Otros remedios

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Mendiola (A) un remedio menos extendido que el de levantar la cabeza y recurrir al agua fría consiste en tumbarse y levantar el brazo opuesto al orificio nasal del que se sangra.

En Pipaón (A) también se recomienda tumbarse en el suelo o en la cama y levantar uno de los brazos, siempre el opuesto a la ventana nasal por donde se sangra. En Orozko (B), Astigarraga (G) y Tiebas (N) levantar igualmente el brazo opuesto al lado por el que se sangra. En Ribera Alta (A) elevar un brazo con los dedos extendidos. En Vasconia continental permanecer de pie con la cabeza hacia atrás y el brazo derecho levantado. En el Valle de Erro (N) a los niños se les decía que si la sangre les salía por el conducto izquierdo debían levantar el brazo derecho y viceversa.

En Muskiz (B) se colocan de pie y aprietan la barbadilla, barbilla, contra el pecho. En Elgoibar (G) presionan la nariz con los dedos y miran hacia el suelo sin tragar la sangre.

En Zerain (G) sientan al afectado en una silla, hacen que eche la cabeza hacia atrás y que abra los brazos en cruz. En Beasain (G) le atan fuertemente con un hilo un dedo de la mano.

En Valdegovía (A) recomiendan que se tumbe y le taponan la nariz. En Viana (N) se tumba al afectado con la cabeza bien baja.

En Arrasate (G) aconsejan aspirar por la nariz el vapor o el agua resultante de cocer cola de caballo. En Arraioz (N) ocasionalmente se ponía un trozo de cebolla recién cortada debajo de la nariz y se aspiraba.

En Berastegi (G) se dice que antaño utilizaban un emplasto hecho con la seta llamada asto putza, cuesco de lobo, a la que se atribuyen virtudes antihemorrágicas.

En Elgoibar (G) acostumbraban utilizar con este fin el látex que contiene el tallo de la planta conocida como bixio-bedarra, diente de león, o también el que despide el higo verde.

En San Martín de Unx (N) dan golpes con la mano abierta entre la nuca y el cuello. En el Valle de Erro (N) decían igualmente que había que golpear debajo de la nuca.

En Liginaga (Z) el afectado inclinaba el cuerpo doblando la cintura y le colocaban en la espalda dos clavos de hierro cruzados.

En la Merindad de Tudela (N) cuando un niño sangraba de la nariz, sus amigos o compañeros le posaban en la nuca dos pajitas formando una cruz para que se le cortase la hemorragia[1]. En Ollo (N) se le ponía una cruz de paja en el cogote y se pegaba con la mano encima de la misma[2].

Actualmente cuando las hemorragias son frecuentes se acude al otorrinolaringólogo que cauteriza el vaso sanguíneo causante del problema (Orozko-B, Oñati-G).


 
  1. Pedro ARELLANO. “Folklore de la Merindad de Tudela” in Anuario de Eusko-Folklore. Tomo XIII. Vitoria: 1933, p. 202.
  2. APD. Cuad. 7, ficha 772.