Remedios generales

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Los remedios tradicionales y domésticos aplicados a los constipados son similares a los empleados para curar catarros y gripes. En las encuestas se señalan recomendaciones del tipo de procurar estar al calor, al salir de casa protegerse la nariz con una bufanda para que el aire frío no pase directamente, evitar corrientes de aire, purgarse bien la nariz, etc.

Inhalaciones de vahos

Como remedio general para constipados, catarros, sinusitis, males de garganta y para despejar las vías respiratorias ha estado extendida la costumbre de inhalar vahos obtenidos de la decocción de agua con diversas plantas.

Es común a todas las localidades encuestadas poner abundante agua al fuego y cuando entra en ebullición echar en ella un puñado de hojas de eucalipto (Eucaliptus globulus) secas y retirarla del fuego. Para tomar los vahos, se cubre la cabeza y el recipiente con un paño o toalla y se aspira por la nariz el vapor que sale del recipiente, a veces por medio de un embudo. Si las inhalaciones se hacen por la noche hay quienes se acuestan cubriéndose la cabeza con la toalla para conservar el calor. Algunos también dejan que el vapor se expanda por la habitación cerrada donde se va a descansar para que se humedezca el ambiente. Hay constancia igualmente de que, antiguamente, cuando alguien estaba constipado, se quemaban hojas de laurel en casa para que la atmósfera quedara impregnada de su olor (Bermeo-B).

Eucalipto. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

Además de con hojas de eucalipto se hacen decocciones para inhalar con otras plantas que se utilizan solas o mezcladas. Así se ha recogido que se toman vahos de romero (Amézaga de Zuya, Moreda, Pipaón-A; Beasain, Zerain-G), de flores de saúco (Amézaga de Zuya, Pipaón, Ribera Alta, Valdegovía-A; Bermeo-B; Zerain-G), de tomillo (Moreda, Ribera Alta-A), de espliego y de lapa (Amézaga de Zuya), de espliego y orégano (Apodaca-A).

En algunas localidades se ha reseñado el dato de que los elementos que se echan al agua para hacer los vahos, tienen además un componente ritual o mágico. Así en Bernedo (A) se ponía agua hirviendo en una cazuela, se le añadía rescoldo, una rama de ajos y otra de laurel y se colocaba el enfermo encima de la cazuela cubierto con una manta. En la mayoría de los pueblos de este municipio los vahos que se han tomado contra el resfriado eran de flores del ramo de San Juan. En Oñati (G) se hacían vahos con agua hervida con cenizas y hierbas bendecidas en el día de San Juan. El servirse de un trozo del ramo bendecido en esta festividad para hacer vahos o ambientar el hogar cuando se tenía catarro ha sido costumbre muy extendida.

Miel con leche o con zumo de limón

Con carácter general se ha constatado en las localidades encuestadas el tomar miel con leche caliente, añadiendo a veces coñac, o miel con zumo de limón. Hay quienes prescinden del licor porque lo consideran perjudicial (Lekunberri-N). Otra modalidad consiste en ingerir miel con zumo de limón a temperatura ambiente (Aoiz-N) o hervir agua con una cucharada de miel y limón exprimido y tomarlo lo más caliente posible (Pipaón-A, Bermeo-B, Tiebas-N). Los hay que dicen que es buena la miel mezclada con azúcar porque “da mucho calor” (Carranza-B). También se ha tomado leche caliente cocida con flores de saúco[1] (Goizueta-N).

Conscientes de las propiedades curativas de la miel se recuerda el dicho “Desde San Miguel, una cucharada de miel” (Amézaga de Zuya-A).

Vino cocido

En Amézaga de Zuya uno de los remedios aplicados para curar el catarro consistía en tomar vino cocido con miel y manteca de cerdo, en Bernedo (A) agregaban canela. En Moreda (A) se ingería arrope o mostillo que es vino cocido con higos y azúcar y en Tiebas (N) se cocía vino y cuando alcanzaba el punto de ebullición, con una cerilla encendida se quemaba el alcohol, se añadía azúcar y se tomaba. En Sara (L) para curar el constipado tomaban una mezcla de agua y vino bien caliente o leche caliente con aguardiente.

En Aoiz (N) para prevenir el catarro o sus primeros síntomas se tomaba jarabe de escaramujos, que se elaboraba de la siguiente forma: se recogían los frutos maduros, se limpiaban y se extraían las pepitas y se ponían a cocer a fuego lento con abundante azúcar. Una vez enfriada la masa, se pasaba por el pasapuré de forma que quedara como una especie de mermelada, lista para ser tomada.

Infusiones

Como remedio del constipado ha sido común tomar infusiones de las plantas más variadas: romero, espliego, orégano, eucalipto (Apodaca-A), zapatari-egurra, evónimo (Euonymus europaeus) (Kortezubi-B[2]), laurel y carrasquilla (Telleriarte-G), baltsamo-bedarra (Nabarniz-B), malvas recogidas el día de San Juan (Améscoa-N), ramas del pacharán (Prunus spinosa) (Izurdiaga-N), té silvestre, aitz-belarra (Zerain-G), borraja y malvavisco (Donoztiri-BN) y beber sin más agua caliente o exprimir limón y aspirarlo (Murchante-N).

Zapatari-egurra, evónimo. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

Bañarse los pies

En Astigarraga (G) se tomaban baños de pies introduciéndolos en un recipiente de agua caliente con sal, gatzura, donde se les mantenía unos minutos, se empleaban sobre todo para “bajar el catarro”; en Elosua (G) y Goizueta[3] (N) agregaban vinagre; en Agurain, Pipaón (A); Bermeo (B); Berastegi, Bidegoian, Telleriarte, Zerain (G) y Valle de Erro (N) además de sal o vinagre, le añadían ceniza, sutako autsak; en Bermeo se decía que su finalidad era la de “bajar la sangre hasta los pies” ya que se suponía que la sangre no circulaba bien en estos enfermos. En Telleriarte se tomaban también baños de agua cocida con menta y eucalipto; en Moreda (A) y Eugi (N) de agua caliente y en Elosua de agua de ortigas, asun-ura.

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En numerosas localidades encuestadas se reconoce que un buen remedio para curar el constipado y el catarro es tomarse una aspirina o cafiaspirina y a continuación, como en épocas pasadas, meterse en la cama con mucha ropa para sudar. En algunos lugares las hojas de eucalipto para hacer inhalaciones han sido sustituidas por el producto farmacéutico Sinus (Mendiola-A, Obanos-N) o Vicks Vaporub (Durango-B, Oñati-G).


 
  1. Esta práctica está avalada por la literatura científica, que reconoce a las flores de saúco propiedades diuréticas y sudoríficas y recomienda administrarlas en infusión en los accesos de fiebre, particularmente en la gripe. Vide Margarita FERNÁNDEZ. “Medicina popular navarra” in Zainak. Cuadernos de Antropología-Etnografía, XIV (1997) p. 27.
  2. Telesforo de ARANZADI et alii. “Exploraciones de la caverna de Santimamiñe” in OO.CC. Tomo IX. Bilbao: 1976, p. 7.
  3. En esta localidad navarra se recoge el dato de que no sólo se recurría a este remedio cuando se estaba acatarrado sino también cuando se tenían los pies cansados y en las cocinas antiguas siempre disponían de agua caliente a rebosar en el caldero, pertza, que colgaba del llar, laratza.