VI. COMUNICACIÓN DE LA MUERTE
En este capítulo, además de a qué personas se les comunica la noticia y quiénes se encargan de hacerlo, se abordan los distintos procedimientos empleados para transmitirla. El más tradicional y extendido es el toque de campanas que no sólo sirve para anunciar una muerte sino que además permite precisar el sexo del fallecido y distinguir si se trata de un niño o un adulto. Este sonido de campanas ha ido acompañado de la comunicación oral entre familiares y vecinos tal como se ha indicado.
Las campanas han perdido vigencia en la actualidad pero, en cambio, se ha popularizado la inserción de esquelas en periódicos. El empleo de esquelas, pero de las que se colocan en puntos transitados de la calle, ya se hallaba extendido con antelación. También se ha recurrido a las cuñas radiofónicas.
En las últimas décadas, con la difusión del uso del teléfono, se ha trastocado de modo radical todo lo concerniente a los métodos tradicionales para anunciar la muerte.
Con la excepción de este último artilugio se podría afirmar de los diferentes medios que cuanto más lejos en la distancia permiten difundir la noticia menos selectivos son en relación a quienes la reciben. El teléfono, por el contrario, ha aunado las dos virtudes: la de la transmisión oral y la de la accesibilidad a familiares y amigos alejados en el espacio.
Apartados:
Contenido de esta página
Avisos. Hil-mezuak
Los toques de campana. Hil-kanpaiak, hil-zeinuak
Las esquelas
Los recordatorios
Anuncio de la muerte a los animales domésticos