Ceguera. Itsua

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En euskera al ciego se le dice itsua (Bermeo, Nabarniz-B; Beasain, Bidegoian-G; Arraioz, Goizueta, Lekunberri-N; Donoztiri, Heleta-BN).

En cuanto a las causas de la ceguera una de ellas son los accidentes (Apodaca-A; Carranza, Durango-B; Allo, Aoiz, Lezaun-N). En Moreda (A), Bermeo (B) y San Martín de Unx (N) consideran que también puede tener su origen en un golpe.

Otra causa importante es la enfermedad (Apodaca-A, Carranza-B, Beasain-G, Lezaun-N). Se considera que el sufrir de cataratas puede conducir a la ceguera (Amézaga de Zuya-A, Muskiz-B). En Bernedo (A), por abandono en el caso de padecerlas. En Bidegoian (G) recuerdan que antaño se quedaban ciegos con la edad si tenían cataratas, pero hoy en día se operan y se curan. Pero la causa principal es la diabetes (Amézaga de Zuya-A; Orozko, Muskiz-B; Astigarraga-G; Aoiz, Lekunberri, Valle de Erro-N) sobre todo si es acusada (Mendiola, Moreda-A). En Hondarribia (G) se aseguraba que era causada por un exceso de azúcar en la sangre; por eso se decía que si se daba azúcar a los perros se quedaban ciegos.

Otras enfermedades que se han considerado causa de ceguera son la meningitis (Mendiola, Moreda-A; Astigarraga-G; Lekunberri-N), el desprendimiento de retina (Mendiola), el glaucoma no tratado (Orozko-B), el herpes (Muskiz-B), las enfermedades serias del corazón (Astigarraga), las infecciones importantes (Aoiz-N), las infecciones mal curadas (Obanos-N) y los tumores (San Martín de Unx-N).

En Valdegovía (A) dicen que algunas enfermedades de la madre durante el embarazo provocan ceguera como por ejemplo la abundancia de albúmina.

También se han conocido ciegos de nacimiento (Amézaga de Zuya, Mendiola-A; Bermeo, Carranza, Durango-B; Beasain-G; Allo, Aoiz, Lekunberri, Valle de Erro-N). En Berganzo (A) se decía que era algo de nacimiento y sin curación. En Muskiz (B) para los que nacen ciegos se carece de explicación. Se atribuye por lo tanto a la herencia (Moreda-A, Murchante, Obanos-N). En Astigarraga (G) consideran que algunos casos de ceguera pueden ser congénitos. En Bidegoian (G) saben que a veces es un problema hereditario y que algunos niños nacen ciegos. En San Martín de Unx (N) piensan que es un mal heredau. En Elosua (G) y Lezaun (N) suponían que venía de familia. En Obanos (N) que puede también ser consecuencia de la voluntad divina.

En Nabarniz (B) se atribuye a la endogamia, esto es, a los matrimonios entre parientes cercanos.

En Mendiola (A) también se atribuye a la edad, pues con el tiempo creen que los ojos se desgastan. En Beasain (G), Apodaca y Moreda (A) por vejez. En Bermeo (B) además a sustos.

En Elgoibar (G) existe la creencia de que muchas de las cegueras que se han conocido se debieron a que algunas madres arrancaron la costra de la cabeza de los niños recién nacidos. Los niños tenían antaño en gran cantidad una especie de caspa adherida a la cabeza; se consideraba peligroso jabonarla y más aún frotarla con aceite para quitársela. Dicen que debido a esta práctica hubo niños que se quedaron con poca vista.

En Vasconia continental se decía que no había que tocar los sapos porque lanzaban su orina a los ojos y producían ceguera[1].

En cuanto a los tuertos, en Obanos (N) se utilizaba esta misma voz castellana para designarlos. Decían en esta población que este problema se debía sobre todo a infecciones.

En Bermeo (B) al tuerto se le dice otxoloa y en Heleta (BN) okerra.

En Carranza (B) se piensa que los tuertos lo son así por accidente; en tiempos pasados a menudo por golpes recibidos por palos y por la cola de las vacas mientras se ordeñaba a mano.


 
  1. Juan THALAMAS LABANDIBAR. “Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental” in AEF, XI (1931) p. 19.