Otras prácticas
Según otra informante de Carranza (B) cuando dolían las muelas se arrancaba un manojo de ortigas y se frotaban con él las extremidades inferiores, de este modo “bajaba la sangre a las piernas y se quitaba el dolor”.
En Izal, Lezaun, Romanzado y Urraul Bajo (N) decían que estos dolores se calmaban metiendo los pies en agua caliente con ceniza. En Agurain (A) se toman baños de pies en agua caliente a la que se ha añadido un puñado de sal o ceniza. Azkue también recogió que en Bizkaia se consideraba conveniente que cuando uno se fuese a la cama introdujese las piernas durante un cuarto de hora en agua caliente a la que se habían añadido ceniza y sal[1].
En Donoztiri (BN) aseguraban que se curaban bañando los pies en agua caliente a la que se agregaba auskaldarra, ceniza del hogar, pimienta y a veces salvado de harina de trigo.
En Zerain (G) para curar un flemón se envolvían en hojas de perejil dos granos de sal y se introducían en el oído. En Apellániz (A) se metían en la oreja un tallo de perejil. Lo mismo hacían en Oiartzun (G)[2].
En Arratia (B) para calmar el dolor de muelas había que frotar la cara hasta enrojecerla con el pelo de los granos de la rosa silvestre[3].