Infusiones de plantas
Algunos de los remedios recogidos en este apartado contra el estreñimiento se aplican también, tal y como indican ciertas encuestas, para evacuar en los casos de empacho.
En Agurain, Pipaón (A); Gorozika, Nabarniz (B); Oñati (G); Allo, Izurdiaga, Murchante y Tiebas (N) infusiones de manzanilla. En Agurain, Pipaón (A); San Martín de Unx y Viana (N) té silvestre; en Nabarniz (B), Izurdiaga y Tiebas (N) té oscuro; en Hondarribia (G) el purgante más usual era el llamado “té Reina” si bien los informantes señalan que como antaño la comida escaseaba pocos se empachaban. En Oñati (G) y Murchante (N) se bebían infusiones de tila; en Murchante y en Viana (N) infusión de agua de tomillo y en Amézaga de Zuya (A) café con leche muy frío.
En Agurain, Pipaón (A); Elosua y Zerain (G) contra el estreñimiento se recomienda beber diariamente, en ayunas, un vaso de infusión de malva, malma-belarra; en Busturia y Gorozika (B) a esta infusión se la llama mamukio-ura y en Ataun (G) la tisana se elabora con hoja ancha de malva, llamada malma-osto zabala.
En Abadiano, Bermeo (B); Arrasate, Elosua, Oiartzun[1], Telleriarte (G); Améscoa, Izal y San Martín de Unx (N) se tomaba el agua de la cocción de hojas de sen, ojasena, que se compraba en farmacia; en Elgoibar (G) hoja de sen mezclada con ajo picado que tras removerlo con aceite lo bebían. En Telleriarte se tomaba infusión de bostorria, cincoenrama y en Ataun unas gotas de jugo de bostorri-belarra (cincoenrama) mezcladas con leche. En Sara (L) se tomaban tisanas hechas con oteondo-belarra como laxantes y purgantes.
En Arraioz (N) infusión de pareta-belarra, cimbalaria. Algunos informantes de esta localidad recomiendan para el estreñimiento el mismo remedio que para cortar la diarrea, o sea, tomar infusión de salicaria, erreka-belarra o beitiko-belarra, ya que, según dicen, esta hierba “limpia el estómago y los intestinos”. La infusión puede prepararse cada vez o hacerlo en más cantidad y guardarlo en una botella para veces sucesivas. La forma de prepararla es similar a otras infusiones: cuando el agua está hirviendo se añade la hierba, se deja que hierva unos diez minutos con el recipiente tapado, se retira del fuego y se mantiene tapado hasta que se enfríe; se cuela y está lista para ser bebida.
En Moreda (A) se ha utilizado como remedio el desayunar leche con salvado o cáscara de trigo; también el comer habas secas cocidas; en Arrasate (G) salvado y en Telleriarte (G) mermelada con salvado. En Agurain y Pipaón (A) se tomaba infusión de cebada (Hordeum vulgare). En Nabarniz (B) se ha recogido la costumbre que había de aplicar al estómago un emplasto cuando se padecía gran estreñimiento, estomanguko sikua, y la situación empezaba a ser preocupante por la falta de obramiento. Se hacía en una sartén una papilla de leche y harina de salvado, uruna zai ta guztikoa, eralgi bakoa, y a esa pasta se le agregaba abundante ración de la planta llamada mamukioa. Se vertía en un paño blanco, se doblaba y la ligadura, amarrea, se colocaba sobre el estómago.
En Ribera Alta (A) la infusión hecha con hojas de llantén se decía que poseía poderes laxantes; en Muskiz (B) se bebía infusión de semillas de anises e hinojo. En Garagarza (G) en los casos de estreñimiento crónico, se consideraba un buen laxante tomar en ayunas una cucharada de semillas de yerba pulguera, ardi-belarra, que hubieran estado en maceración acuosa durante la noche precedente, a lo que se añadía una cucharadita de semillas de anís para mejorar el sabor. En Elosua (G) agua de la cocción de la planta llamada pasmo-belarra. En Zerain (G) se tomaba en ayunas una taza de infusión de raíces de helecho del bosque, basoko garo-zuztarrak. En Olaeta (A), según recogió Azkue a comienzos del s. XX, el estreñimiento se quitaba con agua de hierba de pastizal, larra-bedarra[2].
En Apodaca (A) se tomaba infusión casera de corteza de saúco cocido. También se ha recogido en esta localidad la siguiente fórmula de un rebañero vizcaino: se secaba la seta llamada cola de ratón y se molía guardando el polvo de la molienda. Bastaba tomarlo con un poco de agua y enseguida provocaba la cagalera. En Campezo (A), según se recogió en los años cuarenta, las amapolas de pieza o heredad de cultivo se consideraban excelente purgante[3]. En Zerain y Bidegoian (G) se cocía en agua hollín de la chimenea, tximiniko kearra, se colaba a través de un paño de lino, se azucaraba y se le añadían unas gotas de anís. Había que tomar una taza en ayunas. En Ataun (G), según recogió Arin Dorronsoro, se conocían diversas plantas tales como las raíces de aitzeko garoa, ario beltza, eiak (juncos) y malmaiskua (malvavisco), el agua de cuya decocción se tomaba como purgante en los casos de estreñimiento.