Aceite de oliva
Ha sido muy común la práctica de verter unas gotas de aceite sobre el oído que tiene el problema, que a poder ser debe estar templado (Berganzo, Pipaón-A; Abadiano, Bedarona-B; Hondarribia, Zerain-G; Arraioz, Lekunberri, Murchante, San Martín de Unx, Sangüesa-N; Azkaine-L).
En Carranza (B) para aliviar el dolor de oídos se utilizaba el aceite de oliva. Se recogía una pequeña cantidad en una cuchara y se calentaba sobre la chapa cimera de la cocina económica o acercándola a la llama de una cerilla. Cuando se templaba, con la misma cuchara o con un cuentagotas se vertían dos o tres gotas en el oído. Era un remedio muy conocido.
En algunas poblaciones se especifica que el aceite debe ser de oliva (Carranza-B, Hondarribia-G, Lekunberri-N). En Murchante (N) hablan de oliva virgen y en Lezaun (N) de oliva o de aceite de mixarra. En Zerain (G) traían de determinadas ermitas el aceite que ardía en la lamparilla y éste era el que luego se introducía en el oído. También se hacía lo mismo en Ataun (G).
Después de echar las gotas de aceite se ha considerado conveniente tapar el conducto auditivo (Abadiano-B).
Otro remedio similar ha consistido en introducir en el oído afectado un algodón empapado en aceite (Mendiola-A, Durango-B, Oñati-G). En Viana (N) a los niños mayores se les aplicaba un algodón empapado en aceite bien caliente. En Bermeo (B) este tratamiento se completaba colocando una compresa sobre el pabellón auditivo sostenida por medio de un pañuelo que rodeaba la cabeza.
El algodón se ha utilizado en algunas ocasiones como cuentagotas al no disponer de este artilugio (Ribera Alta-A). En Elgoibar (G) en los años ochenta calentaban algo de aceite con el que impregnaban un pequeño algodón y cuando se templaba echaban dos gotitas y tapaban el oído con dicho algodón.
Ha sido también muy común la costumbre de freír unas cabezuelas de manzanilla en el aceite aplicando después éste sobre el oído. Como se ha descrito antes, el algodón, además de servir para tapar el conducto auditivo tras verter el aceite se ha utilizado a veces como cuentagotas empapándolo previamente.
En Amézaga de Zuya, Bernedo, Valdegovía (A); Berastegi, Elosua (G) y Aoiz (N) se calienta en una sartén un poco de aceite al que se le agregan unas cabezuelas de manzanilla. Cuando el aceite está templado se introducen unas gotas en el oído enfermo. En Agurain (A) se recurría igualmente al aceite frito con manzanilla (Matricaria chamomilla) para lo cual se mojaba un algodón en el mismo cuando estaba templado y se introducía en el oído. En Carranza (B) se obraba del mismo modo. En Ribera Alta (A) se fríen manzanillas en un poco de aceite y cuando está templado se impregna un algodón y ayudándose del mismo se echan unas gotitas en ambos oídos.
En Astigarraga (G) el dolor se combate introduciendo en el oído no muy profundamente un algodón o trapito untado en aceite templado donde previamente se han frito unos ajos. Luego la zona se tapa con un trapo mayor para que conserve el calor.
Según Margarita Fernández, en Navarra se ha utilizado la instilación de unas gotas de aceite en el que previamente se haya frito una rama de perejil[1].
- ↑ Margarita FERNÁNDEZ. Las plantas en la medicina popular. Navarra húmeda del noroeste. Pamplona: 1981, p. 46.