Antón Pirulero

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Es un juego muy generalizado. Su desarrollo es el siguiente: a una ama, sentada, preside un grupo de niños y niñas, también sentados en corro, y asigna a cada uno un oficio o como ocurre en Amézaga de Zuya (A) un instrumento musical. Cada componente del corro ha de imitar con gestos las labores del oficio que le ha correspondido, mientras el ama se rasca con el dedo pulgar la barbilla y canta:

Antón, Antón,
Antón Pirulero
cada cual, cada cual,
atienda su juego
y el que no, y el que no,
y el que no lo atienda,
pagará, pagará,
la prenda que debe.
ANTÓN PIRULERO (Durango-B)

La parte final de la canción presenta variantes en las distintas localidades: «pagará, pagará / su debida prenda» (Hondarribia-G); «pagará, / la prenda que fuese» (Arrasate-G); «pagarán prenda» (Aramaio y Artziniega-A); «pagará una prenda, / la prenda de Antón» (Valdegovía-A); «y el que no la atienda / se queda sin ella» (Moreda-A); «pagaría, pagaría, / la prenda que fuese» (Salcedo-A); «y el que no lo atienda / pagará una prenda» (Amézaga de Zuya-A).

En un momento cualquiera de la canción, el ama abandona el rasgueo de la barbilla con el pulgar, que en Elgoibar y Hondarribia (G) es la nariz con el dedo índice, para realizar los gestos de uno de los oficios y el niño que lo tiene asignado ha de pasar a ejecutar lo que hacía el ama. Si por estar distraído o por error no lo hiciera así, pagará una prenda. A la tercera prenda queda eliminado. Al final se pagan las prendas que consisten en pequeños castigos como llamar a la puerta de una casa, dar un beso a alguien, traer una piedra, etc.

José Iñigo Irigoyen[1] recogió para el territorio de Álava una versión diferente de este juego. Hay un amo del juego que es quien asigna a cada jugador un oficio: sastre, zapatero... Agarran todos con una mano los bordes de un gran pañuelo del que tiran de manera que se mantenga tenso. La otra mano queda libre para, en el momento oportuno, simular que se ejercita el oficio asignado. El amo cantando imita a su antojo los oficios impuestos:

Al pan, al pan, al pan pirulero;
cada cual, cada cual
que atienda a su juego
y el que no atendiere,
pagará, pagará,
la prenda que debe.

Repite la canción indefinidamente y nadie debe estar descuidado, porque cuando el amo simula un oficio, el jugador que lo tenga habrá también de imitarlo debiendo iniciar y terminar al mismo tiempo que el amo. Los descuidados pagan prenda.

Este juego se ha recogido en Carranza (B) con el nombre de «Así, así, así...» y la canción que recitan es la siguiente:

Así, así, así,
hacen los «albañiles».
Así, así, así,
así me gusta a mí.

En Portugalete (B) se denomina «San Serenín» y cantan:

San Serenín
de la buena, buena vida
hacen así
hacen los «zapateros»
así, así, así,
así me gusta a mí.

Cuando se menciona el oficio imitan con las manos los gestos más característicos de la actividad de que se trate y que se encuentran prefijados de antemano. Los oficios a que más recurren son zapateros, costureras, barrenderos, lavanderas, peluqueras... Es tan abundante la nómina de oficios de posible imitación que para algunos se establecieron reglas particulares que derivaron en nuevos juegos. Así ocurrió con el juego «A maestros» que se describe más adelante y que era muy común entre las niñas.

En Allo (N) las representaciones o imitaciones de profesiones iban acompañadas de la siguiente canción:

Ya vienen los «barrenderos»,
chumbala - vera - vera,
ya vienen los «barrenderos»,
chumbala - vera - va.
Haciendo de este modo
chumbala - vera - vera,
haciendo de este modo
chumbala - vera - va.

En el momento de decir «Haciendo de este modo», mediante mímica imitaban los gestos más característicos del oficio que se tratara.

En Salvatierra (A), donde también lo practican, el juego se denomina «Así, así, Antón Pirulero».


 
  1. José IÑIGO IRIGOYEN. Folklore Alavés. Vitoria, 1949, p. 103.