Enfermedades de la vista
Santa Lucía ha sido tenida como protectora de la vista y a ella se ha recurrido para curar las enfermedades de los ojos. El arte religioso la representa como una joven que porta sus ojos en un plato. En Bizkaia se acudía con esta petición a las ermitas dedicadas a esta santa que encontramos en Gernika-Lumo, Elorrio y Altzusta-Zeanuri. En San Cristóbal de Igorre cuya antigua titular fue Santa Lucía era costumbre frotar antes de la misa los párpados con aceite bendecido; al terminar el acto religioso se procedía a secar el aceite con un paño que iba pasándose de unos a otros.
La ermita de Santa Lucía de Labarrieta en Sopuerta, hoy en ruinas, se localiza junto a la cueva que lleva su nombre; a ella se accede desde el interior de la ermita que cuenta con un saliente de roca. Los que padecían de dolencias de la vista se frotaban los ojos con polvo de esa roca, mientras pedían a la santa su curación.
En Gipuzkoa acuden con el mismo fin a Santa Lucía en Oñati y a Ntra. Sra. de Uba en Altza. En San Esteban de Goiburu, Andoain, se venera una imagen de Santa Lucía que sostiene un plato en que se hallan representados dos ojos. Los peregrinos tocaban éstos con un pañuelo que luego aplicaban a sus propios ojos. Consideraban que esta práctica les preservaba de los males de la vista[1].
En la ermita de Santa Lucía de Bolibar en Eskoriatza (G) se tocaban con los dedos los ojos que la santa presenta en una bandeja y luego se frotaban los ojos del enfermo. Con igual propósito se acudía a rezar ante la imagen de Santa Lucía que estaba en la ermita de Santa Elena de Irun (G). En la de Santa Lucía de Ezkio (G), se ponían unos anteojos de latón previstos a tal fin, besaban un cuadro de la santa y dejaban una limosna.
En Apodaca (A) a los que tenían problemas de vista, el día de la Asunción o el de San Roque los llevaban a la ermita de Santa Lucía de Ondategui.
En Villaverde (A) acudían a la ermita de Nuestra Señora de Okon, donde hay una imagen de Santa Lucía. Concluido el acto y por su cuenta colocaban en un bastón alguna prenda que llevasen puesta y la pasaban por la imagen de la santa tras lo cual se la volvían a poner. De este modo pensaban que tendrían buena vista.
En la de Santa Lucía de Llodio (A) ha sido costumbre frotarse los ojos con el aceite de la lámpara que arde en la ermita o lavarlos con el agua del manantial que brota de sus cimientos. En el frontal del altar hay un relieve que representa dos ojos humanos; los aquejados de la vista o también los que desean prevenir alguna enfermedad de los ojos, besan primero los globos oculares del relieve y después los tocan con los suyos[2].
En Amézaga de Zuya (A) recurrían a Santa Lucía (en Urkabustaiz y Kuartango) pidiéndole la protección de la vista.
Al pie de la ermita de San Antón de Sara (L) existe una fuente a la que acuden la noche de la víspera de San Juan los que padecen alguna enfermedad en los ojos; con su agua frotan el ojo o los ojos enfermos, sirviéndose de un pañuelo o un trapo que después lo cuelgan de los arbustos del contorno. Era también costumbre quemar unas velillas sobre los bordes de la pila de agua bendita existente junto a la puerta de la ermita. En Bidarte (L) se recurría a la Kapera para curar las enfermedades de los ojos.
En Navarra para remediar la pérdida de visión se acudía, entre otras, a la Virgen de Argiloain en Sarries (Valle de Salazar), procediéndose al lavado de los ojos en una fuente que brota al pie del santuario[3]; los de Izal acuden a la ermita de Santa Lucía en Racas Alto y los de Obanos a la de Santa Lucía en término de Muruzabal.
En Lekunberri (N) acudían a la ermita de Santa Lucía en San Migueltxo, pequeña ermita ahora derruida por las obras de la autovía Irurtzun-Andoain, en el término municipal de Arruitz. Se solicitaba su intervención para evitar los problemas de la vista diciendo “Santa Lucía bendita, conserva los ojos y la razón”.
En Murchante (N) se solicitaba la intercesión de Santa Lucía en la parroquia de La Magdalena de Tudela. El día 13 de diciembre se celebraba una misa especial a mediodía y otra a la tarde cantada por los auroros y moteros de Tudela. En la actualidad es una fiesta propia de todos aquellos gremios que trabajan con la vista como el de las modistas.
- ↑ José Miguel de BARANDIARAN. “Las Iglesias” in Eusko Folklore. Materiales y Cuestionarios, LX. Vitoria: 1926, pp. 45-46.
- ↑ Gerardo LÓPEZ DE GUEREÑU. “Calendario Alavés. Vida, usos, costumbres, creencias y tradiciones” in BISS, XIV (1970) p. 362.
- ↑ José Mª IRIBARREN. De Pascuas a Ramos: galería religioso-popular-pintoresca. Pamplona: 1970, p. 30.