Remedios de las dolencias vesiculares
En Agurain (A) contra el mal de piedra se toma en ayunas infusión de la hierba llamada parietaria (Parietaria judaica), previamente secada a la sombra. En Valdegovía (A) dicen que para la vesícula son buenas las infusiones de raíz de grama y de hojas de la planta rastrera denominada gaulla. En Busturia (B) se tomaba el agua de la decocción del troncho de una planta del género Polygonum, traída de los conventos de frailes de Euba y de Bermeo. En Zeanuri (B), antiguamente, para el dolor de vesícula, biuzturiko mina, se consideraba buena la decocción de boskotxea, ruda[1]. En Bidegoian (G) se tomaban infusiones de manzanilla con zumo de limón y en Viana (N) alaban la bondad de la alcachofa.
En Carranza (B) para tratar los problemas de la vesícula biliar, se han utilizado los pegotes. Se recogía la planta entera, puede tratarse de la agrimonia (Agrimonia eupatoria) o del lampazo (género Arctium), y se secaba. Cuando se precisaba del remedio, se echaban cinco o seis pegotes en agua hervida y se preparaban como las manzanillas. La infusión debía tomarse durante nueve mañanas consecutivas.
En Lekunberri (N) se desconocía el remedio para las piedras de la vesícula pero se buscaba el alivio mediante la colocación de bolsas de agua caliente en la zona dolorida; también en Beasain (G) aplicaban calor.
En Moreda (A) advierten que contra los cálcu los de vesícula es conveniente cuidar la alimentación: no comer grasas ni productos de cerdo, no beber aguas con alto contenido en cal. También en Mendiola (A) se ha constatado la recomendación de la necesidad de abstenerse de tomar alcohol, grasa y huevos.
- ↑ Recogido por Eulogio GOROSTIAGA: LEF. (ADEL).