Clases de bailes

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Los bailes más practicados en la primera mitad de este siglo según los datos recogidos en las localidades encuestadas han sido: arinarin, biribilketa, bolero, charlestón, chotis, conga, fandango, fox-trot, habanera, java, jota, mazurca, pasodoble, polka, rumba, raspa, tango, twist, vals y yenka.

El baile ha sido y sigue siendo un punto de encuentro de solteros que buscan emparejarse[1]. Tradicionalmente se ha ejecutado en dos grandes modalidades: baile suelto y baile agarrado.

Baile ante el caserío. Duranguesado (B), c. 1950. Fuente: Archivo Asociación Gerediaga: Foto Germán.

Baile suelto. Dantza soltea

Aunque se hayan practicado distintas variantes de este baile, el más extendido en las localidades encuestadas ha sido la jota, bailada en corro, entre varias parejas, a un ritmo rápido. A veces las jotas eran cantadas por los músicos y en ocasiones coreadas también por los asistentes. Hasta mediado el siglo en algunos pueblos tuvo tal arraigo que se bailaba la jota hasta ver si se cansaban antes los bailarines o los músicos (Obanos-N). Se han conocido y bailado otros sones a lo suelto corno el arin-arin y el pasacalle o biribilketa.

Se han recogido algunas denominaciones euskéricas del baile a lo suelto: dantza soltea o sueltoa (Abadiano, Gorozika, Orozko-B y Ezkio-G) y en esta última localidad también dantza librea. En Vasconia continental, en ocasiones festivas, se ejecutan en corro unos bailes sueltos denominados dantza-jauziak (Donoztiri, Uharte-Hiri-BN).

Hoy día (años noventa) se practican también los citados bailes tradicionales pero lo que se conoce como modalidad de baile suelto se danza al son de ritmos modernos.

Baile agarrado. Dantza lotea

La mayor parte de los bailes salvo los folclóricos o los descritos en el apartado precedente se ejecutan en la modalidad de agarrado, es decir por parejas formadas por un varón y una mujer que danzan juntos solos y abrazados el uno al otro, de donde el nombre de baile agarrado.

En castellano la expresión común utilizada es baile "a lo agarrao" que ha servido de préstamo a la euskérica dantza agarradua (Abadiano, Orozko-B). También se han recogido las denominaciones dantza lotea (Ezkio, Gatzaga-G; Goizueta-N; y Sara-L), baltseoa (Nabarniz, Zeanuri-B) y bikoteka (Goizueta).

Este baile se empezó a difundir en las localidades de población reducida y en el mundo rural en la primera década de este siglo; obviamente en los núcleos de cierta entidad y en las capitales se introdujo con anterioridad.

La descripción de la forma tradicional de bailar a lo agarrado es como sigue: uno de los componentes de la pareja, normalmente la chica, va tras los pasos que le marca su compañero al ritmo de la música que suene. El chico "lleva" a la chica en la ejecución del baile. Danzan uno frente a otro, él abraza a su pareja por la espalda con su brazo derecho y su mano izquierda entrelaza la mano derecha de ella, con los codos flexionados. A su vez la chica apoya su mano izquierda sobre el hombro derecho de su compañero.

En tiempos pasados las normas y costumbres imperantes exigían que la pareja mantuviera entre sí una prudente distancia[2]. Cuando un muchacho pretendía acercarse a la moza con la que estaba bailando, ésta si aquél no era de su gusto o se sentía observada por la gente interponía el brazo entre ambos evitando así que la "arrimara".

En Obanos (N) en los bailes "agarraus" las parejas solían subir y bajar tanto la mano con la que se agarraban que para reírse de ellas se decía que estaban sacando agua del pozo.

En Lezaun (N) en los bailes dominicales de tiempos pasados se tocaban las canciones aprendidas de los componentes de las orquestinas que actuaban durante las fiestas patronales y se vendían las letras de las mismas.

En Bermeo (B) las cuadrillas de chicas, según su edad, ocupaban siempre una misma zona del parque donde se celebraba el baile público. Los muchachos sabían hacia dónde dirigir sus pasos para dar con las muchachas de su preferencia. Cuando surgía un noviazgo, esa pareja dejaba de acudir al baile público. Esta forma de bailar en parejas perduró hasta finales de los sesenta.

En Gatzaga (G) hasta mediados de siglo no se permitió el baile "agarrao", dantza lotua o baltsiua. La ocasión más propicia para el verdadero encuentro de los jóvenes la brindaba el cercano barrio de Maulanda donde todos los domingos y días festivos, exceptuando los de Cuaresma, se podía bailar al "agarrao", a los sones del acordeón[3].

Respecto a la transición experimentada en algunas localidades de ir abandonando el baile suelto en favor del agarrado, en Lemoiz (B) señalan que hacia los años cuarenta el baile agarrado empezó a simultanearse con las jotas. En Bidegoian (G) a partir de la década de los setenta se introdujo el agarrado con pasodobles y tangos, ganándole terreno al suelto que era el único que se bailaba hasta entonces. En Carranza (B), a finales de los sesenta en las romerías se escuchaban pasodobles y jotas mientras que en la verbena tocaban música pop.

En estos últimos tiempos (años noventa) en algunos pueblos han comenzado a abrir salones donde se imparten clases de bailes que se han practicado siempre, como el tango, el vals, etc. Previo pago de una cantidad, al estilo de las academias, personal especializado y profesional inicia y enseña a la gente a bailar los diferentes ritmos. Asisten sobre todo mujeres jóvenes y mayores (Durango-B).


 
  1. El retraimiento en tiempos pasados de los mozos vascos para el baile y algunos aspectos relacionados con la separación de sexos pueden verse en el capítulo “Trato mixto” de la obra de José Mª SATRUSTEGUI. Comportamiento sexual de los vascos. San Sebastián, 1981, pp. 159-174.
  2. La Iglesia en Vasconia se sumó a la opinión imperante en la Iglesia en la campaña contra los bailes modernos o agarrados. “...imitadores serviles y viles de los pueblos de origen, pues unos han nacido en la carroña moral de Europa y otros en el estallido bestial de las tribus más degradadas de la tierra, ninguno en España, relicario de pureza, arte y galanura.” Y más adelante “...hay que barrer la basura que importamos, necios, de otros pueblos de la Europa salvaje. Hay que desterrar el baile agarrado”. (“Los bailes modernos”, Carta pastoral del 15 de junio de 1941 del obispo de Pamplona, don Marcelino Olaechea in Boletín Oficial del Obispado de Pamplona. Nº 1948. Pamplona, 1941, pp. 182 y 184).
  3. Pedro Mª ARANEGUI. Gatzaga: una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX. San Sebastián, 1986, p. 108.