Vomitivos
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Se ha recurrido al procedimiento de provocar el vómito cuando alguna comida ha sentado mal, en caso de borrachera o si se ha ingerido algún producto tóxico. En algunas encuestas se hace patente que mientras para unos informantes devolver supone una liberación, para otros es peor el hacerlo, siempre que no se trate de un envenenamiento o intoxicación grave.
Medios de provocar el vómito
Es común el dato recogido de que en caso de empacho, exceso de comida, intoxicación o borrachera, la forma más sencilla de provocar el vómito es meter los dedos en la boca hasta la garganta, zinzurrean beatz-muturrak sartu, en algunas localidades puntualizan que han de ser los dedos índice y corazón y en Zerain (G) lo expresan gráficamente al decir que se introducen dos dedos formando una horquilla, bi beatz kakoan. También recurrían a este procedimiento en caso de mareos o vértigos (Amézaga de Zuya-A). Además de los dedos hay quienes se han servido del mango de una cucharilla o de apretar fuertemente el estómago con las manos o con algún objeto duro (Murchante-N) o le ponían un palo entre los dientes para poder introducir bien los dedos (Nabarniz-B). Después del vómito se suele administrar a la persona afectada una infusión de manzanilla o té con azúcar o miel (Apodaca-A, Viana-N) “para templar el cuerpo” (Allo-N). También contra la propia embriaguez hay constancia de tomar manzanilla (Valdegovía-A, Muskiz-B, Elosua-G).
Se ha recogido con carácter general que el café muy cargado, con sal, provoca el vómito y de este modo acelera la desaparición de los síntomas de la borrachera. También se ha utilizado café negro caliente con sal y bicarbonato o café negro caliente con aceite de ricino (Aoiz-N); café negro o leche templada (Eugi-N) y café amargo (Elgoibar-G).
En tiempos pasados se tomaba como vomitivo agua caliente o templada con sal (Apodaca, Berganzo, Moreda, Obecuri, Pipaón-A; Carranza, Muskiz, Nabarniz-B; Astigarraga, Beasain, Hondarribia-G; Murchante, Viana-N) o agua caliente con bicarbonato (Berganzo-A; Lemoiz-B; Bidegoian, Oñati-G; Eugi, Lekunberri, Murchante, Viana-N); vinagre, tras el cual se tomaba leche (Sara-L, Bedarona-B), sal y vinagre (Berastegi-G). También a los niños que se tragaban cerillas, ingerían productos tóxicos o licores, les solían provocar el vómito y a tal fin les daban leche o agua tibia con mucha sal, les abrían la boca y les tocaban la garganta para así provocarles el vómito (Apodaca-A).
Hay muchas localidades donde se daba a oler amoníaco (Amézaga de Zuya, Bajauri, Berganzo, Ribera Alta-A; Busturia, Muskiz-B; Berastegi, Elgoibar-G; Allo, Goizueta, Lekunberri, Obanos, San Martín de Unx, Tiebas, Viana-N) o en su defecto incluso aguarrás (Ribera Alta-A; Aoiz-N).
En Agurain, Ribera Alta y Apodaca (A) la clara de huevo está considerada como un buen vomitivo[1]; en Apodaca indican que la han utilizado incluso con los niños si llegaban al extremo de emborracharse. En Astigarraga (G) la clara de huevo cruda batida o sin batir también es considerada un excelente vomitivo para expulsar de la garganta espinas o huesos. En Muskiz (B) como vomitivo de una persona ebria se ha recurrido a hacerle cosquillas en la garganta con una pluma de ave.
En Carranza (B) se ha recogido que para las indigestiones o comidas paradas y los problemas digestivos en general se recomienda la infusión de manzanillas, sobre todo de las recogidas en el monte, que tiene la virtud de mover la comida parada de modo que o siente o se vomite. Según señalan los informantes de Allo y Arraioz (N) es creencia generalizada que la manzanilla “o asienta el cuerpo o lo echa todo fuera”. Apreciaciones parecidas efectúan los informantes de Agurain, Berganzo, Mendiola, Pipaón (A); Abadiano, Bermeo, Busturia, Gorozika (B); Ataun, Berastegi, Bidegoian, Elosua, Oñati (G); Aoiz, Murchante y Lekunberri (N), localidades todas donde la infusión de manzanilla, larramila, además de asentar el estómago, también tiene la consideración de vomitivo. En Apodaca (A) dicen que a quienes no tuvieran facilidad para el vómito les daban infusión de manzanilla sin azúcar.
En Arraioz (N) “si se tiene el estómago cargado” dicen que un buen remedio es tomar una infusión de té, que recogen en el monte, sólo o mezclado con manzanilla o con leche. Según dicen el té debe recogerse cuando la hoja está verde y la simiente blanca. El remedio de tomar infusión de té también se ha constatado en Berganzo (A).
En Donoztiri (BN) y Zerain (G) para provocar el vómito bebían leche cocida con hinojo, millua; en Ataun (G) agua de la decocción de la planta llamada txisara-belarra; en Aoiz (N) agua de la decocción de cactus; en Izurdiaga (N) hojas de sen en infusión y en Amorebieta-Etxano (B) agua de ortigas y agua hervida con ajos. En Bozate de Arizkun (Baztan-N) empleaban como vomitivos la infusión de perejil y el jarabe de manzana[2].
En Abadiano (B) para evitar el vómito se bebía agua con azúcar. En Ataun para que se quitaran las ganas de devolver decían que era bueno tomar el agua de la decocción de la denominada xaspeko-aundi-belarra y también de la planta llamada pasma-belar gorria. En Sara (L) para curar el vómito se tomaba un cocimiento de menta. En Olaeta (A), según recogió Azkue a comienzos del s. XX, con agua de manzanilla y con licor se quitaban las náuseas[3].
Con carácter general en los casos de intoxicaciones y borracheras que no se resolvían por remedios empíricos, se recurría también al “lavado de estómago” que lo practicaba el médico o en los hospitales.
- ↑ En Navarra, según se recogió en los años cuarenta, para aliviar la borrachera se daba a beber al embriagado un vaso de vino en el que se hubiera disuelto un huevo. Vide José Mª IRIBARREN, Retablo de curiosidades: zambullida en el alma popular. Zaragoza: 1940, p. 69.
- ↑ Mª del Carmen AGUIRRE. Los agotes. Pamplona: 1978, p. 222.
- ↑ Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 249.