Conjuros

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

En la mente popular un mal superior al begizkoa o mal de ojo era el caso de los posesos o endemoniados. Sin embargo en el rito del conjuro se solapan e incluso se confunden ambas situaciones. De todos modos ciertos santuarios eran lugares señalados para la práctica de conjuros.

Virgen de los Conjuros. Arbeiza (N)

En la iglesia parroquial de Arbeiza (Allín-N) se venera una imagen mariana, conocida por la gente del pueblo como “la Virgen de los Conjuros”. Hasta tiempos recientes fue costumbre que los párrocos conjuraran allí a “embrujados” o “posesos” llegados de otras partes, incluso de la Rioja.

En la comarca de Bernedo y en Pipaón (A) los informantes recuerdan que se acudía a los conjuros de Arbeiza en Navarra. La virtud de los conjuros no servía más que para el año por lo que había que acudir allí todos los años. Para el acto del conjuro se llevaban cordones de lana, medallas y cruces de madera que después imponían a las personas o colocaban en la puerta de casa o en la cuadra para proteger a los animales. También se recuerda que se llevaban a conjurar unas bolsitas de tela; éstas iban adornadas con motivos cristianos y contenían frases del evangelio, por lo que se les conocía por “evangelios”; eran confeccionadas por monjas que daban a sus familiares y amigos. Después de conjuradas se colocaban en la cuna o en la ropa del niño. Antaño también acudían a esta Virgen de los Conjuros los de Lezaun (N).

Prácticas similares tuvieron lugar en las ermitas de la Virgen de Donianzo, sita entre Astrain y Muru (Cizur); Ntra. Sra. de Arburúa en Izal (Valle de Salazar) y Ntra. Sra. de las Nieves en Oroz-Betelu, todas en Navarra[1].

En Moreda (A) señalan que actualmente no creen en aojamientos pero una de las informantes recuerda que cuando un niño cumplió el primer año solía llorar mucho por la noche y pensaban que tanto lloriqueo era cosa de brujas. Le llevaron a un santuario de Navarra, cuyo nombre no recordaba y tras colocarle unos escapularios nunca más volvió a llorar por la noche. (Este santuario probablemente es el de Arbeiza).

Virgen de los Conjuros. Arbeiza (N). Fuente: Etnografía de Navarra. Tomo I. Pamplona: Diario de Navarra, 1996.

San Antonio de Urkiola (B)

En el Santuario de Urkiola, solamente el Rector tenía facultad de bendecir y conjurar a los enfermos posesos espirituales y maleficiosos. Empleaba para ello un Benedictionale que contenía fórmulas de oración y ceremonias que no figuraban en el ritual ordinario. Se conserva un ejemplar antiguo en el Museo del Santuario, junto a una crucecita que se utilizaba para dichos exorcismos.

San Pedro de Zarikete. Zalla (B)

A la ermita de San Pedro de Zarikete en Zalla se acudía para solicitar la protección contra los malos espíritus y también para evitar el mal de ojo. En otros tiempos, desde diversas comarcas de las Encartaciones llevaban a esta ermita a los niños a “desembrujarse”. En Trapagaran (San Salvador del Valle-B), todavía se recuerda que acudían allí con los niños para protegerles contra los “enemiguillos”. También acudían para la curación de aojamientos o embrujamientos los del Valle de Carranza (B). Una de las ceremonias para el desembrujamiento consistía en dar la vuelta alrededor de la ermita, echando sal, entrando por una puerta y saliendo por la otra. Se consideraba que la sal era veneno para las brujas. La imagen que allá se venera es la de San Pedro Apóstol encadenado.

Antonio de Trueba escribió en el siglo XIX que esta ermita había sido célebre por los conjuros que en ella se hacían para “expeler” a los demonios de los cuerpos que tenían la desgracia de darle hospedaje, que casi siempre eran de mujer[2]. Actualmente el día de su fiesta tiene lugar la bendición de los niños.

San Felicísimo. Deusto (B)

A San Felicísimo, cuyo santuario se halla en Deusto-Bilbao, se le considera protector de los niños pequeños. En nuestras encuestas se ha registrado que se acude a este santuario desde el Valle de Carranza, Durango, Lemoiz, Nabarniz, Orozko y de lugares de Álava cuando los niños están enfermos.

Virgen de la Vega de Haro (La Rioja)

En Pipaón (A) para solicitar la curación de los niños enfermos, se acude a la Virgen de la Vega de Haro en La Rioja.

Monasterio de San Bernardo de Barria (A)

A principios del siglo XX, tal como se constata en nuestras encuestas, para inmunizarse de sortilegios, maldiciones, begizkoa, o mal querer desde Agurain, Bernedo y Apodaca (A) se acudía a este monasterio, actualmente desafectado, donde se recibía la bendición impartida por el capellán y se recogía el Evangelio bendecido.

Antiguo monasterio de San Bernardo de Barria (A). Fuente: Catálogo Monumental Diócesis de Vitoria. Tomo V. Vitoria: Caja de Ahorros Municipal de Vitoria, 1982.

Santa Isabel. Idiazabal (G)

El baile de San Vito o las convulsiones de los niños se han achacado en múltiples ocasiones al mal de ojo o al endemoniamiento. Existen testimonios de que, en tales casos, se recurría a la ermita de Santa Isabel de Idiazabal pidiendo la curación a la Andra Mari que allí se venera[3].


 
  1. José Mª IRIBARREN. De Pascuas a Ramos: galería religioso-popular-pintoresca. Pamplona: 1970, p. 32. Ref. oral de José Mª Jimeno Jurío. Artajona. Marzo 1986. Vide Gurutzi ARREGI, Origen y significación de las ermitas de Bizkaia. Bilbao: 1999, p. 340.
  2. Antonio de TRUEBA. Las Encartaciones. Bilbao: 1978, p. 144.
  3. Luis Pedro PEÑA SANTIAGO. Las Ermitas de Guipúzcoa. San Sebastián: 1975, pp. 156-157.