Remedios para el catarro de nariz
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Agua con sal
En Carranza (B) en una cazuela se calentaba agua con sal, cuando estaba tibia se vertía una poca en la palma de la mano y se absorbía para que el agua salada pasase a través de las fosas nasales hasta la garganta; en Durango (B) al agua templada con sal se le añadían unas gotas de limón. En Astigarraga, Oñati (G); Aoiz, Murchante (N); Valdegovía y Mendiola (A) se aplicaba el mismo remedio; en esta última localidad en tiempos pasados se valían de una jeringuilla para introducir el agua con sal; en Durango se hacía esto con los niños. En Hondarribia (G) lo hacían con agua de la mar.
En Pipaón (A) se ponían manteca de cerdo sin sal en las fosas nasales; en Zerain (G) para curar el moquillo de la nariz se frotaba ésta con aceite crudo y en Sara (L) también se frotaba la nariz con aceite antes de acostarse porque con ello se facilitaba la respiración por el conducto nasal durante la noche.
Inhalaciones de vahos
Los vahos se hacían a veces con el agua de la decocción de hojas de una sola planta y otras mezclando varias. El hacerlo con hojas de saúco o de laurel es, según algunas encuestas, anterior en el tiempo a la utilización de las hojas de eucalipto.
En Agurain (A) se echaba incienso u hoja de saúco (Sambucus nigra) sobre carbones encendidos y se aspiraban las emanaciones durante unos diez minutos teniendo la cabeza cubierta con un paño o toquilla. Al finalizar la sesión convenía envolverse la cabeza con el mismo paño y acostarse. En Lezaun y en Sangüesa (N) se echaban en un brasero hojas de sabuco, saúco, se ponía la cabeza con una toalla por encima y se inhalaba el humo de la combustión de las flores. En Mendiola, Pipaón, Ribera Alta (A), Beasain (G) y Aoiz (N) también se ha constatado que se hacían vahos de agua hervida con trocitos de ramas delgadas de saúco y con flores de sabuco, saúco, intsusa. En Bernedo, Valdegovía (A); Améscoa y Valle de Erro (N) precisan que eran flores de saúco del ramo de San Juan, cogidas y bendecidas ese día.
En Elgoibar (G) y Amorebieta-Etxano (B) se inhalaba el humo que desprendían las hojas de laurel, erramua, colocadas sobre la brasa y en Elosua (G) se hacían inhalaciones de un recipiente con agua caliente donde se hubieran cocido hojas de laurel, erramu-ostroa; de eucalipto y acículas de pino. Vahos de agua cocida con acículas de pino también se han consignado en Agurain (A). En Astigarraga, Oñati y Elgoibar (G) se usaban vahos de agua cocida con sal, a la que en esta última localidad añadían hojas de laurel. En Azkaine (L), según se recogió en los años treinta, se hacían vahos de agua hirviente a la que se le había añadido un puñado de ceniza, otro de pimienta picante y otro tanto de sal. Decían que en los casos de no poder detener el moquillo de la nariz producía alivio el beber aguardiente.
Es común la constatación en las localidades encuestadas de que un buen remedio para los catarros de nariz es inhalar vahos de eucalipto.
También se han recogido en muchos lugares testimonios de que se hacían y se hacen inhalaciones de vahos de otras plantas como espliego (Amézaga de Zuya-A), romero (Apodaca-A, Bidegoian-G), orégano (Apodaca), tomillo (Ribera Alta-A, Murchante-N), malvavisco (Amézaga de Zuya), malvas (Berganzo-A), menta (Muskiz-B; Oñati-G; Aoiz, Murchante-N), fresno (Izurdiaga-N); también de alcohol de romero (Muskiz). En Bidegoian (G) se hacen inhalaciones con cocción de pasmo-belarrak, murajes; odol-belarrak, centaura, y verbena. En Astigarraga (G) se aplicaba emplasto de verbenas a la nariz con un trapo. En Tiebas (N) para la moquera, se inhalaba vapor de agua para que entrara por las vías respiratorias.