Cumplimientos y visitas. Bisitak
En las encuestas se refleja que cualquier excusa ha sido o es buena para visitar a los familiares sin que sea necesaria una ocasión especial. Son abundantes los casos en los que se les visitaba, pero había unos motivos que se consideraban inexcusables. Entre éstos destacan la visita al familiar enfermo y a la parturienta. Se acostumbraba a llevar un obsequio y en la práctica se observa la importancia del estatus en el sentido de que se hace un regalo mejor a quien goza de mejor situación y a la inversa, se ofrece un presente más sencillo a la familia más humilde.
Ya se ha descrito en otro apartado de este mismo capítulo cómo se materializa la solidaridad familiar en los casos de enfermedad. En esas situaciones además o con independencia de la ayuda material que se prestara, se solía visitar al pariente enfermo, sobre todo al de larga duración, cumplimentando a la familia con un regalo. También ha sido costumbre visitar a los familiares que hubieran perdido a un ser querido.
Las visitas a la parturienta y los regalos que con motivo de acontecimientos sociales como el nacimiento, la primera comunión, cumpleaños, boda, etc., se realizan a familiares y que con frecuencia se acompañan de una visita a la casa de la persona a la que va destinada el obsequio, han sido ya ampliamente tratados en otro volumen de esta obra[1].
La matanza doméstica del cerdo es, y sobre todo ha sido en tiempos en que la misma fue más común, otra ocasión de obsequiar a familiares y vecinos que luego a su vez corresponden.
- ↑ ETNIKER EUSKALERRIA, Ritos del nacimiento al matrimonio. Bilbao: 1998, pp. 200-205. Los temas aparecen tratados a lo largo de los distintos capítulos de la obra.