Seguridad Social
Al generalizarse la Seguridad Social, las atenciones sanitarias y la medicación han progresado ostensiblemente. De tener uno o dos médicos de cabecera, en algunas de las localidades se ha pasado a disponer de un ambulatorio comarcal con diversas especialidades: pediatría, análisis, rehabilitaciones, etc. Los ingresos en los hospitales y clínicas y sobre todo los alumbramientos hospitalarios se han generalizado. Han ido apareciendo nuevas especializaciones como masajistas, higienistas... que han desplazado a los medios de curación tradicionales. También se han instalado dentro de la medicina privada servicios sanitarios impartidos por fisioterapeutas, dentistas, podólogos, acupunturistas, etc. Hoy en día es habitual acudir al centro médico para cualquier problema de salud.
Hasta los años setenta el que un miembro de la familia enfermara durante un tiempo prolongado podía acarrear graves trastornos económicos, sobre todo cuando se trataba del cabeza de familia. En ciertos casos como la tuberculosis o una operación quirúrgica grave, algunos se veían obligados a vender fincas con el fin de hacer frente al tratamiento del enfermo. Hoy en día estas situaciones no se dan gracias a las prestaciones sociales y sanitarias con que se cuenta.