A); Lekeitio (B), Baztan, Larraun, Salazar (N); Amezketa y Arrona (G); a los hijos naturales solían llevarlos a bautizar a escondidas[1]. En estas dos últimas localidades guipuzcoanas así como en Portugalete y Zeanuri (B) además se ha recogido que en estos bautizos que solían tener lugar de madrugada actuaban de padrinos el sacristán y la serora.

En Abadiano (B) se recuerda un caso en que fueron los abuelos los que se encargaron de llevar el niño a la iglesia después del Ave María, a oscuras y envuelto en un mantón negro.

A principios de siglo la encuesta del Ateneo[2] recogió en Pamplona (N) y en Tolosa (G) que el bautizo de los niños ilegítimos tenía lugar de noche lo más ocultamente posible. En Caparroso (N) también de noche y a escondidas y solía ser madrina la comadrona o la mujer que asistió el parto. Los derechos parroquiales los pagaba la madre. En Tudela (N) con el mayor sigilo. En Estella (N) también con sigilo y por lo tanto sin aparato ni acompañamiento. En Sumbilla (N) se guardaba el mayor secreto, se suprimían los convites y no se designaban padrinos como en el caso de los legítimos.

A los hijos naturales se les ponían los apellidos de la madre al tratarse de niños no reconocidos. En la partida de nacimiento, en el espacio en el que debía constar el nombre del padre se anotaba "padre desconocido". Cabe señalar que si la madre no se casaba con el padre de la criatura era porque éste no la reconocía como suya, por lo que no se daba en ningún caso una situación que hoy es más o menos habitual, que el niño lleve los apellidos del padre y de la madre aunque ambos no estén casados (Amézaga de Zuya-A).

En Bernedo (A) los nacidos de soltera recibían el apellido del titular de la parroquia o el mismo que la madre.

En Muskiz (B) los chiquillos llevan unas veces los apellidos del padre y de la madre y en otras ocasiones sólo los de la madre. En la escuela no suelen tener problemas, pero en ocasiones, cuando tienen una discusión con sus compañeros, puede surgir la humillación.


 
  1. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid, 1935, p. 184.
  2. EAM, 1901 (ed. 1990) I, 2, pp. 1.091-1.092.