A calentar la mano
Para practicar este juego los niños se sientan en torno a una mesa. Uno de ellos coloca la mano extendida con la palma hacia abajo. El niño que le sigue coloca la suya encima y así hasta completar una vuelta, tras lo cual el primer niño pone la otra mano y los demás hacen lo mismo.
Cuando todas las manos están posadas una encima de otra, el que la tiene más abajo la saca y la pone encima de las otras, pero no suavemente sino golpeando. Como siempre queda una mano por debajo de las demás el juego continúa hasta que los participantes se aburren. Se ha recogido en Carranza (B). En Portugalete (B) a veces se hace la torre con una sola mano y otras con las dos.
En Lezaun (N) se llama «A poner las manos». Se considera juego mixto. Aunque también se juega en la calle es un juego familiar y de invierno, no siendo infrecuente el que participen los padres.
Hay que poner las manos alternativamente una encima de otra formando una torre. Cuando están todas colocadas, el que ha puesto primero saca la suya para colocarla arriba. A medida que se van quitando las manos de abajo, su colocación se hace más acelerada, hasta terminar en un manoteo colectivo que suele provocar la hilaridad de los más pequeños.