Al hinque con navaja. Labana-jokua
Los juegos de hinque con navaja tenían la peculiaridad de que el repertorio de lanzamientos era variado: cogiéndola de la hoja, poniendo la punta en la yema de un dedo, desde la rodilla, el pecho, la barbilla, la nariz, la frente, la nuca, etc. El número de lanzamientos que debían realizarse adoptando cada una de estas posturas y las propias posturas empleadas varían de unas localidades a otras.
En Lezama (B) «Al hinque con navaja», había que lanzar la navaja una sola vez desde ocho posturas distintas. En Izarra (A) con la navaja sobre la palma de la mano y con el filo hacia dentro o hacia fuera; con la navaja sobre el puño; tirando por encima del otro brazo; hacia atrás, por el hombro izquierdo, por el derecho.
En Salinas de Añana (A) se colocaba la navaja sobre la palma de la mano y, a la media vuelta, se intentaba clavarla, unas veces hacia delante y otras hacia atrás, tres veces de cada forma. Luego, a la media vuelta sobre el puño, que era la más dificil.
En Busturia (B) se conoce este juego con el nombre de «Kutxilloka» porque lo que se lanzaba era un cuchillo afilado, y tras efectuar los lanzamientos desde las distintas posiciones, se cogía el cuchillo por la punta y se lanzaba seis veces seguidas sin que cayera. En Carranza (B) las posiciones se reducían a cuatro: de hinque, de espalda, de punta, y de nariz.
En Aramaio (A) cuando se jugaba «Akutxillos» el perdedor era el que no conseguía clavar el cuchillo de tres formas diferentes, tres veces cada una de ellas. En Hondarribia (G) jugaban con clavos y le llaman «Iltzeka» o «Klaboka». En San Sebastián lo denominaban «Laban-jokua»[1].
En Lukiano (A) se practicaba también el «Hinque con navaja». Se conocían hasta once formas diferentes de lanzar la navaja, de las cuales las siete primeras había que repetir tres veces, la octava dos y las tres últimas una. Perdía el que anduviera más atrasado cuando uno de los jugadores terminaba con la tanda de lanzamientos[2].
En Abadiano (B) los lanzamientos eran sólo dos, el primero como quería cada jugador y el segundo poniendo la navaja encima de la mano. Ganaba el que conseguía introducir la navaja más hondo.
Esta modalidad de jugar al hinque con navaja también se ha recogido en Amézaga de Zuya con el nombre de «La herradura», Apellániz donde le denominan «Morrillo», Mendiola, Narvaja, Salinas de Añana, Valdegovía (A), Amorebieta-Etxano, Bilbao, Durango (B) y Artajona (N).
Otra particularidad del juego es el castigo que se infligía a los perdedores y que es común a todas las localidades encuestadas. Consistía básicamente en introducir en la tierra un zotz, pequeña cuña o pedacito de madera, que debía sacar con los dientes el jugador que hubiera perdido. En Amurrio y Gamboa (A) a esta acción se la conocía con el nombre de a tomar chocolate, en Donostia (G) kaka jaten y en Abadiano (B) lurre jaten.
En Narvaja (A) en el juego denominado «A la navaja», el participante que no lograba clavarla era penalizado, debiendo derribar un palo clavado en el suelo de tantos soplidos como se comprometiera. Si no lo hacía, enterraban dicho palo dándole tantos golpes como soplos fallidos, debiendo posteriormente sacarlo con los dientes.
En Berastegi (G), al perdedor del juego se le imponía un castigo similar, conocido como kaka jate. Consistía en elegir entre los ziris agavillados y sostenidos medio ocultos en la palma de la mano. El que extraía el palo más corto se veía obligado a sacar con los dientes el ziri previamente clavado en tierra por efecto de un golpe dado por cada uno de los jugadores.
En Apodaca (A) se clavaba un chilo, palo de guirguirio o madroño, más grueso que los demás y había que derribarlo con el propio. Luego se clavaban tantos palitos como perdedores, el ganador los tapaba y quien sacaba el palo más corto perdía, teniendo que extraerlo con los dientes mientras tenía las manos en la espalda.
Un juego parecido al descrito en Apodaca es el denominado en Berastegi (G) «Kinkiñen» o «Zirikin», consistente en derribar con un ziri seis varillas o pequeñas estacas previamente clavadas.