Diferencia entre revisiones de «Presentacion Ganaderia y pastoreo en vasconia»
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Vaya, por tanto, mi agradecimiento a cuantos han colaborado en esta obra y, muy particularmente, a los entusiastas componentes de los Grupos Etniker de Euskalerria, al Instituto Labayru y al director de esta iniciativa del Atlas Etnográfico de Vasconia, D. Ander Manterola. Su trabajo, esforzado y riguroso, representa una meritoria contribución a la preservación de nuestro patrimonio etnográfico, así como un servicio inestimable a estudiosos y curiosos. | Vaya, por tanto, mi agradecimiento a cuantos han colaborado en esta obra y, muy particularmente, a los entusiastas componentes de los Grupos Etniker de Euskalerria, al Instituto Labayru y al director de esta iniciativa del Atlas Etnográfico de Vasconia, D. Ander Manterola. Su trabajo, esforzado y riguroso, representa una meritoria contribución a la preservación de nuestro patrimonio etnográfico, así como un servicio inestimable a estudiosos y curiosos. | ||
− | <p style="text-align: right;"><span style="font-size:smaller;">'''M. Carmen Garmendia Lasa'''<br/> Consejera de Cultura del Gobierno Vasco</span></p> | + | <p style="text-align: right;"><span style="font-size:smaller;">'''M. Carmen Garmendia Lasa'''<br/>Consejera de Cultura del Gobierno Vasco</span></p> |
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Antes de que eso ocurra debemos prevenirnos. Todavía mantenemos vivos los conocimientos; debemos preservarlos y revalorizarlos. Para ello es básico el saber, y la etnología nos sistematiza y preserva ese saber que aún es actual. La etnología nos ofrece a todos aquellos que estamos o nos sentimos cercanos al mundo del pastoreo y la ganadería, la posibilidad de conocer lo que éstos fueron y de mantenerlos sin renunciar a la cultura que encierran. Esto es algo que nunca agradeceremos suficientemente ni a los etnógrafos de los Grupos Etniker ni a los pastores y ganaderos que les han informado sobre su saber, pues con la transmisión de su cultura ayudan a afianzar nuestro ser. ''Eskerrik asko''. | Antes de que eso ocurra debemos prevenirnos. Todavía mantenemos vivos los conocimientos; debemos preservarlos y revalorizarlos. Para ello es básico el saber, y la etnología nos sistematiza y preserva ese saber que aún es actual. La etnología nos ofrece a todos aquellos que estamos o nos sentimos cercanos al mundo del pastoreo y la ganadería, la posibilidad de conocer lo que éstos fueron y de mantenerlos sin renunciar a la cultura que encierran. Esto es algo que nunca agradeceremos suficientemente ni a los etnógrafos de los Grupos Etniker ni a los pastores y ganaderos que les han informado sobre su saber, pues con la transmisión de su cultura ayudan a afianzar nuestro ser. ''Eskerrik asko''. | ||
− | <p style="text-align: right;"><span style="font-size:smaller;">'''Iñaki Gerenabarrena Martinez de Lahidalga'''<br/> Consejero de Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco</span></p> | + | <p style="text-align: right;"><span style="font-size:smaller;">'''Iñaki Gerenabarrena Martinez de Lahidalga'''<br/>Consejero de Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco</span></p> |
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Revisión del 12:45 20 nov 2017
El Atlas Etnográfico de Vasconia que se propuso trazar Don José Miguel de Barandiaran adquiere con este tomo sobre ganadería y pastoreo nuevos perfiles, que comienzan a hacerlo perceptible casi en su integridad. Disponíamos hasta ahora de rigurosos estudios etnográficos sobre La Alimentación Doméstica (I), Juegos Infantiles (II), Ritos Funerarios (III) y Ritos del Nacimiento al Matrimonio (IV). Con ellos, la vida individual y familiar, la intimidad, por así decirlo, de los habitantes de Vasconia había quedado ya registrada en esta monumental recopilación del patrimonio etnográfico que pretende ser el Atlas cuando llegue a su término.
El tomo que hoy sale a la luz, Ganadería y Pastoreo en Vasconia, nos saca del ámbito de la intimidad, de las paredes del hogar, de las relaciones familiares, para abrirnos al campo abierto de la producción. Lo hace, además, abordando un asunto en el que la trayectoria histórica es más larga y las costumbres, más duraderas. Resulta, en efecto, difícil de imaginar que los primeros vascones no encontraran en algún tipo de ganadería y pastoreo su medio más provechoso de vida y que en los usos y costumbres que en esta actividad todavía se preservan no resuenen aún ecos, perfectamente reconocibles, de la más remota antigüedad. Así, si en los tomos anteriores del Atlas percibíamos la caducidad de lo que va cayendo inexorablemente en desuso por mor del impacto de la modernidad y de la globalización –alimentación, juegos y ritos muchas veces ligados a tradiciones religiosas ya abandonadas–, en éste sobre la ganadería y el pastoreo constatamos la perdurabilidad de unos modos de hacer y de vivir que se han transmitido a lo largo de los siglos y quién sabe si hasta de milenios.
En este sentido, el Departamento de Cultura, al promover los estudios que en este Atlas Etnográfico se publican, cree estar cumpliendo, al pie de la letra, uno de los mandatos que el Parlamento le encomendó, en 1990, con su Ley de Patrimonio: «Los bienes etnográficos inmateriales, como usos, costumbres, creaciones, comportamientos, que trascienden de los restos materiales en que puedan manifestarse, serán salvaguardados por la Administración,... promoviendo para ello su investigación y la recogida exhaustiva de los mismos en soportes materiales que garanticen su transmisión a las generaciones futuras» (art. 53).
Vaya, por tanto, mi agradecimiento a cuantos han colaborado en esta obra y, muy particularmente, a los entusiastas componentes de los Grupos Etniker de Euskalerria, al Instituto Labayru y al director de esta iniciativa del Atlas Etnográfico de Vasconia, D. Ander Manterola. Su trabajo, esforzado y riguroso, representa una meritoria contribución a la preservación de nuestro patrimonio etnográfico, así como un servicio inestimable a estudiosos y curiosos.
M. Carmen Garmendia Lasa
Consejera de Cultura del Gobierno Vasco
Este es un libro que evoca hechos antiguos; un libro que, cuando llega a las manos de una persona no demasiado familiarizada con el mundo del pastoreo, le lleva a rememorar tiempos lejanos y un tanto míticos de nuestro pueblo; un libro que habla de los nombres y del trato dado a los animales; de los modos de vida basados en su explotación, de procedimientos muy alejados del mundo urbano, predominante en nuestros días. Puede parecer a primera vista una obra que trata sobre los tiempos pasados.
Pero a menudo, las primeras impresiones pueden ser equívocas, porque éste no es un libro sobre lo que fuimos o sobre lo que tuvimos; éste es un libro muy actual.
Pastoreo y etnografía son dos conceptos que de forma errónea asociamos al pasado. A veces tenemos el mal hábito de considerar desaparecido aquello que desconocemos; por eso muchos pueden pensar que estamos frente a una recopilación de “las curiosas costumbres de nuestros abuelos”. Nada mas lejos de la realidad. La ganadería y el pastoreo son actividades vivas en nuestro pueblo. Vivas y evolucionadas, pero con un regusto lejano que en muy pocas actividades más podemos encontrar.
Hoy, por suerte, no todo se ha perdido. Gran parte del poso cultural del pastoreo, que en esta obra se enseña y presenta, es continuación directa de anteriores prácticas ancestrales. En muchas de las actividades pastoriles actuales es reconocible aún una gruesa línea que nos une a nuestro pasado. Por suerte ese nexo no ha desaparecido con los cambios sociales ni con los nuevos modos de producción a los que se ha enfrentado nuestra ganadería y que marcan su situación presente.
La ganadería actual está sometida a procesos de internacionalización impensables hace pocas décadas. Gran parte de su significado artesanal se ha perdido frente a necesidades económicas que convierten muchas veces al ganadero en un empresario. Este proceso es necesario y solo habrá pastores y ganaderos en Euskal Herria si de su trabajo pueden obtener unas rentas dignas que ayuden a hacer atractiva esa profesión.
Pero la rentabilidad económica no debe estar reñida con la culturización. Mejor dicho, debiera estar reñida con la aculturización. La pérdida de cultura que pueden provocar los nuevos métodos de producción nos afecta a todos, no sólo a los pastores o a los ganaderos. En una sociedad con un marcado carácter urbano, como es la vasca actualmente, resulta un tanto descorazonador comprobar el desconocimiento de realidades que a menudo se desarrollan aún hoy en nuestro territorio.
Antes de que eso ocurra debemos prevenirnos. Todavía mantenemos vivos los conocimientos; debemos preservarlos y revalorizarlos. Para ello es básico el saber, y la etnología nos sistematiza y preserva ese saber que aún es actual. La etnología nos ofrece a todos aquellos que estamos o nos sentimos cercanos al mundo del pastoreo y la ganadería, la posibilidad de conocer lo que éstos fueron y de mantenerlos sin renunciar a la cultura que encierran. Esto es algo que nunca agradeceremos suficientemente ni a los etnógrafos de los Grupos Etniker ni a los pastores y ganaderos que les han informado sobre su saber, pues con la transmisión de su cultura ayudan a afianzar nuestro ser. Eskerrik asko.
Iñaki Gerenabarrena Martinez de Lahidalga
Consejero de Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco
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