Ampollas, puslak, e infecciones por quemaduras
Para designar a las ampollas hemos constatado en nuestras encuestas de localidades vascófonas las siguientes denominaciones: puslea (Bedarona, Nabarniz-B); urbatua (Mungia-B); eskuko baba, ampolla de la mano (Ataun-G); azal arrotua (Hondarribia-G); pintza (Donoztiri, Heleta-BN); kixkillia (Liginaga-Z).
A continuación se describen los procedimientos recogidos sobre la conveniencia o no de reventar las ampollas y los riesgos derivados de las infecciones.
En Amézaga de Zuya, Apodaca, Berganzo, Bernedo (A); Durango, Muskiz, Nabarniz (B); Arrasate, Astigarraga (G); Aoiz, Arraioz, Lekunberri, Murchante y Tiebas (N) lo normal es pinchar la ampolla con una aguja o un alfiler, previamente desinfectado, para que salga el líquido retenido. En San Martín de Unx (N) se usaba una aguja flameada o se cortaba. En Ribera Alta (A) se decía que había que pinchar entre cuero y carne y luego se cubría con una gasa encerada.
En Bedarona (B); Oñati (G); Aoiz y Tiebas (N) se agujereaban con aguja e hilo, se hacía un nudo y se dejaba secar. En Hondarribia (G) se atravesaba la ampolla con una aguja ensartada en un pelo largo para que por allí fuera cayendo el líquido o como dicen en Obanos (N) se dejaba el hilo para que “l’agüilla” saliera por ahí.
En Ataun, Beasain, Bidegoian, Elgoibar, Zerain (G) y Arraioz (N) dicen que debe agujerearse la ampolla desde la parte sana de la piel, pero jamás debe quitarse ésta. En Muskiz (B) anotan que no se debe desprender la piel hasta que se forme la nueva para que no quede cicatriz. En Carranza (B) si se formaba la ampolla de agua o ampola, se punzaba con mucho ciudado por el mismo borde para extraer el líquido, procurando no desgarrar la piel de la misma para que la herida no quedase expuesta. En Moreda (A) y Orozko (B) mientras que unos informantes dicen que jamás se deben pinchar las ampollas, otros afirman que hay que extraer el líquido que contienen y recortar con una tijera el pellejo circundante. En el Valle de Erro (N) las ampollas de las quemaduras se pinchaban y se les aplicaban unos papeles que vendían en la farmacia para que no se pegaran las prendas de vestir a las quemaduras.
En Zerain (G) cuando se infecta la quemadura, se pone sobre ella una hoja de helecho (Asplenium scolopendrium). En Astigarraga (G) después de pinchar la ampolla se aplica, según los casos, bien pomada de verbenas o plantina-belarra machacada. En Apodaca (A) en verano cubrían las quemaduras con una venda para evitar la acción de las moscas pero aun así, señalan los informantes que se solían infectar. En Obanos (N) dicen que lo más importante es procurar que no se infecten.
En Mendiola (A) aseguran que una vez que han salido ampollas no se conoce remedio para su cura, recomiendan llevarlas al aire libre. También en Moreda (A) hay quienes apuntan que “lo quemao cura mejor llevándolo al descubierto”, dándole el aire. En Izal (N) dicen que es bueno quitar la piel quemada y llevar la zona dañada al aire.
En Goizueta (N) para que desaparecieran las ampollas formadas en la lengua era costumbre pasar ésta por la pared del hogar.