Hemorragias nasales, sudurreko odol-jarioak
La hemorragia de nariz recibe en euskera el nombre de sudurretik odola (Arberatze-Zilhekoa-BN), odol-golpea (Berastegi-G) o zurreko amorrajiak (Orozko-B).
Estas hemorragias no se han considerado contraproducentes sino todo lo contrario, se dice que sirven para expulsar el mal. Por otra parte se deduce que si se sangra es porque se tiene demasiada sangre o porque ésta es demasiado gorda (Amézaga de Zuya-A). En general se consideran señal de buena salud (Arberatze-Zilhekoa-BN).
Se han asociado además a las personas obesas, de las que se piensa que les sobra sangre, o a los adolescentes y jóvenes y al igual que se ha recogido en otros apartados de este capítulo se establece un vínculo entre esta manifestación y la llegada de la primavera y el otoño.
En Moreda (A) las hemorragias nasales se estiman benéficas y necesarias para el que las experimenta ya que son debidas a un exceso de sangre. Más si se trata de una persona obesa, entonces se cree que le sobra debido a su robustez; en cambio, si se trata de una persona delgada el posible beneficio de la hemorragia es cuestionado y se llega a producir preocupación por el hecho. Se dice en esta población que a algunas personas de avanzada edad les suele acaecer un par de veces al año. La primera con la llegada de la primavera, coincidiendo con el ascenso de la savia y el desarrollo de la vegetación; la segunda en otoño, con la caída de la hoja. No solía ser motivo de preocupación porque después de la hemorragia quedaban bien. En general se piensa que al sangrar se descongestiona la cabeza.
En Astigarraga (G) a veces no se toma ninguna medida frente a este problema pues se piensa que la hemorragia despeja la cabeza cargada, baja la tensión alta y relaja los nervios. Se dice en esta localidad, al igual que en la anterior, que la padecían los hombres de sangre fuerte dos veces al año, coincidiendo con la salida y con la caída de la hoja, esto es, en primavera y en otoño.
En Ribera Alta (A) si no era mucha la sangre perdida no se paraba la hemorragia porque se consideraba buena para despejar la cabeza, por ejemplo después de un catarro. Si se sangraba más cantidad de la estimada conveniente se procedían a aplicar los remedios que se describen más adelante.
En Carranza (B) no ha sido motivo de demasiada preocupación, bien al contrario se ha pensado que sangrar por la nariz es saludable, se dice que es sangre sobrante y que el cuerpo necesita deshacerse de ella. Por ejemplo se asegura que es bueno sangrar cuando duele la cabeza ya que así desaparece el dolor. También se piensa, al igual que en Bedarona (B), que las personas que periódicamente padecen hemorragias nasales no sufren de cefaleas.
En Abadiano (B) estas hemorragias son frecuentes en algunas personas y no se les da importancia si no se manifiestan con demasiada abundancia.
En Arraioz (N) opinan que cuando se tiene la sangre gorda es mejor no cortar la hemorragia nasal.
En Lekunberri (N) sangrar por la nariz se tenía por algo muy propio de la edad, en concreto de la adolescencia y la juventud. Los informantes piensan que la hemorragia nasal venía a producir el mismo efecto que las sangrías, que se practicaban entonces con toda enfermedad.
En el Valle de Erro (N) no consideraban importante la pérdida de sangre por la nariz, opinaban que sobraba, más durante la infancia y la adolescencia. En la edad adulta eran más raras estas hemorragias y en las personas mayores se tenían por mal presagio.
En Berganzo (A), en cambio, señalan que sangrar en exceso por la nariz es malo por producir un descenso del número de glóbulos rojos en la sangre.
En Orozko (B) hoy en día se dice que las hemorragias nasales en los adultos pueden ser debidas a la hipertensión.
Recogemos a continuación los diferentes procedimientos aportados por los informantes para parar las hemorragias nasales.