XV. OFRENDA POSTNUPCIAL Y TORNABODA
El ciclo de las celebraciones de bodas se cerraba en gran parte de Vasconia el domingo siguiente al del casamiento. Ese día la esposa adventicia participaba en una ceremonia ritual de toma de posesión de la sepultura simbólica en la iglesia. Otras veces, ese domingo servía únicamente para marcar mediante una celebración sencilla la vinculación entre las dos familias unidas mediante el matrimonio.
El viaje de novios, fuera de casos de familias adineradas o de rango muy elevado, no figura entre las costumbres del país relacionadas con el matrimonio. Poco a poco este hecho ha ido introduciéndose y, según los datos recogidos en nuestras encuestas, se generalizó a partir de los años veinte y treinta con la excepción, en Vasconia peninsular, de los duros años de la posguerra. Primero se hacían excursiones que duraban una sola jornada, más tarde viajes a lugares alejados de varios días y en la actualidad se va a países exóticos.
La introducción y universalización del viaje de novios ha producido una pequeña reorganización en las celebraciones posteriores a la boda, ya que se ha hecho coincidir la vuelta de la pareja con el ágape de recibimiento, llamado también en algunos lugares "tornaboda". Su descripción, por lo tanto, tiene mucho que ver con la del banquete que marcaba el final de la serie de celebraciones de bodas y la entrada de la nueva dueña de la casa en el domicilio conyugal.
