Yerbas medicinales recogidas en el campo o en el monte
En Apodaca (A) se recogen en el campo, hierbasanta (hinojo), espliego, malvas, saúco, orégano, manzanilla, té de roca, menta de agua, carrasquilla, mil flores y cola de caballo. Las plantas o flores deben secarse a la sombra en sitio seco y fresco. En Bernedo (A) manzanilla y té de peña; en Quintana (A), menta poleo y tomillo. También espliego, verbena (que en Atauri llaman “hierba de San Juan”) y orégano. Se ha perdido la costumbre de llevar ramos de flores de sabuco, malva y rosas, que tras ser bendecidos por el cura después de la misa del día de San Juan se guardaban en casa todo el año para remedio de las enfermedades de personas y ganados. Raíces de ortiga, hojas de plantaina, hojas de malva y bellota de roble. En Villaverde (A), llantén y en Bajauri (A), hojas de nogal.
En Moreda (A) se recogen en el campo donde crecen espontáneamente en toda la jurisdicción del municipio, principalmente en las orillas de los ríos y en las laderas de los montes, las siguientes plantas: ajo, cardo, cebolla, cola de caballo, grama, espliego, eucalipto, hojas de olivo y de nogal, lengua de gato, malvavisco, malvas, manzanilla, menta, patata, raíz de caña y juncos, romero, salvado, salvia, té, tila, tomillo, ortigas, violetas y yiebos. Los ungüentos, jarabes y brebajes caseros se preparan con aceite de la propia localidad, agua, amoniaco, arrope, azufre con manteca de cerdo, bicarbonato, café, cala o irrigación, lana de oveja, leche, lejía, manteca de culebra, mostaza, parches Sor Virginia, saldiguera, salmuera, ungüento del diablo, vino, vendas de tela, ventosas y yodo.
En Carranza (B), en casa se conservaban secas las manzanillas, el remolorio o laurel bendecido el domingo de Ramos y algunas plantas recogidas en la mañana de San Juan, pues se consideraba que tenían mayor virtud curativa. Las mujeres entendidas en la preparación de remedios guardaban mayor número de especies vegetales y los vecinos, cuando las necesitaban, recurrían a ellas.
En Zerain (G), en primavera, se recogían las siguientes plantas: belarmiña, centaura menor; axari-buztana, cola de caballo; intxusa-lorea, flor de saúco; y mermena, verbena; se secaban en un lugar oscuro y se guardaban colgadas en el desván. En verano se recogían estas otras: gibeleko bedarra o karakol-bedarra, yerba para el hígado; giltzurdin-belarra, planta para los riñones, que se guardaba entera con su raíz; todas ellas también había que secarlas a la sombra y dejarlas igualmente colgadas en el camarote; la karraskilla, aladierno, de la que se cortaba una rama hermosa, se astillaba y se ponía en un saco; intxaur-ostoak, hojas de nogal, y millu-azia, semilla de hinojo, que se conservaban en un recipiente o en un saco; aitz-belarra o té, txindor-belarra, yerba para el orzuelo; y iodo-belarra, celidonia, se secaban a la sombra y se guardaban en cajas. En el desván se tenía también San Juan erramilletea, el ramo de San Juan, que se hacía con lirioak, larrosak, San Juan lorak eta ezpatak (lirios, rosas, flores de San Juan y gladiolos), salvo que se estuviera de luto en cuyo caso el ramo se formaba con malmea, millua eta ezpatak (malva, hinojo y gladiolos). Se llevaba a bendecir a la iglesia el día de la festividad del santo. En el camarote le acompañaban también, erramua, el laurel bendecido el domingo de Ramos; malma-belarra, malva, que se recogía en la medianoche de San Juan y, aunque se secara, florecía en Navidad; kolitis-belarra, planta de la colitis, que se recogía alrededor de la festividad de San Juan, que es cuando florece, se secaba a la sombra y se guardaba colgada y tila que se recogía por la misma fecha y se secaba igualmente a la sombra. La manzanilla conviene recogerla entre las festividades de la Virgen de agosto (día 15) y la Virgen de septiembre (día 8), la mejor flor y la más fina es la que se da en altura como en las campas de Urbasa y Urbia; se dejaba secar a la sombra y se guardaba en recipiente de cristal.
En Astigarraga (G) está muy extendida la recolección de yerbas silvestres medicinales que crecen en las huertas y en campo abierto. Algunas de ellas se ponen a secar y secas se conservan durante todo el año. Otras se recogen para su empleo inmediato. Las más utilizadas hoy día son: berbena, verbena (Verbena officinalis); plantina-belarra, llantén (Plantago lanceolata); pasmo-belarra, murajes (Anagallis arvensis); erromerua, romero (Rosmarinus officinalis); pareta-belarra, parietaria (Parietaria officinalis); gibel-bedarra, hepática (Hepatica nobilis); zaingorria o txangorria (Geranium robertianum); iodo-bedarra, árnica (Chelidonium majus); osiña, ortiga (Urtica dioica); bostostoa, cincoenrama (Potentilla reptans); intsusa, saúco (Sambucus nig ra); erramua, laurel; lizar-ostoak, hojas de fresno (Fraxinus excelsior); sorgin-belarra (Euphorbia peplus); azeri-buztana, cola de caballo; belarmina, acedera (Centaurium erythraea); txikori-belarra, diente de león (Taraxacum gr. officinale); pisa-belarra (Lepidium latifolium); errosario-belarra o muetea (Arrhenatherum elatius); malba, malva (Malva sylvestris) y lipua-belarra, eléboro negro. Las más utilizadas, según los informantes, son la verbena, el llantén, los murajes, la parietaria y las ortigas.
En Arraioz (N) hay unos vecinos de la localidad que recogen yerbas curativas, las ponen a secar para hacer luego con ellas pomadas, emplastos o infusiones con las que remediar males a quienes se las solicitan. La relación de yerbas es la siguiente: kolpe-belarra, verbena; azeri-buztana, cola de caballo; te-belarra, té; pareta-belarra, cimbalaria; eztañu-belarra, eléboro; bearri-belarra, hierba callera; minoria o inguruko belarra, hipericón; kamamila, manzanilla; tila, tila; xarpota, tomillo; zizeri-belarra, helecho hembra; lizerra, fresno; elorri zuria o gorrillón blanco, espino blanco; arrosario-belarra, escrofularia; asto-menda, menta; erreka-belarra o beitiko-belarra, salicaria; zorne-belarra, muraje; astunpea, saúco; azido uriko-belarra, coclearia; erramua, laurel; untzostoa, yedra, y urritz-miura, muérdago de avellano.
En Donoztiri (BN) entre las plantas a las que se atribuyen virtudes curativas están el laurel, el hinojo, el lirio y otras yerbas conocidas con el nombre genérico de Jandonaaneko belharrak, yerbas del Señor San Juan, que se creía que tenían tales virtudes por haber sido recogidas en la mañana de San Juan. Los labriegos procuraban tener a mano morroina, borraja; malvavisco y toronjil con los que se hacían tisanas para curar los catarros y otras enfermedades del pecho.
En Sara (L), según recogió Barandiaran en los años cuarenta, las plantas medicinales que se conservaban de ordinario en casa eran: anisa, anís; ardimiri-belarra (Plantago lanceolata); ausina, ortiga; azeri-buztana, cola de caballo; bortzaina, llantén (Equisetum palustre); beharriko minaren belarra (Sempervivum tectorum); elhorri xuria (Crataegus oxyacantha); indarte-belarra; kamamila, manzanilla; manta (Mentha sylvestris); melliza; murriona (Borago officinalis); oteondo-belarra; pikabelarra (Alelepias cornuti); tilura (Tilia platyphyllos); txixa-belarra (Tanacetum vulgare); xendena; arto-bizarra, barbas de mazorca de maíz, y gerezi-xurtoina, pedúnculos de cereza. Algunas de las plantas eran muy importantes a juicio de los informantes. De la borraja –se decía– que era una planta que debiera ser cultivada con azada de oro.
En Donibane-Lohitzune (L) como plantas medicinales se recogían: camomille, manzanilla, o idi-begia, manzanilla loca, o Jondoni Joani lilia, flor de San Juan; tilula-ostoa, hoja de cebolla; gerezi-buztanak, rabos de cereza; intzaur-ostoak, hojas de nogal; leizar-ostoak, hojas de fresno; xendena o atso-herio erroak, raíces de grama; gorosti ttipi-erroak, raíces de arbusto de acebo; el té se compraba. Para el dolor de oídos, cerca de casa, en el tejado de la cochiquera crecía teilatu-belarra, jusbarba, una buena planta contra el dolor de oído.
En Liginaga (Z) como remedios caseros se conservaban siempre en casa algunos manojos de menta, de tila, de hinojo; de Ama Birjina bel harra, azucena; de suhar-belharra, valeriana; de orkatxostoa, madreselva, y de ferostua, trébol. Además se tenía tintura de yodo, agua oxigenada, harina de linaza y nahar-ostoa, hoja de zarza. El cocimiento de la yerba Ama Birjina belharra se empleaba para curar la tos ferina o coqueluche; el suhar-belharra y el orkatxostoa, para curar heridas; el cocimiento de nahar-ostoa, para hacer gárgaras.