Remedios
Pocos son los remedios recogidos debido a que los testimonios sobre enfermedades sexuales son escasos.
Las enfermedades sexuales, generalmente, recibían tratamiento médico (Agurain-A; Astigarraga, Beasain, Berastegi-G; Aoiz, Goizueta-N); existía incluso el temor que de no hacerlo la enfermedad avanzara provocando la muerte (Bidegoian-G). En algunas localidades se ha consignado que si bien las enfermedades venéreas se remediaban con ayuda del médico, algunos se aplicaban purgantes y lavativas (Allo-N). Había quienes recomendaban los lavados con agua hervida y vinagre que era un remedio conocido por la generalidad y muy practicado (Ribera Alta-A).
En determinados lugares se ha constatado la práctica de tomar baños de mar además de lavados con agua de cocción de hierba de la lobera, manteniendo mucha limpieza, comiendo y bebiendo alimentos depurativos (Muskiz-B). Una informante de Ribera Alta (A) que durante la Guerra Civil de 1936 ejerció como enfermera en un hospital de la costa vizcaina señala la existencia de enfermedades sexuales entre las mujeres que trató. El remedio para curarlas era tomar baños diarios en agua de mar. Los médicos ya en aquella época practicaban la cauterización de úlceras genitales y la sífilis se trataba con bismutos.
En Goizueta (N) denominan atza a la enfermedad sexual que los soldados contraían cuando estaban en el servicio militar. Se solucionaba con higiene. No se hablaba del asunto, se procuraba silenciarlo. (Atza soldaduek miliziatik ekartzen zuten. Garbitasuna izango zen konponbide bakarra. Begi bistan ez du iñork izan, beti izkututan izaten oi zuten jasaten zutenek). En Eugi (N) las purgaciones, purgazioneak, se trataban con medidas higiénicas y para la sífilis los médicos ponían algún tratamiento pero al ser una enfermedad vergonzante se ocultaba y guardaba en secreto. En Lekunberri (N) aunque declinen hablar sobre este asunto, alguno de los informantes recuerda que la sífilis se trataba con mercurio.
En Carranza (B) la enfermedad venérea más conocida ha sido la gonorrea, llamada purgaciones. Los informantes no conocen más tratamiento que el que ofrecían los médicos. Señalan asimismo que hasta la aparición de los antibióticos había hombres que se veían obligados a acudir al médico durante prolongados periodos de tiempo para curarse.
En Bermeo (B), si durante las campañas pesqueras algún tripulante enfermaba de gonorrea, purgaziñoak, los compañeros de embarcación le aislaban obligándole a comer en popa solo, debiendo además usar plato, vaso y cubiertos aparte del resto de la tripulación. En esta localidad se han recogido dos remedios utilizados por los marineros bermeanos, que responden a sendos métodos procedentes de la zona de África Occidental, con base en las Islas Canarias, que es el lugar donde permanecían pescando. El primero se aplicaba antes del acto sexual y consistía en guardar un trozo de limón en el bolsillo y antes de realizar el coito humedecer un dedo en el limón e introducírselo en la vagina. Si le ocasionaba picores o algún tipo de molestias se suponía que la mujer padecía la enfermedad por lo que se la rechazaba. El segundo remedio se practicaba inmediatamente después del acto sexual. Se presionaba fuertemente el tercio distal del pene y se empezaba a orinar de forma que se retuviera el mayor tiempo posible. Cuando ya no se podía aguantar, se tomaba con la otra mano el resto del pene oprimiéndolo y liberando a la vez el tercio distal con lo que se logra expulsar la orina a presión. La operación se repetía varias veces.
Es dato generalizado que la llegada de la penicilina fue de gran ayuda en el tratamiento de las enfermedades venéreas (Apodaca, Moreda-A; Muskiz-B). En los primeros años del decenio de los cincuenta se comenzó a tratar la sífilis con penicilina (Murchante-N).