A lo bajo. Para abajo
Consiste en transmitir a la cuerda un movimiento de vaivén sin que dé la vuelta completa y tampoco ascienda excesivamente. A veces se intercalan durante el juego giros completos.
Una versión muy común para este tipo de salto es: «Soy la reina de los mares» y durante su ejecución, como ya se ha indicado, no se le imprime a la cuerda un movimiento circular sino tan sólo de vaivén. Cuando se llega al verso «tiro el pañuelito al agua» la niña que salta deja caer un pañuelo al suelo y al cantar el siguiente «y lo vuelvo a recoger», lo recupera tratando de no ser rozada por la cuerda.
Con pequeñas variantes ha sido constatado en Amézaga de Zuya, Ararnaio, Artziniega, Bernedo, Izarra, Narvaja, Pipaón, Ribera Alta, San Román de San Millán, Valdegovía, Vitoria (A); Bilbao, Carranza, Durango, Muskiz, Zamudio, Zeanuri (B); Elosua, Hondarribia, Segura (G), Allo, Artajona, Arraioz, Eugi, Garde, Goizueta, Obanos y Sangüesa (N).
- Soy la reina de los mares
- y ustedes lo van a ver,
- tiro el pañuelito al agua
- y lo vuelvo a recoger.
- Pañuelito, pañuelito,
- quién te pudiera tener
- guardadito en el bolsillo
- como un pliego de papel.
En Pipaón (A), Bilbao, Carranza, Durango (B) y Segura (G) finalizan con «Una, dos, y tres, salte niña que vas a perder».
En Arraioz (N) continúan:
- Soy la viudita
- del conde de Orel
- quisiera casarme
- no tengo con quién.
En Narvaja, Vitoria (A), Ayesa, Eslava, Lerga y Sada (N), con pequeñas variantes agregan:
- ¿Quién la bailará
- la cojita con un pie?
- ¿ Quién la bailará
- siete veces sin perder?
- Una, dos, tres, cuatro,
- cinco, seis y siete.
En Salcedo (A):
- Ay, mi niña bonita
- que vas a perder.
- No quiero ganar
- ni quiero perder
- que quiero saber
- la tabla de multiplicar.
En Salvatierra (A) este final mostraba una complejidad mayor:
- Tengo, que tengo
- tú no tienes nada,
- tengo tres ovejas
- en una cabaña[1]
- Que una, que dos,
- que tres, que cuatro,
- que cinco, que seis,
- que siete, que ocho,
- con pan y bizcocho,
- número ocho.
Otra versión muy conocida se llama «Al pasar la barca». Al finalizar la canción o en los últimos versos se pasa a «dar para arriba». En Salcedo (A) , Durango y Zamudio (B) al cantar «arriba la barca»; en Amézaga de Zuya (A) al llegar al último verso «una, dos y tres»; en Muskiz (B) al pronunciar «una, dos y tres» pasan a dar «a lo fuerte», esto es, hacen girar completamente la cuerda, y la niña que salta tiene que salir sin que se interrumpa la «dada». En Galdames (B) y en San Martín de Unx (N) , al finalizar, dan tres vueltas completas a la soga.
La letra más generalizada que se canta es ésta:
- Al pasar la barca,
- me dijo el barquero:
- Las niñas bonitas
- no pagan dinero.
- Yo no soy bonita
- ni lo quiero ser.
- Arriba la barca,
- una, dos y tres.
En Durango, Getxo, Lezama ( B) y Zerain (G) bisan el último verso «una, dos y tres»; en Bernedo, Gamboa y Salcedo (A) , lo sustituyen por «de Santa Isabel» y en Sangüesa (N) por «arriba otra vez». En Artajona (N) «tome usted dinero / y páseme usted» y en Allo, Izal y San Martín de Unx (N) «al pasar la barca yo le pagaré». En Aramaio (A) le añaden un verso más: «hasta el año veintitrés, tres, tres». En Bermeo (B) : «cuatro, cinco y seis»; en Narvaja y Salvatierra (A) «salte niña que vas a perder».
En Abadiano (B) los últimos versos varían:
- Arriba la barca del tío Manuel.
- Ay, Manolé, ay Manolé,
- Pepita de usted.
En Izarra (A) se añadía una estrofa:
- Las niñas bonitas
- no van al café
- por q ue los soldados
- les pisan los pies.
También en Pipaón (A):
- La volví a pasar,
- me volvió a decir:
- Las niñas bonitas
- no pagan aquí.
- La niña bonita
- carita de sol
- su padre le canta
- el quireileisós.
En Eugi (N):
- A la barca, al barquero
- a las hijas del chocolatero.
- Al pasar la barca
- me dijo el barquero:
- Las niñas bonitas
- no pagan dinero.
En Sangüesa (N):
- A la barca, al barquero
- a las hijas del chocolatero
- a la una, a las dos, a las tres,
- a las hijas del marqués.
En Aria (N):
- A la barca el barquero
- la hija del chocolatero
- una niña se perdió
- a la barca uno
- a la barca dos
- a la barca tres.
En Laguardia (A):
- A la lata, al latero,
- a la hija del chocolatero.
- Piden pan, no les dan,
- piden queso, les dan hueso
- y les cortan el pescuezo.
En Salvatierra (A):
- A la lata, al latero,
- a las hijas del tamborilero.
- Al subir, al bajar,
- a las hijas del rey Baltasar.
- A la cabra, al cabrito,
- al padre, a la madre y al hijo.
En Alboniga (Bermeo-B), una de las canciones de «A lo bajo», bekué, de principios de este siglo empleada para jugar «Enélandarka» era:
- Ené lándar (en el andar)
- las cosas que meditan
- disimula,
- que soy una cojita
- aunque no soy
- lo disimulo bien,
- sal que te doy
- que te doy un puntapié.
Cuando concluía la tonadilla salía la que estaba saltando y entraba rápidamente la siguiente, sin detener el movimiento de la cuerda.
En Allo (N):
- A la una yo nací,
- a las dos me bautizaron.
- A las tres me busqué novio,
- a las cuatro me casaron.
- A las cinco tuve un hijo,
- a las seis lo bautizaron.
- A las siete fue a la guerra,
- a las ocho lo mataron.
- A las nueve yo lloraba,
- a las diez yo ya reía.
- A las once fui a misa,
- a las doce ya volvía.
En la misma localidad de Allo emplean para este juego una conocida canción que está transcrita en el capítulo dedicado a Juegos rítmicos: «Quisiera ser tan alta / como la luna».
En Bilbao (B):
- Tres hermanas carmelitas
- con delantales azules
- se parecen a los cielos
- cuando están llenos de nubes. (ter)
- Sal Simón, mi general,
- pídeme perdón,
- que me arrepiento ya.
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Para saltar a la cuerda andando
Una modalidad del juego de cuerda «A lo bajo» consiste en que dos niñas den a la cuerda mientras van andando a la vez que la jugadora o jugadoras saltan al compás de las canciones que se entonan. Entre éstas una de las más conocidas ha sido «Tengo una muñeca vestida de azul» que ha sido recogida en muchas de las localidades encuestadas utilizada tanto para el juego de la cuerda como para que los niños acompañados de los mayores jugaran al corro[2].
Otra canción empleada en esta misma modalidad es «Andando por un caminito». Se ha recogido en Aramaio, Artziniega, Salvatierra (A), Bermeo, Durango, Zeanuri (B), Hondarribia (G) y Viana (N):
- Andando por un caminito
- cansado de andar,
- a la sombra de un árbol
- me puse a descansar.
- Estando descansando,
- por allí pasó
- una niña muy guapa
- que me enamoró.
- Rubia de cabello
- blanca de color
- estrecha de cintura
- como la quiero yo.
En Viana añaden estos versos:
- Madre mía me da pena
- cuando veo un militar
- y a las colegialitas
- en particular.
Otra canción que se ha recogido en Durango para esta misma modalidad de saltar mientras se va andando es:
- Papá si nos dejas ir
- un poquito a la alameda
- con las hijas de Fermín
- que llevan buena merienda.
- Al tiempo de merendar
- se perdió la más pequeña
- su padre la anda buscando
- En medio de un castañal
- había una tortolita
- por el ala echaba sangre
- y por el pico decía:
- A los hombres escobazos,
- a las mujeres mantillas,
- a los chicos garrotazos
- y a las chicas rosquillas.
Se han apreciado variantes en algunas de las localidades encuestadas. Así, en Salvatierra (A) cambia el segundo verso, que dice: «un poquito a la nevera»; y en lugar de las dos últimas estrofas cantan:
- La encuentran en un portal
- hablando con su galán.
- Estas palabras decían:
- Contigo me he de casar
- aunque me cueste la vida.
La versión de Pipaón (A) presenta variaciones en las dos últimas estrofas respecto a la recogida en Durango:
- Mi abuelo tiene un peral
- que se crían peras finas
- y en la última ramita
- se cría una tortolita.
- Por el pico echaba sangre
- y por la boca decía:
- A los hombres garrotazos
- y a las mujeres rosquillas.
Lo mismo sucede en la versión recogida en Vitoria (A), en la que las dos últimas estrofas son:
- La encontró en un jardín
- hablando con su galán.
- En medio de aquel jardín
- había una golondrina.
- Por el pico echaba sangre
- y con las alas decía:
- a los hombres escobazos
- y a las muchachas rosquillas.
En Moreda (A):
- Estaba la pájara pinta
- debajo del pie del limón
- con el pico picaba la hoja
- con el pico picaba la flor.
- Cuándo vendra mi amante
- ¡Ay, ay, ay!
- Cuándo lo veré más.
- Señorita muy bien parecida
- salga usted a bailar
- y dé la media vuelta
- si la sabe dar.
En San Martín de Unx (N) se ha recogido:
- Estaba la pájara Pica
- a la sombra de un verde limón
- con el pico picaba la hoja,
- con la hoja picaba la flor.
- ¡Ay, mi amor!
- ¿Cuándo te veré yo?
- ¡Mi amor!
En Garde (N) dicen «la pájara pinta» y sólo conocen los cuatro primeros versos de la versión anterior.
En Abadiano, Bermeo y Zamudio (B), se recurría a la siguiente canción para saltar a la cuerda, combinando dos formas de juego. Los cuatro primeros versos «A lo bajo» y el resto «A lo alto»:
- Mi madre no me deja
- ser aviadora
- porque todos los domingos
- me rompo la cazadora.
- El otro día en el Instituto
- me dijo un chico de corazón,
- a ver si quería ser su esposa,
- a ver si quería ser su amor.
- Y yo le dije: ¡sinvergüenza!
- que es una falta de educación.
- Y el pobre chico avergonzado
- cogió sus libros y se marchó.
- ¡Adiós!
A olas
Es una variante del juego «A lo bajo». Las niñas que dan a la cuerda se desplazan hacia un lado o hacia otro según la canción indique «subir» o «bajar». En Galdames (B) se ha recogido la siguiente canción para esta forma de juego:
- A Loyola subir,
- de Loyola bajar,
- el aldeano seguir,
- con estaca pegar.
- Con estaca pegar,
- con estaca pegar,
- a Loyola subir,
- de Loyola bajar.
En Bermeo, Durango, Getxo y Portugalete (B) cantaban únicamente los dos primeros versos repitiéndolos continuamente.
Otra versión más antigua recogida en Durango dice:
- A Begoña subir
- a Begoña bajar
- manzanas a robar
- la aldeano seguir
- con la palo pegar
- yo corriendo escapar
- y a mí no arrapar.
En Artajona (N) las jugadoras van saltando sucesivamente mientras se corea esta letrilla:
- A la barca a subir
- a la barca a bajar.
Para esta misma modalidad se ha recogido en Portugalete y Durango (B) con pequeñas variantes la siguiente cancioncilla:
- Que bat, que bi
- que el ogeta iru,
- que lau, que bost,
- que logeta sei,
- pero que bat, que bi,
- que logeta iru,
- que lau, que bost,
- que logeta sei.
Las que dan a la cuerda, cuando se canta, «pero que bat, que bi, que logeta iru» se desplazan desde el lugar donde están dando a otro extremo, teniendo que ir las jugadoras corriendo tras ellas para saltar, y así sucesivamente.
En Abanto y Zierbena (B):
- A las olas desplegadas,
- iba un barco por la mar.
- Con el ruido de las olas
- se sentía balancear.
- Balance aquí, balance allá.
- Elosón (sol) aquí, el son (sol) allá.
Al dar el último brinco hacían girar la cuerda completamente.
En Bermeo (B) y Hondarribia (G) también es conocida una versión muy similar a ésta. Comienza «A las olas extranjeras». En la última localidad los dos últimos versos se sustituyen por:
- Balancia a ti
- balancia allá,
- los tres cerditos
- y el lobo feroz.
A la culebrita
Es una modalidad de «A lo bajo» y propio de niñas pequeñas. En Goizueta (N) le denominan «Subea». Las que dan agitan la soga a ras del suelo transmitiéndole un movimiento similar al de la culebra. Las demás tienen que saltar de un lado a otro sin pisarla. Cuando una de ellas la pisa queda descartada y debe abandonar; así hasta que son eliminadas todas. A este juego apenas acompañan canciones.
En Barakaldo y Portugalete (B) hoy día se sigue saltando «A la culebra» mientras cantan:
- Salto por aquí
- salto por acá
- pues esa culebrita
- no me ha de picar.
En Carranza (B) se conocía un juego similar en el que una niña cogía por un cabo una soga que estaba extendida en el suelo y agitando el brazo de arriba a abajo provocaba ondas verticales que se desplazaban hacia el extremo libre y que al decir de los encuestados simulaban el serpenteo de una culebra. Las demás saltaban de un lado a otro evitando ser rozadas. La que era tocada o picada dejaba de jugar. A la vez que saltaban cantaban:
- ¡Ay mamá!, que me pica la araña,
- ¡ay mamá!, que me vuelve a picar,
- ¡ay mamá!, que se pone pesada,
- ¡ay mamá!, matalá, matalá.
A juicio de los informantes lo que de emocionante tenía el juego era la sensación de ser de verdad tocada o picada por una culebra. Sin embargo, paradójicamente, la letra habla de una araña. Se solía emplear una soga ya que al ser más pesada se lograba un mayor efecto que con una simple cuerda.
Biraka
En Zerain (G) se conoce con el nombre de «Biraka» un juego que consiste en lo siguiente: Un niño coge el extremo de una cuerda larga y comienza a dar vueltas sobre sí mismo. La cuerda gira también a ras de suelo y los participantes en el juego deben saltar evitando tocarla o pisarla. El que falla pasa a dar a la cuerda.
Este mismo juego se conoce en Murchante (N) como «Al reloj» y se sigue practicando en la actualidad.
Se han recogido algunas canciones como: «Mambrú se fue a la guerra» en Izal y San Martín de Unx (N); «Dónde vas Alfonso XII» en Narvaja (A), Bermeo (B), Garde, Izal, Obanos, Sangüesa y San Martín de Unx (N); «Quisiera ser tan alta como la luna» en Allo (N); «Don Melitón tenía tres gatos» en Obanos (N); «Arre borriquito» en San Martín de Unx y «Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva» en Zerain (G), que los informantes indican han servido para saltar a la cuerda. Estas mismas canciones en otras muchas localidades se han utilizado para juegos de corro, etc. No transcribimos en este capítulo sus letras debido a que las mismas pueden consultarse en los capítulos: «Juegos rítmicos» y «Juegos y canciones para la primera edad».