Dolores de muelas
En Bernedo (A) se imploraba la ayuda de San Tirso como protector contra el dolor de muelas; su ermita se halla en la cumbre de la sierra de Toloño en un abrigo rocoso sobre Villafría. Cuentan que a uno que le quitó el cayado al santo le entró un fuerte dolor de muelas y tuvo que devolvérselo para quedar sano. El agua bendita con la que el día de rogativas se bendecían los campos desde su ermita se consideraba eficaz para inmunizarse durante el año frente a este dolor, para ello se mojaban las muelas con ella. A la imagen del santo se le pasaba también un pañuelo por la cara ese día y se guardaba para aplicarlo a las muelas en caso de dolor[1].
También se tuvo como abogada contra el dolor de muelas a Nuestra Señora de Beolarra de Arlucea (A). Se creía que acudiendo a esta ermita, hoy derruida, se curaba el dolor de muelas de niños y mayores. Con el mismo fin se acudía a Nuestra Señora de Quijera, imagen que se venera en su ermita de Lantarón, jurisdicción de Sobrón (A)[2].
En Amézaga de Zuya (A) para calmar el dolor de muelas se dan tres vueltas con la boca llena de agua alrededor de la ermita de Oro.
En la ermita de San Antonio de Llodio (A) se venera la imagen de Santa Apolonia. A esta mártir de Alejandría los verdugos le arrancaron los dientes. Los que sufren de dolor de muelas suelen llenarse la boca con el agua que brota de los cimientos de la cercana ermita de Santa Lucía de Yermo, yendo así hasta la de San Antonio, donde arrojan el líquido en el hueco de una piedra que se cree fue producida por una pisada de Santa Apolonia[3].
En Bizkaia también se invoca a Santa Apolonia, popularmente Santa Polonia, para la curación del dolor de muelas en las ermitas situadas en Dima, Iurreta y Urkiola, cerca del santuario de los Santos Antonios. Tal como se constata en nuestras encuestas de Abadiano, Durango y Orozko se acudía a esta ermita de Urkiola donde se llenaba la boca de agua en la fuente que mana en su parte trasera; luego se daban tres o siete vueltas alrededor del edificio expulsando el agua en el interior de la ermita. Se rezaba un credo antes y después de ejecutar este rito; algunos rezaban tres avemarías.
En el interior de la ermita de San Miguel de Arretxinaga, en Markina-Xemein (B), hay grandes peñascos apoyados en el suelo y sostenidos unos contra otros. En las oquedades que forman estas rocas existían dos altares, el de San Miguel y el de Santa Apolonia. Había costumbre de arrancar trocitos del peñasco en cuyo costado se hallaban el altar y la imagen de la santa. Se creía que tales piedrecitas introducidas en la boca curaban el dolor de muelas. Hoy día la talla de la santa se encuentra en el coro, retirada del culto.
En San Martín de Unx (N) para calmar este dolor se recogían piedricas junto a la ermita de Santa Zita y las introducían en la boca junto a la muela enferma.
En una ermita románica dedicada a Santa Columba en las afueras de Meoz-Lónguida (N), hay un antiguo sepulcro de piedra. Fue tradición que los afectados por dolores de muelas tomaran del sepulcro la calavera y la pusieran en contacto con la mejilla para curar el mal de muelas[4].
En Apellániz (A) el Sábado Santo, al salir de misa, se recogían cuarenta piedricas, que tenían la virtud de curar el mal de muelas.
En las cercanías de Langarika (A) se conserva una cruz de hierro de la que cuelgan pequeñas cadenas. Al pasar junto a ella solía dársele un beso a la cruz y un mordisco a las cadenas a fin de evitar este dolor[5].
A la ermita de San Martín de Askizu en Getaria (G) se acude a pedir la curación del mal de muelas. En la de San Valero de Arrasate (G) los fieles dan tres vueltas alrededor del altar y rezan otras tantas avemarías, ponen una vela o entregan una limosna; así se curan y evitan los dolores de muelas y de cabeza.
- ↑ Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. “La medicina popular en Álava” in Homenaje a D. Joaquín Mendizabal Gortazar. San Sebastián: Museo de San Telmo, 1956, p. 258.
- ↑ Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. Álava: solar de arte y de fe. Vitoria: 1962, p. 121.
- ↑ José Miguel de BARANDIARAN. “Los monumentos” in Eusko-Folklore. Materiales y cuestionarios, II. Vitoria: 1923, p. 24.
- ↑ Ref. oral de José Mª Jimeno Jurío. Artajona. Marzo 1986. Vide Gurutzi ARREGI, Origen y significación de las ermitas de Bizkaia. Bilbao: 1999, p. 351.
- ↑ Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. “La medicina popular en Álava” in Homenaje a D. Joaquín Mendizabal Gortazar. San Sebastián: Museo de San Telmo, 1956, p. 258.