Agujas al montón
Se jugaba en Artajona (N) y era practicado preferentemente por niñas. Cada participante ponía dentro de un montoncito de tierra un número determinado de alfileres. Después, colocadas a una cierta distancia, tiraban con una piedra tratando de dejar al descubierto el mayor número posible de ellos. Cada jugadora recogía los que habían quedado a la vista, pero no podía tocar la tierra con las manos. A veces se valían de otros alfileres para sacar los descubiertos y algunas empleaban astutamente agujas imantadas.
En San Martín de Améscoa (N) el desarrollo del juego era similar. Colocaban los alfileres en un montoncito de polvo y los que por efecto del golpe quedaban descubiertos total o parcialmente pasaban a ser propiedad del lanzador de la piedra.