El medio natural y humano

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Los territorios que componen actualmente Vasconia se sitúan en el Occidente de Europa, allí donde la cordillera de los Pirineos des­ciende hacia el océano Atlántico en el Golfo de Bizkaia, ocupando un área que se extiende entre los ríos Adour al N y Ebro al S.

A caballo entre España y Francia, Vasconia ha sentido esa doble influencia en su historia. Al S de los Pirineos la Vasconia peninsular está integrada en el Estado Español formando dos administraciones políticas: por una parte la Comunidad Autónoma del País Vasco que abarca los territorios históricos de Álava, Biz­kaia y Gipuzkoa y por otra, la Comunidad Foral de Navarra. Al N, el País Vasco conti­nental, incluido en el departamento francés de Pyrénées Atlantiques, engloba las antiguas provincias de {{#map:point:Lapurdi|Lapurdi Iparralde}}, {{#map:point:Nafarroa Beherea}} y {{#map:point:Zuberoa}}.

El conjunto de estos territorios ha recibido diversos nombres: Euskal Herria, Zazpirak-Bat o Sept Provinces Basques, denominación esta que figura en la carta lingüística del euscara que imprimió en 1863 el príncipe L.L. de Bonaparte. Los territorios de la Vasconia peninsular han recibido también el nombre de País Vasco-Navarro y los de la Vasconia con­tinental el de Iparralde, en alusión a su posi­ción geográfica de territorio norteño.

  Territorios Superficie (km2) Población (1982) Hab/km2
Comunidad Autónoma del País Vasco Álava
Bizkaia
Gipuzkoa
3.047
2.217
1.997
268.000
1.180.000
690.000
88
532
346
Comunidad Foral de Navarra Navarra 10.421 515.000 49
Département des Pyrénées
Atlantiques (Iparralde)
Labourd
Basse-Navarre
Soule
800
1.264
785
191.000
27.900
17.900
239
22
23
  TOTAL VASCONIA 20.531 2.890.000 141

 

Orografía

La cordillera pirenaica, del plegamiento alpino, extiende sus estribaciones a lo largo de toda Vasconia, según una línea que comen­zando en la Mesa de los Tres Reyes, a 2.433 m, avanza hacia el O perdiendo altura, siendo otras elevaciones importantes Otxogorrigaine (1.923 m) y Orhi (2.021 m) en el límite con Zuberoa.

Desde el puerto de Ibañeta, al pie de Ortzanzurieta (1.570 m), la cadena se bifurca. Uno de los cordales gira al NO por Quinto Real y Baztan hasta Artzamendi (926 m) y Mondarrain (750 m) encontrando en Larrun (898 m) el final, con el mar a sus pies.

El otro ramal principal entronca por Azpi­roz con la Sierra de Aralar (Irumugarrieta 1.427 m y Txindoki 1.341 m). Por la cresta de Altzania encuentra la Sierra de Aizkorri (1.551 m en Aitz Txuri) y vía Elgea y Arlaban se diri­ge hacia el Anboto por la cresta de Orisol.

La Sierra del Anboto (1.331 m) continúa por el macizo del Gorbeia al que sigue la Sierra Sal­vada. En distinto cordal, un poco más al N, se encuentra la Sierra de Ordunte, con el Zalama (1.335 m) como altura principal. Y aún más al N, próximas ya al mar, las peñas de El Mazo, Ranero, Los Jorrios, Betaio y Castro Alén.

Consideradas como prepirineo, al S del eje antes citado aparecen dos alineaciones relati­vamente paralelas. La primera avanza por la Sierra de Leire (Arangoiti 1.355 m), al E de Navarra, dirigiéndose por el Alaiz (1.169 m), Izko y el Perdón hasta las Sierras de Urbasa (1.153 m) y Andia (Beriain 1.494 m). Se con­tinúa en Álava por Entzia, Montes de Iturrieta y Montes de Vitoria.

La otra alineación desde las Améscoas con la Sierra de Lóquiz, tras enlazar con la de Codés, acaba en las Sierras de Cantabria y Toloño en las últimas grandes alturas, al SO del territorio de Vasconia.

Son de citar también las estribaciones sep­tentrionales de los Pirineos en Nafarroa Behe­rea y Zuberoa, de menor altura y extremada ramificación, particularmente en Nafarroa Beherea. El Pic des Escaliers (1.478 m), Maci­zo de Arbaille (1.000 a 1.200 m) y Macizo de Ursuia-Baigura (650 a 900 m) son los acciden­tes más notables.

Los principales montes litorales son los que separan las depresiones del Oria y del Ibaiza­bal del Mar Cantábrico. Éste es el caso de los macizos de Ernio (1.072 m) e Izarraitz en Gipuzkoa y de Oiz (1.026 m) y Sollube (663 m) en Bizkaia. Udalaitz (1.092 m), Urko (791 m), Kalamua (767 m) y Arno (612 m) quedan sueltos, con entidad diferenciada, entre ambas provincias. Numerosas cotas que ape­nas llegan a 600 m fragmentan el terreno antes de alcanzar el mar.

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Hidrografía

Con respecto a los ríos, el territorio se mues­tra diverso debido a que los mismos son tribu­tarios de dos mares: el Cantábrico y el Medite­rráneo.

La divisoria de aguas de E a O comienza en los Pirineos para continuar por la Sierra de Aralar, Arlaban, Anboto, Gorbeia y Salvada, ya en el extremo O. Al N los ríos vierten al Can- tábrico, mientras que los que discurren al S por ser todos ellos tributarios del Ebro desem­bocan en el Mediterráneo.

Los ríos que aportan aguas al Cantábrico son de curso tumultuoso, cortos y caudalosos. Salvan desniveles importantes en pocos kiló­metros y originan en su discurrir valles pro­fundos, angostos y húmedos. Los más impor­tantes son los siguientes: Adour, Saison, Nive, Bidasoa, Oiartzun, Urumea, Oria, Urola, Deba, Artibai, Lea, Oka, Butrón, Ibaizabal­Nervión-Kadagua, Somorrostro, Agüera, Carranza y Calera.

La vertiente mediterránea ve fluir sus aguas pausadas por valles amplios, las más de las veces, y fértiles pues su menor rapidez ha permitido que se conserven las terrazas de sus antiguos aluviones. Destacamos entre los ríos de esta vertiente los que siguen: Zadorra, Ega, Arga, Aragón, Ebro, Queiles, Alhama, Omeci­llo, Bayas, Mayor, Cidacos, Arakil, Ultzama, Larraun, Irati, Esca y Salazar.

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La costa

Unos 225 km de costa asoman Bizkaia, Gipuzkoa y Lapurdi al Cantábrico. El tramo vasco-continental es bajo y arenoso, mientras que el peninsular se muestra alto y recortado como en los cabos de Matxitxako, Higuer y San Martín y las puntas de Galea, Ogoño y Ratón de Getaria, entre otras muchas de cier­ta entidad. Al menos veinte puertos naturales se localizan entre el Adour y la ría de Bilbao y son frecuentes las playas en las desembocadu­ras de los ríos.

Clima

El clima es generalmente suave; de régimen lluvioso y húmedo al N de la divisoria de aguas, debido sin duda a la influencia del océ­ano Atlántico, y más seco y extremo en la ver­tiente mediterránea, al S de dicha divisoria.

La temperatura media anual de las capitales oscila entre los 11° C y los 14° C. La pluvio­metría es de 2.000 mm en los Pirineos; entre 1.000 y 2.000 mm en la vertiente atlántica; entre 500 y 1.000 mm en la Llanada Alavesa y Navarra Media y alrededor de 500 mm en la Ribera Navarra y la Rioja Alavesa.

El paisaje natural

La región septentrional del País está en general cubierta de hierba y poblada de árbo­les que alternan con afloramientos de roca viva. El paisaje es accidentado y desigual, con abundancia de ríos, fuentes y montañas en todas direcciones, alternando con estrechos valles y barrancos que forman un territorio laberíntico. Aunque es difícil precisar, esta región coincidiría con las unidades geográfi­cas afectadas por el clima oceánico y su varie­dad de montaña. Nos estamos refiriendo al territorio ubicado al N de la divisoria de aguas, que comprende Bizkaia y Gipuzkoa en su tota­lidad, la tierra de Ayala y el Valle de Aramaio en Álava, la Montaña Navarra e Iparralde.

Al S de dicha línea el clima de transición pri­mero y la variedad continental mediterránea después, configuran un paisaje bien distinto. Los ríos discurren con mayor lentitud, dando lugar a valles amplios y fértiles. La altitud media de las tierras es superior pero su aspec­to es mucho más llano, en particular a medida que avanzamos por el gran valle del Ebro. El arbolado no aparece como bosque sino como campiña salpicando sotos y ribazos o separan­do propiedades.

Es el paisaje agrícola el que realmente domi­na los valles alaveses de Campezo, Arana, Zuya, Rioja Alavesa, Llanada Alavesa y otros. La viña, el cereal o la legumbre cuadriculan las vegas del Arga, Ega y Aragón, surcando los campos de Los Arcos, Olite, Mendavia, Tudela y otras tantas poblaciones de la Ribera del Ebro y la Navarra Media. Se trata de horizon­tes abiertos, desolados en ocasiones a causa de la escasez de agua (Las Bardenas), en los que luce el sol con frecuencia.

El paisaje humanizado

La orografía, el suelo, el régimen pluvial y la hidrografía han condicionado y aún condicio­nan gran parte de la actividad humana, en particular, la económica y los asentamientos.

La población. A lo largo del siglo XX fue incrementándose, pero con variaciones loca­les. Bizkaia y Gipuzkoa crecieron a un ritmo acelerado e incluso desordenado recibiendo un gran contingente de inmigrantes. Navarra experimentó una evolución más lenta hasta la década de los sesenta en que se elevó fuerte­mente el ritmo de crecimiento. En Álava se puede hablar más de estancamiento y redistri­bución de la población y en Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa el crecimiento ha sido muy lento apreciándose en algunos periodos importantes pérdidas de población. Donde se ha experimentado incremento se trata de población urbana y de dedicación mayoritaria a los sectores industrial y de servicios. En las regiones de estancamiento o pérdida, la población es rural y dedicada a la agricultura o la ganadería fundamentalmente.

El poblamiento. En el territorio alavés el poblamiento tiende a ser concentrado, pero en pequeños núcleos. Hay que exceptuar el Valle de Aramaio en donde los asentamientos aparecen muy dispersos y la Rioja Alavesa de agrupamientos de tamaño medio y más sepa­rados entre sí. La capital, Vitoria-Gasteiz, con­taba con 237.150 habitantes en 2010.

En Gipuzkoa el paisaje aparece salpicado de numerosos caseríos y pequeños pueblos rura­les distribuidos entre otros de tamaño medio, más que de ciudades. Donostia-San Sebastián, su capital, sumaba 182.094 habitantes en 2010.

En Bizkaia es algo mayor la incidencia del núcleo pequeño y medio, salvo en la zona de la ría de Bilbao, de gran concentración urbana, casi un millón de habitantes. De esa cantidad Bilbao aportaba 353.296 habitantes en 2010.

Navarra presenta importantes variaciones. En la Ribera las poblaciones son grandes y están bastante separadas. En la zona media son menores, más próximas y más numerosas. En la Navarra húmeda son habituales los pequeños núcleos dispersos y las casas sueltas. El censo de 2010 otorga 197.488 habitantes a Pamplona-Iruña.

El País Vasco continental presenta una gran concentración en la costa de Lapurdi, de carácter residencial muchas veces, y una ten­dencia a la despoblación en Nafarroa Beherea y Zuberoa cuyos poblamientos son dispersos o poco concentrados. Las capitales de estos territorios tenían en 2008 esta población: Baiona 53.480 habitantes, Donibane-Garazi 6.759 y Maule-Licharre 10.674.

Lengua vasca

Una cuarta parte de la población que vive en esta área habla euskara, la lengua propia del gru­po étnico vasco. Sin embargo la proporción de vascoparlantes difiere de un territorio a otro. Se estima que la población vascófona, según datos de 2006, asciende al 49,1% en Gipuzkoa y al 22,5% en las provincias del País Vasco conti­nental, siendo menor esta proporción en Biz­kaia (23%), Navarra (11,1%) y Álava (14,2%).

Tal como figura en los mapas lingüísticos la zona vascófona viene a coincidir actualmente con la Vasconia húmeda comprendida entre los ríos Adour y Nervión. Todavía hasta épocas recientes (siglos XVIII-XIX) el área de habla vasca se prolongaba más hacia el S abarcando la Llanada de Álava y amplias zonas de la Nava­rra Media.

Testimonio de esta antigua extensión del euskara es la toponimia vasca que con diversa intensidad cubre prácticamente todo el terri­torio de Vasconia, extendiéndose incluso más allá de sus actuales límites.

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Comunicaciones 

Comunicaciones

Carreteras. El eje Madrid-París atraviesa Vas­conia por las rutas N-1 y RN-10. La primera de ellas cruza Álava de O a E, después un extre­mo de Navarra al pie del puerto de Etxegara­te y la provincia de Gipuzkoa, enlazando Vito­ria-Gasteiz con Donostia-San Sebastián. En la frontera del Bidasoa enlaza con la RN-10 que une Baiona con Burdeos y París.

De este eje principal parten la N-634 que enlaza Donostia-San Sebastián y Bilbao; la N­240 que une Bilbao, Vitoria-Gasteiz y Pamplo­na por Barazar y atraviesa Navarra de O a E; la N-121 de Pamplona a Tudela que comunica también con la que se dirige a Logroño y Zara­goza; la RN-117 que desde Baiona a través de Pau se dirige al Mediterráneo y la RN-133 que va de Mont de Marsan a Donibane-Garazi. Hay también una vía de comunicación directa entre Baiona y Pamplona.

Esta red viaria se completa con las autopistas Bilbao-Behobia-Baiona, Bilbao-Burgos, Bilbao-Zaragoza y la autopista de Leizaran que une Pamplona y Donostia-San Sebastián, y la de Navarra que enlaza con el valle del Ebro y Cataluña.

Actualmente tanto Bilbao, Gasteiz, Donos­tia, Pamplona como Baiona están enlazadas entre sí bien por autopista o autovía.

Ferrocarriles. La línea Madrid-Irun-Hendaia­París dispone de enlaces en Miranda de Ebro hacia Bilbao, en Baiona hacia Pau y Toulouse, y en Altsasu hacia Pamplona. Este último se pro­longa de N a S hasta Castejón, cerca de Tudela.

Hay también varias líneas de ferrocarriles de vía estrecha que son: Donostia-Hendaia, Bil­bao-Donostia, Bermeo-Amorebieta y Bilbao-Santander.

En este momento se está construyendo el tren de alta velocidad que unirá las capitales vascas conocido como la Y vasca.

Puertos y aeropuertos. Los principales puertos marítimos son los de Bilbao en Bizkaia, Pasajes en Gipuzkoa y Baiona en Lapurdi.

Gipuzkoa cuenta con aeropuerto en Honda­rribia, Navarra en Noain, Bizkaia en Loiu, Ála­va en Foronda y Lapurdi en Parma.

Actividades económicas

Agricultura. Hay que hacer referencia de nuevo al clima para explicar el paisaje agríco­la del País. En la Vasconia húmeda, oceánica o de la vertiente atlántica, la agricultura ha sido una actividad básica hasta mediados del siglo XX. La transición hacia la ganadería conllevó un aumento de prados y pastizales y de la pro­ducción forrajera, destacando el nabo, la remolacha y la alfalfa, y el maíz como princi­pal cereal. Hoy día la ganadería ha disminui­do su importancia, al igual que todo el sector primario, a la vez que ha experimentado un proceso de especialización e intensificación con una gran dependencia de fuentes de ali­mentación externas.

Para el consumo humano se cultiva un buen número de hortalizas, generalmente con carácter de autoabastecimiento y en las proxi­midades a los núcleos urbanos, con el fin de atender pequeños mercados. Entre los frutales siguen dominando el manzano y el peral. El manzano está experimentando un nuevo auge vinculado a la producción de sidra. Más impor­tante ha sido el crecimiento del viñedo ligado a la elaboración de txakoli, a menudo bajo denominación de origen. Desde hace años también se ha extendido el cultivo del kiwi. Además se ha asentado el recurso a los inver­naderos que aún hace pocas décadas suponían una innovación permitiendo adelantar y alar­gar determinados cultivos antes limitados por las condiciones climáticas. El policultivo sigue teniendo gran importancia y el paisaje conti­núa apareciendo parcelado y colorista. Este tipo de agricultura se localiza en Gipuzkoa, Bizkaia, norte de Álava y de Navarra, Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa.

Muy distinto es el caso de la vertiente medi­terránea y el área climática de transición hacia ella. El antiguo policultivo va siendo sustituido por una tendencia a la especialización comar­cal destacando los cereales, pero añadiendo frutales, viñedos y el sector de regadíos. La especialización y monocultivo progresan hacia el S alcanzando en la Rioja Alavesa y la Nava­rra Media su más claro exponente. En la Ribe­ra del Ebro el regadío cobra gran importancia y con él también una nueva tendencia a la diversificación de los cultivos a gran escala con extensa producción de maíz, remolacha azu­carera, frutales, espárrago, tomate, alcachofa y pimiento. La Llanada Alavesa, la Navarra Media y las cuencas de Aoiz, Lumbier, Pam­plona y la Ribera del Ebro son las regiones más importantes en la economía agrícola.

Ganadería. Desde el punto de vista ganadero la vertiente oceánica se muestra bien dotada. Se advierte en ella un retroceso de la cabaña ovina y un crecimiento de la vacuna. En la ver­tiente meridional sigue siendo el sector ovino el más importante. Existe aún la trashuman­cia, pero de corto desplazamiento, a excep­ción del ganado del Valle de Roncal en Nava­rra, que aún recorre grandes distancias.

A la cabeza del ovino se sitúa Navarra y lo hace Bizkaia a la del bovino, seguida de Gipuzkoa.

A los sectores antedichos sigue en importan­cia la cabaña porcina. El resto se reparte entre la caballar, caprina y asnal. También resulta habitual la explotación familiar de aves de corral y conejos. La crianza de pollos de engorde, gallinas ponedoras y conejos experi­mentó hace años un importante proceso de industrialización.

Pesca. La plataforma continental, base de los grandes bancos de pesca, es escasa en nuestras costas lo que ha obligado de antiguo al des­plazamiento de gran parte de la flota pesque­ra a otros caladeros, a veces muy lejanos. Es la actividad conocida como pesca de altura. Pasa­jes en Gipuzkoa y Ondarroa en Bizkaia son los puntos de atraque principales y el bacalao, merluza, lenguado, rape y bacaladilla las espe­cies de mayor interés económico, buscadas en el Atlántico norte y en el Golfo de Guinea y Namibia en el Atlántico sur. Más recientemen­te, esta labor se ha extendido a los caladeros del océano Índico.

La pesca de bajura cuya principal base es el puerto vizcaino de Bermeo se ocupa de espe­cies que viven en general cerca de la superfi­cie o próximas al fondo cuando éste es poco profundo. Ocupa casi la mitad de tripulantes del total de la flota pesquera, pero sólo la quinta parte de su arqueo. Las campañas se centran en los túnidos y la anchoa, pero no podemos olvidar otras especies capturadas como la merluza, sardina, verdel o chicharro. Se suelen incluir como pesca de bajura las artes de marisqueo con cestas o nasas. La pes­ca de bajura ha sufrido numerosas restriccio­nes en los últimos años como consecuencia del agotamiento de distintas especies.

Sector forestal. La importancia que alcanzó el pino coincidiendo con el abandono de la pro­ducción agraria en la vertiente cantábrica se ha visto mermada por el comercio de madera y la importación de pasta de papel o de pro­ductos elaborados. Lo mismo ha ocurrido con el eucalipto.

Minería. El hierro es el mineral asociado por excelencia al subsuelo de Vasconia. Abundan­te y de buena ley fue por cierto el extraído masivamente en los criaderos de los montes de Triano, en Bizkaia, entre 1856 y 1920. Pero poco queda de aquel esplendor extractivo. Lo mismo puede decirse del procedente de Arra­sate (G) y Santa-Grazi (Z) o del plomo de Oiartzun (G) o del cobre de Baigorri (BN) y Arrazola (B).

La complicada tectónica del País explica esta escasez de mineral aunque aún se pueden citar explotaciones de hierro en Gallarta (B), plomo y zinc en Legorreta (G), espato flúor en Oiartzun (G), magnesita en Eugi (N), asfal­to en Maestu y Campezo (A) y algunas otras. Hay además numerosas canteras en las que habitualmente se extraen calizas, margas, arci­llas y cuarcitas, además de sal gema en Bes­koitze (L).

Industria. Aunque predomine la concentra­ción tanto de empresas como de mano de obra lo cierto es que apenas hay zonas sin actividad industrial y la tendencia actual es hacia la ocu­pación de regiones menos congestionadas.

Las principales áreas industriales se locali­zan en el Gran Bilbao, cuenca del Nervión, valle del Ibaizabal, cuencas del Deba y Urola, área de Donostia-San Sebastián y zona de Baiona.

En el Gran Bilbao el puerto juega un papel importante. El valle del Ibaizabal ha actuado descargando la antigua saturación industrial del Gran Bilbao y la cuenca del Deba.

De las comarcas guipuzcoanas la más impor­tante es la de Donostia-San Sebastián por el puerto de Pasaia, que ha determinado una gran diversificación industrial dentro de un predominio de la metalurgia de transforma­ción.

En la cuenca del Deba predomina también esta metalurgia mientras que en la del Oria lo hace la industria papelera. En el Urola la diversificación es mayor.

Tanto en Álava como en Navarra el proceso industrializador cobró importancia a partir de los años sesenta del siglo XX. En Álava con la creación de los polígonos industriales de Vito­ria-Gasteiz que luego se extenderían hacia Agurain, Villarreal, etc. En el caso de Navarra a las áreas de localización industrial de Pam­plona siguieron las de Tudela, Altsasu, Bera, Estella y Lodosa. En el territorio navarro es fundamental la industria automovilística.

En el País Vasco continental destacan el área de Baiona y los polígonos de Hendaia, Doni­bane-Lohitzune y Angelu, con predominio de la construcción, transformación, industrias ali­mentarias y electrónica.

En el momento actual la actividad industrial se presenta como el motor principal de la eco­nomía vasca. La diversificación de esta activi­dad, con ser grande, presenta algunos sectores de especial relevancia, bien por el número de empresas implicadas, bien por la cantidad de mano de obra empleada.

Por sectores, el siderúrgico viene a ocupar un tercio de toda la actividad industrial. Biz­kaia aparece a la cabeza, seguida de Gipuzkoa y Álava aunque más correcto sería decir Vito­ria-Gasteiz, pues cerca del 80% de la siderur­gia alavesa se concentra en los polígonos de la capital. En la parte continental de Vasconia apenas se ha desarrollado a no ser en Lapurdi, en el área de Baiona-Angelu.

Los siguientes sectores en importancia son los de la construcción, industria química, madera y papel. En los dos primeros casos se trata de empresas con un número bajo de trabajadores (el 45% de las empresas tienen menos de cinco empleados). Quizás la excepción sea Lapurdi donde el sector del cemento cobra gran relieve posiblemente por las reformas en el hábitat rural y la abundancia de canteras.

La industria naval se ha desarrollado funda­mentalmente en Bilbao a lo largo de la ría, aunque también son importantes los astilleros de Pasaia en Gipuzkoa. Esta industria entró en fase de retroceso y hoy día está en trance de desaparición.

Las industrias alimentarias por su parte pre­sentan una gran heterogeneidad, con Navarra a la cabeza (harina, aceites, grasas, industria vitivinícola y conservas vegetales) a la que siguen Bizkaia, Gipuzkoa y Álava. Existen tam­bién fábricas de conservas de pescado así como de chocolates y refrescos, pero revisten menor importancia.

Por su parte las actividades textil, de cuero, calzado, de vidrio o cerámica, entre otras de gran variedad, representan un bajo porcenta­je de la población activa.

Parques tecnológicos. Un sector que ha adqui­rido gran fuerza en los últimos decenios y va reforzando su influencia e importancia es la de los parques tecnológicos. Álava cuenta con el de Miñano, muy cerca de Vitoria; Bizkaia con el de Zamudio, localidad próxima a Bil­bao; Gipuzkoa con el de Miramón e Ibaeta; y Navarra dispone de cuatro enclaves en el sureste de Pamplona y su comarca.

Estos parques disponen de empresas, cen­tros tecnológicos y de investigación que traba­jan en sectores de tecnología punteros en los campos más diversos. Enunciamos los campos de actividad más importantes: aeronáutica, automoción, electrónica, energía y medio ambiente, investigación y desarrollo, ingenie­ría, medicina y biociencias, y tecnologías de la información.

Turismo. Un sector que ha recibido un gran impulso recientemente es el turístico. Los nuevos museos, añadidos a otros atractivos, han tenido mucho que ver en ello: el Guggen­heim en Bilbao, el museo de San Telmo reno­vado en San Sebastián y la erección del museo Balenciaga en Getaria, el Artium en Vitoria y el Baluarte en Pamplona. Sin olvidar el Musée Basque de Bayonne, reabierto tras una pro­funda remodelación. A ello se suma la impor­tante oferta hotelera, gastronómica, y los con­ciertos y festivales que atraen gran cantidad de público.