Diferencia entre revisiones de «Signos de respeto hacia los mayores»
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+ | Se aportan a modo de ejemplo los datos recogidos en Sangüesa (N). El respeto hacia los abuelos se demostraba de varias maneras: se les acompañaba cuando tenían que salir de casa a la iglesia o a otros asuntos; se respetaba su dormitorio matrimonial incluso cuando quedaban viudos; y se les atendía en la enfermedad lo mejor posible, esmerándose más en la limpieza de la habitación y en que la ropa de su cama estuviese bien limpia. El respeto a los padres era total, apenas se les podía discutir nada, aunque reconocen que estaba mezclado con el miedo. Imponían a veces castigos del tipo de no poder salir de casa, quedarse sin paga, incluso castigos corporales. El padre presidía la mesa en las comidas, la mujer le servía en primer lugar cuando no estaban los abuelos y hasta que no se levantaba de la mesa, ninguno podía hacerlo sin su consentimiento. La madre también se hacía respetar por estar más tiempo con los hijos y hallarse presente en los detalles cotidianos y necesidades de la casa como recados, limpieza, vestidos e incluso tareas escolares. Era la madre a quien se le obedecía porque el padre solía tener bastante con los duros trabajos en el campo. | ||
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+ | En algunos lugares se ha consignado que la falta de respeto a los padres comportaba generalmente un castigo inmediato, por eso no hay quienes dudan en afirmar que era miedo más que respeto lo que sentían por sus progenitores. Apenas había confianza entre padres e hijos, la cosa era distinta con las madres (Allo-N). | ||
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+ | Es bastante común el dato consignado de que hoy día el respeto hacia los mayores es menor que antaño; incluso en algunas familias los consideran una carga y a veces terminan sus días en un asilo o residencia de ancianos (Apodaca, Moreda-A; Busturia, Bermeo-B; Luzaide/Valcarlos-N). | ||
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Revisión actual del 08:54 19 dic 2018
En tiempos pasados fue común tratar con respeto a las personas mayores tanto a las de casa como a las demás. Las encuestas hacen hincapié en el respeto profesado a los padres y sobre todo a los abuelos de los que se ensalzaba su saber y experiencia. Se manifestaba en el tratamiento, en la aceptación de su autoridad, en atender sus peticiones, en la deferencia hacia ellos en la mesa[1], en los lugares públicos, etc. Estos aspectos son estudiados en otro capítulo de esta misma obra[2]. Algunas de las formas de mostrar respeto hacia los padres y los abuelos se han modificado totalmente, como es el trato de usted. Hoy en día en público se dan más manifestaciones de cariño que en tiempos pasados.
Se aportan a modo de ejemplo los datos recogidos en Sangüesa (N). El respeto hacia los abuelos se demostraba de varias maneras: se les acompañaba cuando tenían que salir de casa a la iglesia o a otros asuntos; se respetaba su dormitorio matrimonial incluso cuando quedaban viudos; y se les atendía en la enfermedad lo mejor posible, esmerándose más en la limpieza de la habitación y en que la ropa de su cama estuviese bien limpia. El respeto a los padres era total, apenas se les podía discutir nada, aunque reconocen que estaba mezclado con el miedo. Imponían a veces castigos del tipo de no poder salir de casa, quedarse sin paga, incluso castigos corporales. El padre presidía la mesa en las comidas, la mujer le servía en primer lugar cuando no estaban los abuelos y hasta que no se levantaba de la mesa, ninguno podía hacerlo sin su consentimiento. La madre también se hacía respetar por estar más tiempo con los hijos y hallarse presente en los detalles cotidianos y necesidades de la casa como recados, limpieza, vestidos e incluso tareas escolares. Era la madre a quien se le obedecía porque el padre solía tener bastante con los duros trabajos en el campo.
En algunos lugares se ha consignado que la falta de respeto a los padres comportaba generalmente un castigo inmediato, por eso no hay quienes dudan en afirmar que era miedo más que respeto lo que sentían por sus progenitores. Apenas había confianza entre padres e hijos, la cosa era distinta con las madres (Allo-N).
Es bastante común el dato consignado de que hoy día el respeto hacia los mayores es menor que antaño; incluso en algunas familias los consideran una carga y a veces terminan sus días en un asilo o residencia de ancianos (Apodaca, Moreda-A; Busturia, Bermeo-B; Luzaide/Valcarlos-N).
- ↑ Hasta tiempos recientes, los padres y las personas mayores han tenido su sitio reservado en la mesa, junto al fuego, en la sala o comedor, etc. Es un aspecto tratado en otro volumen de este Atlas Etnográfico: La alimentación doméstica. Atlas Etnográfico de Vasconia. Bilbao, 1990, pp. 79-81. Vide también en esta obra: El escaño o zizailu junto al fuego del hogar.
- ↑ Tratado en el capítulo dedicado a Familia y Parentesco de esta obra.