Catarro de ojos, begiko katarroa
En Nabarniz (B) llaman begiko mina al mal de ojos; también hablan de begiko katarroa o catarro de ojos. Este último se manifiesta por la aparición en los ojos de una suciedad muy amarillenta, loia, ori-oria, que se limpia con una gasa empapada en infusión de manzanilla. En Gorozika (B) aseguran que cuando se tiene catarro de ojos, begiko katarroa, se produce una especie de porquería, piztak, que suele ser más abundante por las mañanas.
En Bernedo (A) el frío de ojos o catarro de ojos se curaba con agua de manzanillas hervidas (Matricaria chamomilla) o también aplicando sobre los ojos pan con vino calentado a la lumbre.
En Beasain (G) cuando se manifiesta este mal, begitako katarroa, se limpian con infusión de manzanilla dos o tres veces al día. En Bidegoian y Zerain (G) para esta enfermedad, begiko katarroa, se recurre al mismo remedio, al igual que en Durango (B). En esta última localidad también se aplica agua cocida con sal valiéndose de un paño limpio.
En Amézaga de Zuya (A) se lavaban los ojos con el agua resultante de hervir rosas de cien pétalos que se conservaban en casa desde el día de San Juan.
En Zerain se cuecen en agua pétalos de rosal silvestre, astolarrosea, o en su defecto de rosal cultivado, betilarrosea, y después se lavan bien los ojos con dicha decocción repetidas veces.
En Amézaga de Zuya decían que en caso de presentarse un catarro de ojos no debían tocarse con las manos sino con el codo.