Heridas importantes. Torniquetes
La práctica de hacer torniquetes para detener las hemorragias, odol-ixurtzea (LekunberriN), cuando se producían heridas de consideración se ha constatado en Amézaga de Zuya, Valdegovía (A); Bidegoian (G); Lekunberri, Murchante y Viana (N). En Astigarraga (G) y Moreda (A) se hacía con un trapo y un palo; en Aoiz (N) con tiras de tela; en Arraioz (N) con una cuerda, pañuelo o lo que se tuviera a mano y en Elosua (G) con una cuerda de la abarca.
En Mendiola (A) si la lesión es considerable y no existe otra solución para poner remedio se coloca un torniquete. Se realiza con un cinto, un pañuelo o un trozo de tela de una camisa o un pantalón y con la ayuda de un palo se hace presión. Esta técnica es provisional, hasta lograr los medios que permitan un vendaje más convencional.
En Ribera Alta (A) si la herida no dejaba de sangrar y se localizaba en una de las extremidades se ataba una cuerda para interrumpir el riego sanguíneo. En caso de que estuviese en una zona de más difícil control se tapaba bien con paños limpios y mientras llegaba el médico se obligaba al herido a permanecer tumbado.
En Muskiz (B) si la hemorragia es abundante también se hace un torniquete. Es conveniente aflojarlo cada poco tiempo para que circule la sangre aunque se pierda una pequeña cantidad hasta la llegada al hospital. Si no hay una goma se hace con un pañuelo o arrancando tiras de la propia ropa.
En Zerain (G) cuando se trataba de un corte profundo causado por la hoz o la guadaña se hacía un torniquete por encima de la herida en dirección al corazón.
En Bernedo (A) aplicaban un torniquete o presionaban con una moneda sobre la herida. Otros ponían tabaco y apretaban con un pañuelo limpio o colocaban la herida bajo el torniquetes sólo como último recurso ya que resultaban peligrosos.