Difteria, garrotilloa
A la difteria se la conoce también con el nombre de garrotillo (Mendiola, Pipaón-A; Obanos, San Martín de Unx, Tiebas, Viana-N); dicteria (Moreda, Pipaón-A) y licteria (Moreda). En euskera se han recogido las denominaciones de garrotilloa (Beasain, Elosua, Oñati-G; Eugi-N), garrotilloa y karretilloa (Orozko-B) y grupa (Arberatze-Zilhekoa, Heleta-BN).
Se manifiesta con ampollas de pus en la garganta que impiden respirar al enfermo (Amézaga de Zuya, Mendiola-A) o con inflamación de la laringe o la faringe (Obanos). En Ribera Alta (A) se recuerda que era enfermedad grave y que producía gran mortalidad infantil; también en Elosua (G) y Orozko (B) se ha constatado que morían ahogados muchos niños. Los informantes de esta última localidad señalan que a veces algunas personas fallecían de un día para otro de un mal al que llamaban “tisis de garganta” que seguramente se corresponde con la difteria. En Moreda (A) se confunde con la escarlatina a la que llaman garrotillo. Esto hace pensar que eran enfermedades parecidas, ambas con afectación de la garganta.
Entre los remedios constatados se encuentran el hacer vahos (Amézaga de Zuya-A); estar en reposo absoluto e ingerir líquido (Mendiola-A); hacer gárgaras con el agua de las plantas anjina-belarra o trakillu-belarra (Ataun-G); aplicar toques en la garganta con un pequeño hisopo empapado en agua oxigenada (Moreda-A) y dar friegas en la garganta con originabria, que era un preparado que olía a anís (Arberatze-Zilhekoa-BN).
En Carranza (B) se ha recogido la creencia de que los niños no debían ver la operación de extirpar la pepita, que es un pequeño tumor que se les forma a las gallinas en la lengua, porque de hacerlo enfermarían de difteria.