Viajes de corta duración

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En los años veinte y treinta algunas pocas parejas salían de viaje de recién casados una vez finalizado el almuerzo. En Vasconia peninsular tras el periodo de posguerra, por los años cincuenta, volvieron a restablecerse los viajes de novios. Tales desplazamientos consistían en visitas de excursión de un día a la capital o traslados de muy pocos días a lugares próximos.

Los destinos variaban según la localidad de origen, pero podían ser Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Pamplona, Santander, Logroño... Los desplazamientos se efectuaban en tren o en autobús. En estas fechas las familias con más medios se trasladaban a veces a lugares más alejados como Zaragoza, Madrid, Barcelona... (Ribera Alta, Valdegovía-A; Berastegi-G; Aoiz, Artajona, Goizueta, Garde, Izal, Lekunberri, Sangüesa, San Martín de Unx, Viana-N).

En Carranza (B) antes de que el viaje de novios estuviese al alcance de todas las economías, las familias adineradas del Valle ya lo practicaban, pero era tan escaso el número de carranzanos que podían costeárselo que constituían motivo de noticia local en la prensa de la época.

Donostia-San Sebastián (G), primeros de siglo XX. (Postal). Fuente: Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa.

Según indican datos recogidos a principios de siglo, en Llodio (A) los recién casados ya solían salir en viaje de novios, generalmente dos días, dependiendo de sus posibilidades económicas[1].

En Ajuria-Muxika (B) una informante y su marido acompañados de los escasos invitados se dirigieron a la estación de ferrocarril de Zugastieta, distante unos 3 km. En ese lugar se subieron todos al tren y la comitiva les acompañó hasta la localidad de Amorebieta que se encuentra a unos ocho kilómetros. Allí se despidieron de sus acompañantes y ellos tomaron otro tren a San Sebastián, capital elegida como destino del viaje de novios, que tuvo una duración de dos días.

En Lemoiz (B) iban de viaje de novios a San Sebastián, donde permanecían cuatro o cinco días.

En las localidades bajonavarras de Ibarla e Iholdi (BN) era común ir de viaje de novios a Lourdes.

En Lekunberri (N) los informantes señalan que más que de un viaje se trataba de una excursión. Generalmente iban a Zaragoza a conocer el Santuario de Ntra. Sra. del Pilar, o a Bilbao y Las Arenas, a conocer el Puente Colgante.

En Amézaga de Zuya (A) las parejas que contraían matrimonio a hora temprana, aprovechaban el autobús de ese mismo día para salir de viaje, ya que había que amoldarse a los horarios de los medios de comunicación disponibles de la época que eran, el tren o el autobús.

Pamplona-Iruñea (N), primeros de siglo XX. (Postal). Fuente: Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa.

En algunos casos el viaje duraba menos de 24 horas. En Allo (N) la mayoría de las parejas iban a Estella a lomos de una mula y volvían en el mismo día. En Artziniega (A) un informante recuerda que su viaje de novios consistió en ir a Bilbao adonde un fotógrafo, para lo que se desplazaron hasta Sodupe andando y desde allí a Bilbao en tren. En Obanos (N) cogían una sandía y la burra y bajaban a Puente la Reina (a dos o tres kilómetros de distancia), allí pasaban el día y volvían a casa.

En Lezama (B) cuentan un caso en el que se casaron a las siete y media de la mañana, y tras el desayuno fueron a Bilbao en el tren de las once a pasar el día con su hermana. Comieron en un restaurante y tras subir en funicular a Artxanda, volvieron a casa el mismo día, Biajea bai, zazpi t'erdiatatik zortziretara ezkondu, armoseu ta amaiketako trenian Bilbora. Bilbon aiztiaz araxe egune pasetan. Bezkaldu alboko tabernan, funikularrian andik Artxandara eta geubian etxera.


 
  1. EAM, 1901 (Arch. CSIC. Barcelona) IIDh1.