A los cabezotes
En Viana (N) llaman cabezotes a los alfileres cuyo extremo es una bolita de cristal o de pasta de diversos colores. Se guardaban y portaban en cajas metálicas a veces, y otras, se entrelazaban tiras de papel doblado y se llevaban hincados en los bordes enseñando al exterior solamente las cabezas. Era juego mixto y tenía dos modalidades. Estuvo en vigor hasta la década de los cuarenta.
— A pares y nones. El jugador colocaba en la palma de su mano varios cabezotes y preguntaba al compañero si deseaba «par o non», quien escogía una de las opciones. Abría a continuación la mano y tras contarlos pagaba cabezotes o cobraba según hubiera acertado o no su oponente el número introducido.
— A cabezas o contrarios. Llamados así según sus posiciones de cabeza o de punta. El jugador escondía dentro de los puños uno o varios alfileres en posición de «cabeza» o de «contrario». El compañero le colocaba en cada mano cerrada otros cabezotes en una de las dos posiciones. Cobraba tantos como acertaba coincidiendo las posiciones, y pagaba al compañero las que no acertaba.