A punta o cape. A punta o clavo. A punta cazo
En Allo (N) un juego de este estilo recibía el nombre de «A punta o cape». Se utilizaban alfileres con cabezas redondas y de diversos colores, que se compraban en la tienda con la paga de los domingos. Con ellos jugaban tanto las chicas como los chicos.
Un chico ocultaba en su mano derecha una aguja y se la mostraba al compañero en posición vertical, al tiempo que le preguntaba: «¿Punta o cape?». El otro respondía «Punta» si creía que el alfiler estaba en esa posición o «Cape» si pensaba que estaba puesto de cabeza. A continuación levantaba el dedo pulgar dejando el alfiler al descubierto. Si su oponente había acertado la posición correcta del alfiler lo ganaba pero si fallaba tenía que entregarle uno de los suyos.
En Elosua (G) se jugaba «A punta o clavo» de igual forma a como lo hacían en Allo «A punta o cape». Era practicado preferentemente por chicas y ya se conocía a principios de siglo. Una jugadora colocaba dos o, tres alfileres entre los dedos índice y pulgar y decía «punta o clavo». Se ganaba si se acertaba la posición de los alfileres y si se fallaba había que entregarle tantos alfileres como tuviese entre los dedos.
En Obanos (N), «A punta cazo» consistía en esconder un alfiler entre los dedos índice y pulgar y preguntar a la compañera «¿Punta o cazo?», poniendo la mano hacia arriba. Si acertaba perdía el alfiler y en caso contrario ganaba uno.
En Murchante (N), las niñas coleccionaban pequeños alfileres de modista y agujas (alfileres de cabeza negra usados para sujetar las mantillas en la iglesia), con los que realizaban diversos juegos de alfileres, tales como «A punta cazo», que se ha practicado mucho hasta los años sesenta.