Causas de las dolencias hepáticas
Es común en las localidades encuestadas el dato de atribuir las enfermedades del hígado a la ingestión de bebidas alcohólicas en demasía. En Mendiola, Moreda (A); Beasain (G) y Murchante (N) mencionan expresamente la cirrosis, enfermedad del hígado irreversible, producida por la excesiva ingestión de alcohol a lo largo de la vida. En Moreda ironizan diciendo que afecta a quienes “han chupado mucho de la pitorra” y los informantes temen dicha enfermedad por su carácter mortal. En Izal (N) y Arrasate (G) añaden como causa de las dolencias hepáticas el tabaco y en Arrasate (G) y Donibane-Lohitzune (L) también el café.
En Agurain, Ribera Alta (A); Arrasate, Astigarraga (G); Arraioz y Goizueta (N) se atribuye a comer en demasía; en Muskiz (B); Telleriarte (G) y Donibane-Lohitzune (L) a una mala alimentación, como por ejemplo abusar de embutidos; en Aoiz (N) dicen que influye el tomar grasas y frituras en exceso; en Pipaón (A) el hacer malas digestiones y en Apodaca (A) el llevar mala vida. En Moreda (A) y Arrasate (G) consideran perjudicial el excesivo consumo de medicinas.
En Amézaga de Zuya, Bernedo, Mendiola, Pipaón, Ribera Alta, Valdegovía (A); Durango, Gorozika, Muskiz (B); Bidegoian, Elosua, Telleriarte (G); Allo, San Martín de Unx, Sangüesa, Tiebas (N) y Sara (L) señalan que no es conveniente comer muchos huevos porque el hacerlo provoca enfermedades del hígado; en Moreda (A) se achaca sobre todo a las yemas, y en Lekunberri y Murchante (N) a la ingestión de huevos en mal estado. En el Valle de Erro (N) dicen que comer muchos huevos es perjudicial si se tienen problemas de hígado. En Elosua (G) señalan que la leche es mala para el hígado.
En Beasain y Elgoibar (G) las enfermedades hepáticas normales han sido atribuidas al frío, hoy se sabe que también son causadas por virus. En Aoiz (N) dicen que las enfermedades hepáticas pueden deberse al deficiente funcionamiento del organismo en cuanto a la expulsión de toxinas que quedan acumuladas en el hígado.
En Mendiola, Pipaón (A); Orozko (B); Astigarraga (G) y Obanos (N) señalan que los disgustos pueden ocasionar dolencias hepáticas, y en Aoiz (N) y Mendiola (A) mencionan causas hereditarias. En Nabarniz (B) dicen que la dolencia del hígado, gibelekoa, hacía que esta víscera se fuera pudriendo aunque tiene capacidad de regenerarse.
Las encuestas denotan que como consecuencia de que la gente acude hoy día más asiduamente a las consultas médicas y va adquiriendo nuevos conocimientos, sabe más acerca de las causas y evolución de las enfermedades. Uno de estos casos es el de las enfermedades hepáticas y sus clases, según advierten los propios informantes de las localidades encuestadas.
Así en Mendiola (A); Amorebieta-Etxano (B) y Telleriarte (G) se ha recogido que la inflamación del hígado denominada hepatitis se atribuye a transmisión sanguínea; en Muskiz (B) se ha consignado que las hepatitis de las clases A y B se transmiten por medio de la sangre; en Eugi (N) se cree que viene de la suciedad de la sangre. En Mendiola señalan también que puede existir contagio oral y la dolencia hepática se asocia con la drogadicción, el paludismo y la sífilis. En Astigarraga (G) se ha recogido que el hígado puede quedar dañado como consecuencia de una enfermedad anterior, como el tifus. En Moreda (A) advierten de que la limpieza y la desinfección, con unas gotas de lejía, de la vajilla en la que se come y de lugares como la cocina y el cuarto de baño son aconsejables como medidas preventivas para evitar el contagio.
En Lekunberri (N) algunos informantes consideran que la causa principal de la hepatitis hay que encontrarla en el agua de consumo. Ésta en tiempos pasados no se cloraba y desde que se trata con cloro la enfermedad ha descendido notablemente. Todavía en los años cincuenta era una enfermedad infantil habitual.
En cuanto a la sintomatología, en Amézaga de Zuya, Moreda, Valdegovía (A) y Eugi (N) consignan que el síntoma más evidente de padecer del hígado es que la piel de la cara se torna de una tonalidad amarillenta; en Bedarona (B) dicen que los ojos toman color amarillo. En Valdegovía agregan que palidece el color rojo de la parte interior del párpado. En Agurain (A) señalan que los síntomas de los cólicos hepáticos son el dolor de vientre y la colitis y en Lekunberri (N) dicen que suelen ir acompañados de malestar y sensación de frío y casi siempre son repetitivos.