El rain, larraina
En localidades alavesas, junto a la casa se pueden encontrar la era, la huerta y la rain. En algunos lugares son equivalentes los términos huerta y rain, unos la denominan de una forma y otros de otra (Bernedo). Se han recogido distintas variantes de este vocablo: la ran (Abezia), la ren (Moreda), la rein o larrein (Apodaca) y el rain (Agurain, Bernedo, Valle de Zuia). En Améscoa (N) la era estaba colindante o cerca de la casa y también la huerta, únicamente los jornaleros si contaban con era o huerta estaba distante. En pueblos vascófonos de otros territorios se han registrado denominaciones similares, así en Orozko (B) al sitio delante de la casa donde se efectuaba la trilla, que estaba encachado, katxorrie, y donde se tenía el carro, se le llama larrine; en Orexa (G) el lugar junto a la casa para manejar los carros se llama larraine, en algunas casas le llaman atadie; en la zona rural de Deba-Mutriku (G) la era situada junto a la casa es larraña, en Aria (N) larreina y en Elgoibar (G) el terreno contiguo a la casa recibe los nombres de larriña y osua.
En la rain, que se encuentra pegante a la era, se cultivan los productos que se emplean como alimento diario del ganado (Bernedo, Valle de Zuia-A). Las reines que servían para pasto del ganado, hoy día son una finca como las demás.
La era es el lugar donde en tiempos pasados se llevaba a cabo la trilla. En algunas localidades han señalado que la era servía también para apilar la leña de la suerte fogueral y realizar labores agrícolas como amontonar la remolacha para el ganado (Agurain, Berganzo-A).
La huerta es la parcela donde se cultivan con mimo las hortalizas y verduras; donde están algunos árboles frutales preciados, las flores y plantas y donde se pone a secar en unos alambres la ropa de la colada. También en la huerta se suele localizar el pozo de la casa. En Ribera Alta (A) si en la huerta no había sitio suficiente para sembrar alubias y garbanzos, se recurría a tierras más pobres que se denominan terrenos de guchío. Hoy día algunas de estas antiguas huertas o huertos, además de para cultivos domésticos, se utilizan para tomar el sol o para que jueguen los niños.
En Abezia y el Valle de Zuia (A) el terreno delantero de la casa se encachaba, es decir, se pavimentaba con piedras pequeñas colocadas de canto. Servía para que cuando los ganados y caballerías pasaban a la era con el carro pudieran aferrarse al suelo para tirar y evitar que se embarrara cuando llovía. Luego, este empedrado se ha sustituido por cemento. En Apodaca (A) se ha recogido que delante de la casa había un lugar donde se ponía la barda (ramas de encina y roble) que una vez plegada se llama bardal y se colocaba sobre unos soportes de piedra. En el hueco que quedaba debajo se refugiaban las gallinas para protegerse del sol o la lluvia.
En algunas localidades como Agurain, Bernedo, Moreda (A); Obanos y Monreal (N) que cuentan con población concentrada, se ha recogido que donde las casas están agrupadas a veces no hay espacio entre ellas y en esos casos suelen disponer de terreno contiguo las que se encuentran más alejadas, otras veces las casas de los núcleos cuentan con terreno o huerta en la periferia. En Treviño y La Puebla de Arganzón las tierras de labor se encuentran fuera del pueblo. En Allo (N) hasta hace no muchos años, numerosas familias tenían su eras para trillar el grano que se ubicaban en los alrededores del pueblo, muy próximas a las casas de los vecinos. Son pocas las viviendas que tienen huertas adosadas al edificio, generalmente son las de la periferia de la localidad. En ellas se cultivan verduras, hortalizas y frutales para consumo doméstico. El riego es posible hacerlo porque en su proximidad discurre una acequia o porque en su día se proveyeron de pozos.
También en Astigarraga (G) se ha consignado que donde las casas y caseríos por su emplazamiento no disponen de terreno contiguo, arriendan uno para huerta en algún lugar relativamente alejado de la casa. Este es el caso de muchas casas del barrio de Ergobia y del casco urbano que alquilan un terreno en la zona de Ergobia, donde existe una vasta zona aluvial de la vega del Urumea que, parcelada, se utiliza como huerta.