Remedios contra las convulsiones
En Mendiola (A) se intenta calmar al niño con palabras, con baños templados o con tranquilizantes. En otros casos simplemente se le moja la cara con un paño o pañuelo empapado en agua.
En Moreda (A) a veces no se hace nada, tan sólo aguardar a que se le pasen. En otras ocasiones para que volviese en sí se le echaba un poco de agua. También se han empleado baños de agua fría o templada y fármacos. En Aoiz (N) se le baña con agua a temperatura ambiente. En Elosua (G) se humedecía un pañuelo en vinagre y se le colocaba en la frente. En Viana (N) se le daba aire con un abanico.
En Tiebas (N) cuando tenía una rabieta se le propinaba una chapada, bofetada. Otra solución era sumergirlo en agua fría.
En Ribera Alta (A) se trataba de hacer volver al niño a la consciencia moviéndole, dándole azotes, colocándole bajo el agua fría, y mientras se hacía esto alguien corría en busca del médico.
En Abadiano (B) a los berrinches que de vez en cuando cogen los niños se les llama kasketa. Se considera que lo mejor es ignorarlos ya que a menudo su propósito es llamar la atención de los adultos y si ven que con el berrinche no consiguen nada dejan de recurrir a él.
En Muskiz (B) se le enternece para que se desahogue llorando y si no da resultado esto se finge estar más histérico que él e incluso se le da una bofetada. En Murchante (N) se recomendaba darle unos golpecitos en la espalda y echarlo en volandas hasta que rompiera a llorar. Algunos pensaban que lo mejor era dejarlo en paz hasta que se le pasase. En Pipaón y Valdegovía (A) darle más mimos.
En Beasain (G) se le habla con tranquilidad para que se calme. Para los mayorcitos se ha usado y se usa la infusión de tila.
En Bidegoian (G) se le acostaba en la cama y se le daba a beber agua.